Apuntes del Secretario

jueves, 25 de julio de 2019 00:11
jueves, 25 de julio de 2019 00:11

Como se preveía, el discurso de la oposición va a tener problemas para llegar e impactar sobre la gente. El pasado, por varios motivos, no lo favorece, y ocurre lo mismo con el presente. Si vamos hacia atrás en el tiempo, los lunares del exFrente Cívico –corrupción incluida- tornan inservible reivindicar acciones y hechos testimoniales de los gobiernos castillistas y brizuelistas, a no ser su efectividad en planes electorales. En el presente, los precandidatos se topan con el inconveniente de destacar al gobierno nacional, cuya imagen en Catamarca es pobre, por no decir caótica. Por ello no extraña que en las recorridas proselitistas las temáticas se aborden hacia cuestiones generales. Por ejemplo, una figura nueva y no comprometida con el pasado como Roberto Gómez, apunta sus críticas a la corrupción, a la que considerada enquistada, o a planes en materia de salud, tema que evidentemente conoce por su condición de médico. Son apreciaciones válidas, es cierto, pero llegan poco y nada a quienes piden trabajo, mejores salarios, atención de los jubilados y de los niños en condición de pobreza. Estas son las cosas que pegan y necesitan ser escuchadas por los niveles más vulnerables de la sociedad. También convendría, ya pensando en los segmentos más altos, que el mismo Gómez y los precandidatos a cargos electivos –diputados y senadores- se pronuncien sobre situaciones impostergables como la reforma de la Constitución provincial y las políticas mineras. Decir que será “un fácil triunfo”, como lo expresó el diputado y precandidato municipal de Fray Mamerto Esquiú, Humberto Valdez, forma parte de un anhelo, no de la realidad. Es más. No será fácil para ninguno.

Pensar que el desgaste y la salida de Lucía Corpacci de la precandidatura principal puede allanar el camino, a esta altura, resulta una ingenuidad. El gobierno, por el solo hecho de ser gobierno, ya arranca con ventajas y, por otro lado, Raúl Jalil despliega acciones concretas en toda la provincia, por lo que su precandidatura toma cuerpo y va definiendo el futuro si le toca sentarse en la silla mayor. Esto es, continuidad de la obra de Corpacci (su imagen sigue siendo la mejor de la política lugareña), federalismo de cara al interior catamarqueño y transparencia absoluta en el manejo de los fondos públicos, lo que (Jalil) demostró ampliamente en la gestión municipal. También va a lo concreto. Recientemente, en sus distintas paradas por el departamento Belén, antes de pisar Andalgalá, habló de minería e insinuó lo que va a hacer. Desde asegurar la licencia social hasta el uso virtuoso de los recursos que provengan de la actividad. En ese sentido, con razón, habló de cómo se desperdició el dinero que provenía de la explotación de la Alumbrera, materia en la que castigó a lo que fue el Frente Cívico, el gobierno que firmó el contrato con las multinacionales y, en tiempos de Brizuela del Moral, dispuso de suculentos ingresos que se fueron en gastos corrientes, obras inútiles y asistencialismo improductivo.

Las conductas de Luis Barrionuevo no dejan de ser extrañas y curiosas. Tras el viaje relámpago de los primeros días de junio, cuando prometió que iba a ser precandidato a gobernador y recorrer toda la geografía catamarqueña alentando a la fórmula Lavagna-Urtubey que supo estructurar, no dio más señales. Siguió diciendo que el exministro de Economía va a ser presidente y en Catamarca se anotó como precandidato a diputado nacional, armando una fórmula que no tiene posibilidad alguna de superar a la de los partidos tradicionales. Apenas cuenta, de acuerdo a los antecedentes, con lo que pueda aportar en términos de votos su sobrino Maximiliano Mascheroni, que va por la intendencia e intentará dar una sorpresa. Su tío, mientras tanto, ve transcurrir los días en viajes al exterior –por estas horas estaría en los Estados Unidos- y podría llegar a establecer un recórd: mantener una candidatura como la de diputado nacional sin hacer campaña alguna. Lo decimos porque estamos a días de las PASO y sigue sin aparecer. Al mismo tiempo, la fórmula Lavgna-Urtubey observa una ostensible declinación, a contramano de la polarización entre el macrismo con el kirchnerismo. Tanto es cierto que en los círculos del poder ya se comienza a hablar que, de ganar Macri, el gobernador salteño podría terminar siendo su canciller.

Entre las atracciones territoriales que destaca la cartelera electoral, si bien todas suman, podría señalarse como las más importantes a la Capital, donde peronistas y radicales produjeron en 2017 un empate técnico; Andalgalá, donde no va a ser candidato Alejandro Páez y la villa veraniega El Rodeo, donde hará su debut político el empresario Walter D’Agostini, quien ya se mueve con ropaje de precandidato. A ellas podría sumarse la de Santa Rosa donde, una vez más, pondrá en juego el cetro de intendente el inefable Elpidio Guaraz. El hombre, que nunca aceptó ser “políticamente correcto”, desafía con sus conductas la lógica electoral y no pierde oportunidad de mostrarse como “un patrón de estancia” que hace lo que quiere en la jurisdicción esteña. Guste o disguste a sus mentores, adversarios y enemigos, que representan un buen número, el hombre tiene vigencia en Santa Rosa desde hace más de 25 años. ¿Julio Maza podrá quitarle el invicto el 11 de agosto?

En Valle Viejo, tierra de un indiscutido caudillo como Gustavo Roque Jalile, la oposición parece construir puentes para alcanzar la unidad aunque lleve a la primaria cuatro precandidatos. Las caminatas de proselitismo, con el acompañamiento de los principales precandidatos de la provincia –Raúl Jalil, Rubén Dusso, Lucía Corpacci, etc- establecen el compromiso de que todos deberán alinearse detrás del ganador de la PASO. Algo parecido se está practicando en los circuitos de San Fernando del Valle, donde abundan los aspirantes a concejal y nadie se anima a realizar una apuesta en orden a los eventuales ganadores. Pero el compromiso es el mismo de Valle Viejo: todos unidos el 11 de agosto.

Alberto Fernández, imitando la campaña preelectoral interminable que realizara el expresidente Alfonsín en 1983 –para tener una idea de lo que escribimos, decimos simplemente que visitó tres veces nuestra provincia-, no descansa un día en tratar de convencer a los argentinos que los sacará de la crisis que, según sus palabras, generó la administración de Macri. El martes, por caso, estuvo en La Rioja, donde trata de unir a un deshilachado peronismo que todavía no tiene un candidato oficial para, eventualmente, reemplazar en diciembre a Sergio Casas. Aparte de atender la interna riojana, se acordó de Catamarca y, en especial, de la emblemática firma Alpargatas –fue vendida por 14 millones de dólares- que dejó sin trabajo a miles de argentinos. También dijo que trabajará a favor de que la región pueda sacar sus productos por el Pacífico y no tener que utilizar los puertos de Rosario y Buenos Aires para llegar al mismo destino: el sureste asiático. Ojalá, en el supuesto que llegue a la Casa Rosada, cumpla con su predicción. Hasta ahora todos dijeron lo mismo, pero los resultados no aparecieron.

Los crímenes y los hechos de inseguridad de las últimas semanas no dejan de preocupar a las autoridades provinciales. Y tampoco llaman la atención las reuniones que, para debatir medidas de prevención, llevan a cabo espontáneamente los vecinos. Algunas de ellas tuvieron lugar en la zona centro-norte de la Capital, donde se echaron las bases para contrarrestar el accionar de los delincuentes. Con el mismo objetivo, y sin que exista participación directa de dirigentes políticos, hoy volverán a reunirse en el local “El Encuentro”, que se ubica exactamente detrás del predio universitario enmarcado por avenida Belgrano, Maipú norte, Ayacucho norte y Juan Pablo Vera. La cita es a las 21.30 y, de acuerdo a lo que dijeron los vecinos, podrían asistir autoridades de la Secretaría de Seguridad que conduce el abogado Marcos Denett.

RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, cerramos los “Apuntes” de la fecha con los acontecimientos del pasado.
El 12 de julio de 1994, con la consideración de cómo sería la relación entre la Nación y las provincias, la convención constituyente que sesionaba en Santa Fe y Paraná (Entre Ríos) ponía fin al debate sobre el núcleo de coincidencias básicas que había sido propuesto en el acuerdo que firmaron y convinieron, previamente, los expresidente Raúl Ricardo Alfonsín y Carlos Menem, éste último en ejercicio del poder. Es de destacar que por la provincia participaban de la reforma de la Constitución Ricardo Guzmán, Marita Colombo, Augusto César Acuña, Simón Hernández, Pilar Kent de Saadi, Héctor Díaz Gimenez y Ricardo Diego María Moreno, padre del actual senador por la Capital que, en una de sus últimas intervenciones, presentó un proyecto, el día 20 de junio de 1994, para fortalecer el régimen federal.

Un día como hoy, el 25 de julio de 1994, el menemismo retiraba del Congreso de la Nación su proyecto de reforma laboral, cuya letra había sido dibujada por el exministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo. De esta forma, se ponía fin a un intento de cambiar los convenios colectivos de trabajo que, en homenaje a la verdad, se había iniciado durante el gobierno de Alfonsín con lo que se llamó la fallida “Ley Mucci” que desbarató el senador de Catamarca, Vicente Saadi. Seis años más tarde siguió con el mismo objetivo Fernando de la Rúa. Se trata, obviamente, de la misma planificación del macrismo en los tiempos actuales.

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