Apuntes del Secretario

jueves, 18 de abril de 2019 00:58
jueves, 18 de abril de 2019 00:58

La duda existencial del Frente Justicialista para la Victoria de Catamarca sigue girando alrededor de la gobernadora. ¿Será o no será candidata en las próximas elecciones? Podemos afirmar que lo será, pero sin especificar el cargo y lo que los ansiosos desean confirmar, en definitiva, es si irá por la gobernación. Esa pregunta, por ahora, no tiene respuestas. Lo que no se pone en duda es que ella, y nadie más que ella, resolverá el armado electoral de toda la provincia y si le toca dejar el mando a algún compañero de ruta, lo mismo figurará en la boleta. Sería, en tal caso, una fija para el casillero de diputado nacional. Mientras sigue deshojando la margarita camino al 1 de mayo –ese día inaugura las sesiones ordinarias de la Legislatura-, se dedica enteramente a la gestión y recorre la provincia palmo a palmo. Ya llegará el tiempo de las definiciones, que no está demasiado lejos.

El candidato a reemplazarla, dentro de filas peronistas, no es otro que Raúl Jalil. Nadie ha pensado en otra alternativa que no sea él. Sin embargo, Ángel Mercado -director de YMAD-, agregó en las últimas horas a Gustavo Saadi, el diputado que marca a nivel nacional los lineamientos de la política provincial. Se trata de una posibilidad un tanto lejana, no solo porque la cancha parece estar marcada –ella o él-, sino porque la preferencia del legislador es mantenerse en su puesto o, cuando más, intentar reemplazar a Jalil en la Municipalidad de la Capital. Este casillero también tiene sus dilemas. Son varios los que pretenden el sillón de calle La Rioja, inclusive algunos extrapartidarios. Aquí también, lo repetimos, tendrá que laudar Corpacci. O designa ella un candidato único o abre una PASO para que se lleve la postulación quien logre la mayor cantidad de adhesiones. En este sentido, no hay que alarmarse por la cantidad de candidatos. De hecho, el domingo pasado, para pujar por la capital entrerriana –Paraná-, se anotaron nada menos que 17 precandidatos. Una eventual primaria catamarqueña, cuando no está decidida aún, ya tiene nombres diversos. Digamos Maxi Brumec, Fidel Sáenz, Armando López Rodríguez, Ramón Figueroa Castellanos, Rubén Yazbek, Fernando Jalil, Liliana Barrionuevo, el nombrado Gustavo Saadi, Guillermo Andrada y hasta algún “tapadito” que puede estar agazapado esperando el momento de dar el salto. Por el otro lado, hay murmullos en torno a Flavio Fama, Roberto Gómez, Luis Fadel, Simón Hernández, Miguel Vázquez Sastre, Paola Bazán, Eduardo Brizuela del Moral, José “Chichí” Sosa, etc.

La interna peronista de Andalgalá no se queda atrás en materia de aspirantes a la corona. A Miguel Gutiérrez, quien proclamó que se dispone a reemplazar a Alejandro Páez, hay que sumarle al exsenador José Eduardo Perea, el concejal Sebastián Almada y algún representante de la llamada renovación peronista. Todos, sin excepción, tienen terminales provinciales y responden a algunos de las cabezas visibles del Frente para la Victoria, lo que hace pensar que las PASO serán inevitables en un distrito que interesa, y mucho, porque parece apagarse la estrella de Alejandro Páez que, por carta orgánica, no tiene derecho a una reelección. Sin embargo, la Casa de Gobierno dejaría librado al juego democrático el nombre del postulante, a quien finalmente tendría que apoyar.

Luis Barrionuevo, de sólidos entendimientos con el Grupo Clarín, ha vuelto a ser noticia a nivel nacional. Esta vez no fue en TN o Canal 13, que lo tienen de cliente privilegiado para que hable en contra de Cristina Kirchner, sino en el Canal 26, donde lo entrevistó el experimentado Roberto García. Fue el lunes a la noche y dijo cosas trascendentes. Aparte de ratificar que trabaja a full con la precandidatura de Roberto Lavagna a presidente de la Nación –en otros años hizo lo mismo con Carlos Menem o Eduardo Duhalde- vaticinó la desaparición del PRO, de la misma forma que se esfumó a comienzos del siglo la alianza que encabezaban Fernando de la Rúa y “Chacho” Álvarez. También señaló y dejó atónito al conductor del programa que el candidato de Lavagna en la Capital Federal será Martín Lousteau, un joven de muy buenos modales que secundó a Cristina Kirchner como ministro de Economía, que pretendió ser jefe de gobierno con los radicales y al que Macri, que ya supo nombrarlo embajador en los EE.UU, le habría ofrecido ser su vicepresidente en un eventual mandato 2019-2023. Ofertas, queda claro, no le faltan a Lousteau –el último 1 de abril estuvo en la provincia ofreciendo una conferencia-, pero también es cierto que corre el riesgo de convertirse en un veleta. Barrionuevo acaba de firmar que será su candidato capitalino. Mejor dicho de Lavagna. Pero lo más trascendente del gastronómico estuvo relacionado con Sergio Massa. Indicó, sin ponerse colorado, que nada tuvo que ver con él, a pesar que su mujer –Graciela Camaño- se ha convertido en su principal espada legislativa. Se olvida el hombre que, al menos en nuestra provincia, no menos de 20 veces proclamó que el exintendente de Tigre era “su candidato”, al punto de invitarlo a cuantas reuniones programó en esta tierra. La frutilla del postre: pronosticó que ni Massa, ni Urtubey, ni mucho menos su enemiga preferida (Cristina) se van a presentar las elecciones que se avecinan. ¿Acertará o se trata de un nuevo burlote?

Quien no tuvo buenos recuerdos de Luis Barrionuevo fue el senador Oscar Castillo que, durante la sesión en la que se trató el financiamiento de los partidos políticos, se acordó de los dramáticos momentos que se vivieron en Catamarca en las elecciones -2 de marzo y 24 de agosto- del año 2003. Por empezar lo llamó, sin nombrarlo, “el quema-urnas” y dijo que, en su larga carrera política, nunca vio algo parecido al apoyo que recibió el gastronómico en aquella oportunidad. Señaló que los apoyos llegaban de todos lados y en cantidades extraordinarias. Del gobierno nacional que conducía Duhalde y tenía como ministra de Trabajo a Graciela Camaño o de las obras sociales sindicales, las que llegaban a Catamarca con regalos de toda naturaleza. No compartimos lo de quema-urnas (esa fue la estrategia que se armó, en su contra, para impedirle ser gobernador), pero si es cierto que nadie tuvo el apoyo del gobierno nacional como aquella vez, lo que evidentemente está mal y no debería repetirse en ninguna circunstancia.

Pasan los días y la situación interna dentro de la UCR se mantiene inalterable. Los “orgánicos” se reúnen y se reúnen. Hablan y hablan. Planean y planean, pero no resuelven nada, en tanto los “inorgánicos” se mantienen lejos de las sedes partidarias, como ocurriera desde junio de 2018 cuando se suspendió la interna partidaria que, peligrosamente, dividió las aguas. El tema de fondo es que las urgencias que existían en el verano, cuando no se sabía si la gobernadora convocaba para marzo, se reactualizan en estos días. Es más. Entre los “orgánicos” existen sus propias urgencias. José Antonio “Chichí” Sosa (Corriente Progresista) pidió hace más de 40 días que sesionara la convención para marcar las estrategias a seguir y no tuvo más respuesta de Alejandro Páez, presidente del comité provincia, que organizar una un nuevo cónclave en la que la definición más fuerte fue esperar que sesione la convención nacional y ver qué resuelve, en orden a que la conducción central también está quebrada. Al parecer, esa será la definitiva. Seguir directivas nacionales que, concretamente, tienen que ver con la continuidad de la UCR dentro de Cambiemos o fuera de el, en este caso acompañando a Lavagna. El problema de esta oposición local es que, después de la semana santa, quedarán menos de 60 días para resolver todo. Precandidaturas, estrategias de campaña, logística y lo principal, saber quién va a poner el dinero lo que, en definitiva, demora todos los planes. Es que ninguno de los dirigentes piensa aportar un peso. Todos esperan que caiga un maná del cielo y les solucione el problema que no pueden remediar por cuenta propia.

A falta de definiciones, la conducción de la UCR suma problemas complementarios demasiado inoportunos, como estudiar en este tiempo la expulsión como afiliada de la diputada Analía Brizuela, la dirigente capayense que, de hecho, está lejos de los cuadros partidarios. En su departamento ha lanzado el espacio “Somos Capayán” y, en paralelo, ha recibido el dictamen del Tribunal de Disciplina que recomienda su desafiliación. Por cierto, lo ha rechazado con definiciones tajantes como “los conflictos partidarios no son trasladables al recinto legislativo” o “cometen falta grave a la ética profesional al mentir y ocultar la verdad”. Obviamente, se trata de una discusión sin sentido. La UCR no ganará nada con esta expulsión y si tiene mucho que perder porque, a la hora de las comparaciones, surgirán actos de indisciplina más graves que los que pudo cometer la legisladora, como haber votado a favor del aumento del número de miembros de la Corte de Justicia. ¿Si hay malos ejemplos a rolete cómo se pretende disciplinar con una expulsión aislada?

Como lo adelantó El Esquiú.com en su página web, un grupo de becados de la Secretaría de la Vivienda inició medidas de fuerza porque se habrían producido nombramientos, de carácter político, que no respetaron trayectorias basadas en la antigüedad. En cercanías del titular del organismo, se aclaró que no hubo tal cosa y que varios pedidos se transfirieron al ministerio de Finanzas para conocer eventuales disponibilidades, aunque siempre se aclaró sobre la ausencia de bajas por renuncias o jubilaciones, uno de los pocos caminos para producir altas. De todos modos, hubo una promesa formal de Fidel Sáenz de recibir a los becados el lunes venidero y atender los reclamos que se han suscitado.


El Esquiú.com
 

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Comentarios

19/4/2019 | 20:43
#149006
La mejor candidata a intendente sin ninguna duda es Liliana Barrinuevo, ojalá tenga la posibilidad de manejar los destinos de la capital.

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