Radicales en movimiento. Desde hace más de una semana, varios intendentes –entre ellos se cuenta Alejandro Páez, titular del comité provincial- vienen analizando el panorama político y, de cara a las elecciones, las estrategias a seguir en el año electoral. De esta forma, figuras de importancia como Gustavo Jalile (Valle Viejo), Orlando Savio (Paclín), Roberto Herrera (Recreo) o Rodolfo Santillán (Ancasti) se convocaron en Valle Viejo y hablaron del rol de la UCR dentro de Cambiemos. Hubo coincidencias que debe ratificar su condición de eje fundamental de la alianza y, por ende, decidir el armado electoral que tiene que ser presentado el 22 de junio. Hasta se llegó a considerar la posibilidad de una ruptura, tal como ha ocurrido con Cambiemos en la provincia de Córdoba (Mestre y Negri van a la lucha por la gobernación con listas separadas), pero en este punto surgieron disidencias. Aceptaron que las autoridades nacionales poco ayudan a los radicales de estas tierras, pero ninguno de los presentes –todos de cuño castillista- se animó a proponer posturas revolucionarias. ¿El motivo? La plata para la campaña. ¿Si no la pone el PRO, quién la pone? ¿O se venden las candidaturas?

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El encuentro de los jefes municipales, conforme a lo anunciado, se repetirá mañana, a partir de las 10, en la bella villa de Ancasti. Allí podrían surgir las primeras definiciones fuertes, como las referidas a la precandidatura principal, la de gobernador. Se estima que algunos pedirán “un radical puro”, pero la mayoría podría apostar por ceder la postulación a la Coalición Cívica, algo que de antemano habría acordado el senador Castillo con los popes nacionales. Lo que está descartado es que alguien del PRO vaya a terciar. Es más. Algunas candidaturas para el comando amarillo solamente se aceptarían a cambio que los dirigentes locales tramiten un fuerte apoyo económico de la Nación. Otro punto importante del cónclave de Ancasti será la propia interna radical. Se descuenta que estará en pleno el castillismo y sus aliados del momento (Roberto Gómez, Alfredo Marchioli, etc), pero el interés mayor pasará por saber si los dirigentes que están afuera de la orgánica partidaria (Brizuela del Moral, Augusto Acuña, Horacio Pernasetti, Ricardo Guzmán, etc) pueden decir presente. En ese sentido, en la semana existieron informales conversaciones, la mayoría de ellas orientadas a romper el monolítico bloque opositor. Más allá de lo que ocurra, está bueno que el radicalismo prepare con tiempo sus armas electorales y no espere hasta último momento, como siempre ocurre, para zambullir los intereses personales y de facción, los que si pueden llevar a una fractura.

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De hecho y de Derecho, por dos años más, ha quedado proclamado como presidente del PRO del distrito Catamarca el diputado provincial Enrique Cesarini. Tal situación, en realidad, no comporta ningún mérito. Por el contrario, lo deja como un conductor de extrema debilidad. En el 2017, como ahora, se suspendió la interna y una intervención foránea lo colocó en el cargo. Ahora pasó lo mismo. Solamente hubo una variante. En lugar de una intervención, consagró a Cesarini la Justicia Electoral, que impugnó a la lista opositora por severas e indisimulables groserías legales que, en esta misma columna, supimos adelantar al momento de argumentar el abogado de la lista trucha, el hiper castillista Rosales Vera. Independiente del pírrico triunfo de Cesarini, resulta imposible obviar el nombre del gran perdedor de esta parodia de interna: el ingeniero Fernando Capdevila. A pesar que su cuñado, Gustavo Cusumano, era el candidato, nadie ignora que detrás de él estaba el conductor de la ANSES local, a su vez, aliado férreo del senador radical Oscar Castillo.

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La fallida interna que había sido programada para el domingo 31 de marzo, sin embargo, le puede restar fuerza al PRO a la hora de las negociaciones con el radicalismo y la Coalición Cívica. Si en ediciones anteriores pudo pescar uno o dos diputados provinciales, en la instancia presente le será problemático repetir, a no ser que arregle con uno de los dos sectores radicales que están enfrentados. En buen criollo, sería apostar al código cordobés de la división. La diferencia con la provincia mediterránea serían las PASO. Aquí existen y sirven para dirimir posiciones. Aparte que todo Cambiemos está pensando en ellas y no extrañaría que sea uno de los tópicos centrales del mitin radical de Ancasti.

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A esta altura del tiempo, con frenesí, comienza a hablarse de candidaturas o especularse sobre ellas. En ese marco se puede anotar, por hechos objetivos, al empresario Hugo Diamante que ya desarrolla una virtual campaña política por las redes sociales. Su publicidad está dirigida a planes de gobierno, lo que haría suponer que se propone para el máximo cargo, aunque su objetivo sería otro. Con el apoyo de integrantes del gabinete nacional (varios de ellos, a instancias suyas, visitaron Catamarca en 2018) y del mismísimo Mauricio Macri, podría anotarse en la carrera para ser diputado nacional. En la intimidad, el hombre reconoce que la vieja causa judicial de las fundaciones no lo perjudicará y que, en caso de programarse el juicio, podrá salir indemne por haber cumplido con el contrato que firmó con el exgobernador Brizuela del Moral para la organización de cursos.

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La incursión de Dalmacio Mera por lares recreínos, cuando acompañó al candidato presidencial Juan Manuel Urtubey, lo habría terminado de convencer que su poder territorial dentro de los límites de la provincia es prácticamente nulo. Acompañado por el exintendente Daniel Polti, en el acto realizado en cancha de Unión Sportiva, la concurrencia fue tan escasa que ni siquiera pudo lograrse una foto que simulara la presencia de público. Hasta hubo que ubicar niños de 10 u 11 años detrás del gobernador de Salta para registrar el acto, tal como lo refleja una de las últimas ediciones de El Ancasti, el diario que avala la prédica merista desde hace más de una década. Con este panorama, si finalmente Urtubey resuelve disputar una primaria dentro de la “Alternativa Federal” o “peronismo antikirchnerista”, sus posibilidades de lograr buenos resultados en Catamarca son francamente muy limitadas. Lo mismo vale para Mera, el candidato obligado a gobernador si su primo va por la presidencia. Lo de Recreo, realmente patético, así lo indica.

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Después del episodio Luis Barrionuevo-Maxi Brumec (el primero señaló al Secretario de Deportes como su futuro candidato a intendente de la Capital y armó el revuelo), varios de los pretendientes peronistas a reemplazar a Jalil, a partir de diciembre de 2019, han renovado sus esperanzas de recibir la bendición de Casa de Gobierno. En esa dirección, el abogado Fidel Sáenz ratifica sus pretensiones y lo hace comunicándose con los ciudadanos. Para ello ha elegido la red social Facebook, a través de la cual recibe las quejas y las sugerencias de los vecinos capitalinos. El exdiputado provincial y actual Secretario de la Vivienda, con su equipo de colaboradores, parece plenamente dispuesto a disputar la postulación en una interna partidaria o en la primaria del 11 de agosto. Independiente de su voluntad, señalan sus voceros, requiere del apoyo vital de la Casa de Gobierno.

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En Paclín se está gestando un movimiento político, de raíz peronista, dirigido a poder participar de la nominación de candidatos o, si hay PASO, de precandidatos. Recordemos que en octubre, aparte de la designación del intendente (en el caso de los radicales es seguro que Orlando Savio irá por la reelección), deben renovarse las bancas de los concejales mercedinos René Dante Noriega (Frente Cívico) y Manuel Arréguez (Frente para la Victoria). Los paclinenses que buscan el cambio y el domngo pasado se reunieron en La Higuera, entre otros, fueron los siguientes: Alexis Jalil, Gogó Aredes, Carlistos Jalil, Carlos Pérez, José Bravo, Edgardo Gordillo, Fabio Brizuela, Mario Cuello, Héctor Nieva, Eloy Varela, Yuri Bazán, Waldo Montalván y Héctor Collantes.

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RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, cerramos los “Apuntes” del día de la fecha con la recordación de hechos pasados. La exconvencional constituyente por el peronismo, escribana Pilar Kent de Saadi, se refería en marzo de 1994 a su candidatura, que la iba a llevar a participar de la reforma de Carta Magna en la ciudad de Santa Fe. Aparte de indicar que debía respetarse el núcleo de coincidencias básicas preparado para tan importante acontecimiento, daba cuenta que su nominación no había surgido por el hecho de ser la esposa del exgobernador y entonces titular del PJ, Ramón Saadi. Para ella era mérito de su militancia, lo cual estaba avalado por su trabajo con las mujeres y el desarrollo de acciones en el departamento Fray Mamerto Esquiú. De alguna manera tenía razón, pero también pesaba el hecho de ser la esposa de Saadi.

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A propósito de la reforma de la Constitución, el doctor Luis Martín Rodríguez Seín, indicaba que “podía debilitar al Poder Judicial”. Los hechos no le dieron la razón. La Asamblea de Santa Fe instauró los concursos como requisito para acceder a la magistratura o creó el Consejo de la Magistratura que, de funcionar bien, serviría grandemente para asegurar la existencias de jueces probos y honestos. Lo que falló fue la instrumentación política y los partidismos que terminaron convirtiendo a la Justicia en un campo de batalla por el poder. Rodríguez Seín, que había sido juez durante el reinado saadista, ofrecía su visión de la Justicia como catedrático de la Escuela de Derecho.