Desde la bancada periodística

Frente Cívico que el tiempo ha borrado

sábado, 15 de junio de 2019 06:00

Uno de los creadores del Frente Cívico y Social fue Juan Carlos Balverdi. De cuna peronista, al amparo del extraordinario fenómeno social que generó la muerte de la estudiante María Soledad Morales en 1990, se alió a las huestes radicales y supo gozar de inolvidables victorias electorales.

Mucho antes de completar su paso terrenal, en diciembre de 2015, sin embargo, inscribió una verdadera profecía. En medio de la seguidilla de triunfos que terminaron con el reinado saadista y la apertura de 20 años de gobiernos radicales, supo pronosticar que el FCS iba a desaparecer en cuanto sufriere el primer revés electoral.

No se equivocó “Machete” Balverdi. Después de la caída de Brizuela del Moral a manos de Corpacci el 13 de marzo de 2011, nada fue igual para el FCS. Si no desapareció en aquel momento, digamos que se fue marchitando hasta su definitiva capitulación, la que terminó de materializarse en la noche del 12 de junio cuando los apoderados partidarios presentaron la alianza “Juntos por el Cambio” la que, entre otros, contiene a la UCR, la Coalición Cívica, Movilización y el PRO. Por primera vez en 28 años, la herramienta electoral más poderosa de la historia política local, entre los participantes de una elección provincial, no quedaba registrada en la Justicia. La predicción balverdiana se hacía realidad,

Larga historia

La secuencia política de 36 años de democracia en Catamarca no puede relatarse sin contar al Frente Cívico. No solamente por los 20 años de gobierno (1991-2011), sino por las especiales circunstancias que rodearon su nacimiento.

Para que ello ocurriera tuvieron que coincidir en un mismo tiempo múltiples acontecimientos. No fue, por ende, una creación de la inteligencia política. En todos caso, el resultado del alineamiento de factores diversos.

La idea del Frente Cívico, que nadie se engañe, nació con el Caso Morales. Sin la horrible muerte de María Soledad, nunca esclarecida, nada hubiera cambiado el paisaje catamarqueño.

En materia política, en aquel momento, no había márgenes para revueltas ni revoluciones. Es más. La suerte de unos y otros parecía sellada. El saadismo gobernaba a piacere y hasta se daba el lujo de andar disputando máximas posiciones (Saadi pretendía la conducción del Consejo Nacional del PJ como paso previo de su ascenso político). Descuidaba la provincia ante una oposición, la UCR, sacudida todavía por la caída de Raúl Alfonsín y que, en el orden local, venía de soportar estrepitosas derrotas y apenas contaba con los mustios apoyos de Movilización y una partecita del desaparecido Movimiento Popular Catamarqueño.

En ese escenario de desigualdad, el Caso Morales fue el disparador de cambios que pusieron de rodillas a un gobierno tan poderoso como irresponsable y despertaron, como el Ave Fénix, a una oposición que funcionaba a ritmo cansino y asumía, de hecho, el rol de partenaire.

El Caso Morales fue el despertar espontáneo del pueblo. Dirigentes peronistas cercanos a Saadi militaron las marchas del silencio, el proceso sociológico creció a niveles impensados y Catamarca se convirtió, por influencia del ciento por ciento de la prensa, en el centro de atención nacional. La intervención del Poder Judicial fue antesala de la intervención federal que pidió, formalmente, la UCR y concedió el expresidente Menem. Esta catarata de acontecimientos fue aprovechada por el conjunto de la oposición y, en forma especial, por el radicalismo, que emergió del marasmo que soportaba para convertirse en serio aspirante a quedarse con el control de la provincia. En esa dirección, lo primero que hizo fue tapar la pálida expresión UCR y esconderla detrás la nueva sigla, que iba a incluir a los peronistas disidentes, actores sociales, la mayor parte de la Iglesia y casi todos los sellos partidarios que venían apoyando al saadismo. El nombre Frente Cívico y Social los incluía a todos. Al mismo tiempo, con grandes apoyos populares, se exhumaba como héroe a un hombre que, como varios otros, había sido colaborador directo de la dictadura más sangrienta que soportó Argentina. Arnoldo Castillo –a él nos referimos- se reivindicó como gobernador de la democracia y su hijo, Oscar, comenzó a capitalizar un poder que todavía le dura.

La gran frustración

No existe peor frustración que depositar todas las esperanzas en alguien que, con convicciones, promete extirpar un símbolo del mal y no lo cumple.

Pasó con el Frente Cívico que, en 1991, prometía borrar para siempre las prácticas saadistas. No solo incumplió, sino que las amplificó.

Aquellas voces emocionantes que surgían de las marchas del silencio pidiendo desterrar el nepotismo, el amiguismo, la falta transparencia y, fundamentalmente, la recuperación de la independencia de los poderes públicos, fueron tomadas como guía de campaña por los fundadores del nostálgico frente político. Lo refrendaron hombres como Arnoldo Castillo, Raúl Blas Bosch, Carlos María Correa, Rosendo Ruiz, Ricardo Herrera, Eduardo Brizuela del Moral, Miguel Marcolli, Oscar Castillo, Pedro Villarroel, Simón Hernández, Augusto Acuña, Ricardo Guzmán y varios más, aunque hubo excepciones (Yamil Fadel, Juan Ramón Moya, Julio Rueda, etc) que preferían mantener el alto las banderas de Alem e Yrigoyen antes de avalar lo que consideraban el aprovechamiento político de un hecho desgraciado.

Ninguno de los cantos de sirena afinó. El nepotismo se exacerbó, el amiguismo se filtró, la independencia de poderes no desapareció, los controles públicos se opacaron y hasta hubo intromisiones desvergonzadas en una Justicia adicta para legalizar persecuciones y hasta decidir, casi por decreto, el caso que los llevó al poder. También hubo célebres actos de corrupción. Baste con recordar los afanos en Educación, las compras directas de Acción Social, privatizaciones acomodadas como la cesión de la terminal de ómnibus, la entrega de la energía a los Taselli, el regalo del Casino, los negociados de la minería, los cursos truchos y, lo peor, la compra con dinero público de dirigentes para dividir a la oposición. En esto, hay que reconocerle, el Frente Cívico fue “maestro de maestros” para conseguir la efectividad electoral que, como lo dijo el exdiputado Balverdi, iba a durar hasta el primer traspié. La decencia, la ética y la moral prometidas con el advenimiento del FCS, lo saben propios u extraños, no existieron, lo que no justifica los excesos que lo precedieron, entre los cuales se incluye la reforma de una Constitución defectuosa que, paradójicamente, la UCR y Movilización repudiaron. El Frente Cívico, que podía reparar el cúmulo de privilegios políticos incluidos en aquella megaenmienda, no lo hizo. Miró para otro lado y a los privilegios los hizo suyos.

Presente de desavenencias

El justificativo de que la actual conducción nacional del radicalismo forma parte de la alianza “Juntos por el Cambio” será la explicación que darán los dirigentes locales, pero la verdad pasa por otro lado. Hoy, la otrora gloriosa y nostálgica sigla, está totalmente devaluada y como en 1991 escondió a la UCR, hoy se ha firmado el certificado de defunción del Frente Cívico. Si no fuera así, no habría poder nacional que imponga condiciones. De hecho, mediante el nombre Frente Cívico, los bloques legislativos nacionales observaron siempre independencia o sus dirigentes se presentaron como voceros virtuales de un partido provincial. Eso fue hasta el miércoles. Los electos en octubre no serán más del Frente Cívico, sino de “Juntos por el Cambio”, lo que en Catamarca es una extrañeza. ¿Cómo “Juntos” si la UCR local está partida en dos y hay más socios fundadores del Frente Cívico afuera que adentro del partido? En este interrogante, o en su falta de respuestas, descansa el verdadero motivo de la desaparición de la sigla. Balverdi se anticipó hace más de ocho años en pronosticar el final del Frente Cívico que, seguro, no es una cuestión de nombre. Tiene que ver con la identidad de un proyecto político que fracasó y hoy es cáscara vacía.

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Comentarios

15/6/2019 | 18:31
#149006
La que opina como Rosita paulona o no conoce fiámbrala o es pariente de algún castillo. Solo pobreza y contaminación dejaron. Rifaron la minería (principal causa de la intervención al gobierno peronista), se llenaron los bolsillos y Catamarca fue para atrás. En vez de desarrollarse involuciono. Cuanto estos sátrapas te quieran hablar de democracia y moral solo tenes que recordarles que sus principales dirigentes juraron por el estatuto militar y no la constitución nacional. La amoralidad en su maxima expresión. Viva Perón!!
15/6/2019 | 17:53
#149005
Fiambalá o Fiam'bala ( refugio de bandidos según los arabes) en el Siglo XIX tenia algunos asaltantes de quienes llevaban ganado a Chile y que se defendían a tiros. Luego tuvo una estapa de ostracismo y después una difusión increible por el Rally Dakar y NO CONSIGUIÓ UN HOTEL COMO LA GENTE EN LOS 20 AÑOS DE FCyS. No se que pueden hablar de buenas gestiones: digestiones tal vez...pero para Fíam' bala...nada.
15/6/2019 | 14:37
#149004
LOS GOBIERNOS DE RAMÓN SAADI Y VICENTE SAADI , FUERON Y SERÁN LOS MEJORES GOBIERNOS DE CATAMARCA, EL PEOR SIN DUDAS EL DEL IMPRESENTABLE Y DESPRECIABLE OSCAR CASTILLO !!!
15/6/2019 | 12:08
#149003
Una lastima. El gobierno del FCyS fue el único que trajo progreso y desarrollo a Fiambalá y sus aldeas. Hoy en día damos gracias por el turismo que tenemos gracias a aquel gobierno lleno de coraje, desiciones y honestidad que supieron hacer las cosas bien y con transparencia.
15/6/2019 | 10:11
#149002
Pablo Sánchez y la compañía de partido intransigente que venian siendo ñoquis del gobierno saadista fueron algunos que pegsron el salto y se hicieron revolucionarios del frente civico y de la misma menera lo hacen ahora con el gobierno peronista en la provincia. Siempre acomodaditos.
15/6/2019 | 09:54
#149001
Sin ser del mismo palo cabe reconocer que Catamarca ha tenido buenos ooliticos. Más allá de Ramón S. Castillo, del padre del martir de Metán Marcos padre del Presidente Nicolás Avellaneda de Vicente Saadi y legisladores de prestigio ( Furque, Pernasetti, Villarroel) Oscar Castillo es un gran estratega. Y es bueno que esté cerca de Pichetto porque Catamarca siempre debe tener un palenque ande rascarse..
15/6/2019 | 09:41
#149000
Espectacular y sintética redacción de todo el daño que hizo el frente cínico en la provincia. Ahora hacen vista gorda y se ocultan los actores en otro sello político tal marca comercial que nadie quiere consumir.
15/6/2019 | 09:22
#148999
de una Constitución defectuosa ? Fue y es la mejor Consitución de Argentina. Hasta el FCyS constituyente municipal másvadelante, incluyó la cláusula de impedir que gobierne quien estuvo en gobiernos De Facto. No veo grandes errores ni pequeños, excepto QUE PROTEGE A LOS EMPLEADOS PÚBLICOS MAS QUE A UN HIJO ENFERMO. Pero digamos que me equivoque. ¿ De qué excesos hablan? Enlodaron a todos los dirigentes peronistas y atrajeron a peronistas panqueques y busquines. Pero, es cierto, aunque parezca inexplicable, así como vetaron al Gringo Avalos para interventor federal ( obvio que sé quién lo hizo) consiguieron la Intervención por un Milagro en Andalgalá: los U$S 6500 millones de futura inversión brindó- probablemente lo usual- U$S 650 para el Califato. Todo es historia. No lloremos sobre la leche derramada. PERO NO REPITAMOS ERRORES. Los dirigentes SE PREPARAN PARA GOBERNAR no para firmar decretos y apretar botones o mover interruptores del Poder Ejecutivo.
15/6/2019 | 08:39
#148998
Muchos- casi todos- los que nombra Fundadores no estaban en la fundación inicial o reunión inicial que tuvo lugar en una casa de la calke Maipú y podria haber sudo el Colegio de Abogados o la Caja Forense. Los que más recuerdo fueron IGNACIO JOAQUÍN ÁVALOS por el MPC, Simón Hernández (Diputado y de Movilización) Pucho Martínez y tomaba nota el Licenciado CARO. Los otros destacados en la nota...ni figuraban. Después seguro se sumaron Brizuela, cuñado de Simón y Arnoldo debió ser el último en enterarse. Ni contar del resto...