Apuntes del Secretario

jueves, 20 de junio de 2019 00:07
jueves, 20 de junio de 2019 00:07

Sin dudas, Lucía Corpacci dejará huellas importantes en la historia de Catamarca. No sólo por haber sido la primera gobernadora mujer, sino por haber ejecutado durante 8 años una gestión de sobriedad que es reconocida por los números de encuesta que todo el arco político conoce. Ellos indican que, con un conocimiento público superior al 95%, su imagen de aceptación asciende casi al 70% y la negativa no sobrepasa el 15%. Con este envidiable pasaporte, tranquilamente podría aspirar a un tercer mandato de gobierno porque la Constitución provincial, a la que siempre quiso reformar, permite la reelección indefinida. Esto es, un ciudadano puede repetir todos los mandatos que se le ocurra en la medida que sea votado. Por lo que sabemos, hasta anoche su decisión era inquebrantable y nada hace pensar que vaya a cambiar de idea hasta el sábado a la medianoche, cuando cierran las listas. No será precandidata a gobernador y, como mucho, aceptaría encabezar la lista de diputados nacionales del Frente de Todos, la sigla que reemplaza al exFrente para la Victoria.

De ratificarse la versión que ya ha cobrado fuerza en los distintos mentideros políticos, oficialistas u opositores, la mandataria se diferenciaría plenamente de sus antecesores, los cuales buscaron mantenerse en el cargo sin tener siquiera la mitad de sus personales pergaminos. Ramón Saadi, cuando cumplía su segundo mandato fue intervenido (año 1991), pero los hechos demostraron que no pensaba irse a su casa. A la hora de la normalización provincial, fue el candidato por tercera vez y cayó derrotado a manos de Arnoldo Castillo. Este último, a su vez, cumplió dos períodos de gobierno y no fue al tercero por inconvenientes físicos insalvables, lo que abrió el camino a la única gobernación de su hijo Oscar Aníbal (1999-2003), quien no reeligió por saberse claro perdedor de Luis Barrionuevo. Finalmente, Brizuela del Moral resultó electo en 2003 y 2007 y, porfiado, se anotó en 2011 para cumplir un período más. El pueblo de Catamarca le dijo no y consagró a Corpacci.

El eventual e histórico renunciamiento de Corpacci (ninguno de los gobernadores argentinos en condiciones de repetir en 2019 fue a retranca), como se sabe, le abriría las puertas a Raúl Alejandro Jalil, el dirigente que trabajó a su lado y cumplió una gestión de méritos como intendente de la Capital, cargo en el que permanecerá hasta el 10 de diciembre. La sinergia que lograron en 8 años de gestión, permitiría una transición ordenada, tranquila y amistosa. Nada que ver, por ejemplo, con lo que ocurrió con Oscar Castillo y Eduardo Brizuela del Moral, los caciques radicales que se repartieron el poder durante 20 años, pero nunca dejaron de ser adversarios y más que eso también. Mientras gobernó el castillismo (1991-2003), el hoy diputado nacional ocupó el segundo plano y de allí no podía pasar. Cuando accedió al gobierno, cambiaron los roles. Fue el castillismo el relegado a un último rincón. Los tiempos de precaria unidad resurgieron al volver la UCR a la oposición.

En lo que hace a información concreta, la fórmula peronista se completaría con Rubén Dusso, el incansable ministro de Obras Públicas, y Gustavo Saadi –lanza esta noche su precandidatura en la Asociación Juventud Unida de Santa Rosa- buscaría ocupar el sillón que dejará libre Jalil. El joven Saadi, para disgusto de la gobernadora, tendría que sostener una primaria con el secretario de Deportes, Maxi Brumec, quien realizó en las últimas horas declaraciones demasiado curiosas. Dijo que no tiene apellido y tampoco la plata para aguantar, supuestamente, la avanzada oficialista. En homenaje a la realidad, hay que decir que Brumec no es un apellido fuerte dentro del peronismo, donde un Saadi, un Sáenz o el mismo Figueroa Castellanos tienen mayor identidad. En lo que hace al dinero, vale aclarar que la actual administración no es demasiada generosa con nadie, pero Brumec no debería detenerse en criticar las acciones del gobierno que, a nivel de ministro, formó parte durante 8 años. Debería enfrentar cualquier contienda interna con su gestión y propuestas para la intendencia. Otro que parece alejarse del redil es el senador Raúl Chico, quien ratificó lo que supo adelantar hace muchos meses El Esquiú. Piensa competir, inclusive a contramano de los deseos de la gobernadora.

En las veredas opositoras no se produjeron grandes novedades. Sin embargo, a nadie escapa que existen febriles negociaciones. Dalmacio Mera y Luis Barrionuevo amenazan con un armado que no se extiende y tampoco recoge heridos del panperonsimo. En cercanías del senador nacional únicamente se habla de Macarena Herrera, la diputada que completa el mandato y busca reelección, o de “Grillo” Ávila, otro diputado con acciones en baja. En lo que hace al dirigente gastronómico, tarda en llegar a Catamarca y no es mucho lo que ha mostrado hasta ahora. Las fotos lo colocan únicamente a la par de su sobrino concejal, Maxi Mascheroni, a quien pretende meter en la disputa de la intendencia, o el diputado Juan Carlos Rojas que, sin alejarse del gobierno de Corpacci, lo acompañó toda la vida en el campo gremial. En más, sólo hay declaraciones rimbombantes, proyectos electorales y amagues por doquier. Veremos qué pasa en las próximas horas, pero tanta calma a 2 días del cierre de listas no es un buen presagio.

En lo que atañe a lo que fue Cambiemos y hoy se llama “Juntos por el Cambio”, la incertidumbre se mantendrá hasta el mismo cierre. Se descuenta que habrá dos listas y en ambos sectores se negocia fuerte, lo que es indicador insoslayable que la unidad era misión imposible. En la vertiente inorgánica de la UCR se mantiene la posibilidad de postular la fórmula Rubén Manzi-Horacio Pernasetti, aunque todavía falta que el precandidato principal tome decisiones de fondo, las que por estas horas habría ido a plantear en Buenos Aires. También se especula que Ricardo Guzmán juegue como precandidato a diputado nacional y que el precandidato a intendente capitalino surja de la trilogía Walter D’Agostini-Simón Hernández-Miguel Vázquez Sastre. ¿O qué los tres vayan a una PASO con Fama? Para el PRO quedaría la primera postulación a diputado provincial, la que favorecería al más firme defensor de las políticas macristas en la provincia: Carlos Molina.

La orgánica “rojiblanca”, que se da el lujo de mantener afuera a figuras como Brizuela del Moral (según encuestas, la mejor intención de voto radical en la provincia y, especialmente, en la Capital), Ricardo Guzmán, Pernasetti, “Mocho” Acuña y Vázquez Sastre, entre otros, es otro hervidero político. Allí pisa fuerte Oscar Castillo, que va con Flavio Fama como as de espadas para conquistar San Fernando del Valle, pero hay grandes problemas para armonizar la oferta electoral completa. Aparte, se han colado desconfianzas generalizadas hacia el jefe partidario en las sombras que es el senador nacional, no Alejandro Páez, quien oficia como un titular decorativo del comité provincial, a punto tal que ni siquiera puede ordenar la interna de su tierra natal, a la que gobierna desde 2011 y de la que comienza a despedirse. Claro, la sagacidad y picardía de las que hace gala Castillo, esta vez podrían jugarle en contra. Hasta el más despistado sabe que mantiene conversaciones cruzadas, no solo dentro de la UCR, sino con sectores del gobierno provincial y dirigentes nacionales. Por ello, hasta el mismo Fama y ni que hablar de Roberto Gómez –aspirante a la gobernación-, quieren seguridades para enfrentar la campaña electoral.

Pasar el cierre de listas, para “la opo”, será una parte del escarpado camino a las elecciones del 11 de agosto (PASO) y 27 de octubre. Superar ese bordo los enfrentará a la necesidad de estructurar un discurso que sea convincente para la sociedad. En este orden de ideas, destacar la gestión de Mauricio Macri, por la debacle de imagen que observa en Catamarca –mucho peor que en otros Estados donde Cambiemos perdió por paliza-, puede resultar suicida. Y criticar a la dupla Corpacci-Jalil algo parecido. Será el resultado inevitable de discursos vacíos y mentirosos como los que ejecutaron durante años los alfiles castillistas de la Legislatura. Hablamos de Luis Lobo Vergara, Marita Colombo y Víctor Hugo Luna.

RECUERDOS. Como todos los jueves, domingos y martes, incluimos en el último bloque de los “Apuntes” los acontecimientos del pasado.
Antes de su renuncia y definitivo alejamiento del castillismo, lo que ocurrió el 7 de junio de 1994, el exministro de Economía de la provincia, Aldo César Hugo Nieva, había presentado un informe de diez carillas mediante el cual justificaba la necesidad de declarar la emergencia económica y pedía que el exgobernador Arnoldo Castillo se reuniera con la Nación para solicitar un préstamo de 72 millones, lo que evitaría –según él- el traspaso de la caja de jubilaciones a la órbita nacional, del que prontamente se van a cumplir 25 años. En realidad, la situación era dramática y, aun con la emisión de bonos de cancelación de deudas, se registraba un fuerte atraso en el pago de los haberes a la administración pública. Como todas estas peticiones fueron rechazadas o no tenidas en cuenta, sucedió lo inevitable: la renuncia de Nieva.

El Esquiú.com

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Comentarios

20/6/2019 | 02:34
#149006
“Ni la mitad de los pergaminos que ella” se puede ser más papistas que el papa, si en esta editorial queda demostrado. Que le tiren tierra a los gobiernos del fcys está bien porque fueron pésimos pero el gobierno peronista antes fue muy bueno e hizo mucho en la provincia. Pero ustedes nunca nunca reconocen nada en su afán de endiosar lo actual... siempre igual.