Apuntes del Secretario

domingo, 18 de agosto de 2019 00:00
domingo, 18 de agosto de 2019 00:00

El viernes, por la televisión nacional, se conoció la suspensión de los trabajos en la autovía de la Ruta 3 que, en el centro bonaerense, une las ciudades de Montes, Las Flores y Azul. Esa obra fue noticia porque, en período electoral que no se podían hacer inauguraciones (mediados de julio), Mauricio Macri y María Eugenia Vidal se presentaron diciendo “nosotros a las obras las iniciamos y las terminamos, no como el gobierno anterior”. Ahora, para el estupor ciudadano, la empresa constructora, aparte de despedir más de 50 trabajadores, suspendió la obra por falta de remisión de fondos del Estado. En síntesis, una mentira más de un gobierno que, durante casi cuatro años de mandato, avanzó a puro marketing, noticias falsas y demonización del enemigo electoral. Con esto, después de la estrepitosa caída del domingo anterior, no queremos “hacer leña del árbol caído”. Por el contrario, en forma permanente alertamos por situaciones como las de la ruta 3. Si son ciertos los reclamos que provienen de todo el país, en el futuro, obras del macrismo se van a convertir en un capítulo especial del fracaso gubernamental. En Catamarca, sin ir lejos, sus representantes se llenaron la boca y se desgañitaron hablando de realizaciones que no fueron tales. En cuatro años no habilitaron una sola obra nueva. Solamente contribuyeron, con ritmo cansino, a completar las que tenían un importante avance (un centenar de viviendas de Valle Chico, la remodelación del Hospital de Niños o la Ruta Andalgalá-Belén, entre otras más) y fueron licitadas durante los mandatos de Cristina Kirchner.

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A propósito de rutas y del organismo encargado de cuidarlas y ejecutarlas –Vialidad Nacional-, en las últimas semanas se conoció un informe del Consejo Federal Vial  que da cuenta que el mantenimiento de los corredores nacionales es cero, situación que trae aparejado múltiples problemas. No solamente por el deterioro visible de las rutas, sino por el perjuicio complementario que se realiza sobre las provinciales, que reciben un flujo de tránsito mayor que el normal y mina las resistencias. En general, las malas noticias se extienden a toda la obra pública que, por exigencias del FMI, debería que ser paralizada. A tanto llegó la cosa que el presidente, en un arranque de histeria durante la campaña, salió a ponderar el trabajo que, siendo Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, había realizado hace años para conjurar las inundaciones. Pero también hay otros detalles que sintetizan el momento de crisis. Hay reparticiones nacionales en las que se prohibieron la compra de yerba y azúcar o la adquisición de diarios. Todo esto mientras se paga más de dos mil millones de pesos en interés diario por las famosas Leliq. ¡País absurdo!

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En la semana que pasó, como aspirante a la gobernación, Raúl Jalil valoró que, a pesar del difícil momento que vive el país, “Catamarca está bien”. Algo de esto, después de su reunión con Alberto Fernández, fue refrendado el viernes por Lucía Corpacci al enfrentar a la prensa nacional. Aparte de indicar que la provincia no tomó préstamos, como lo hicieron otras, destacó que hubo que subsidiar al transporte y la energía por las medidas que tomó, en diferentes momentos, el gobierno nacional. De igual forma, hizo hincapié en que la administración está ordenada y que, por políticas de austeridad, asegura el pago de los sueldos a los empleados estatales. Tuvo, asimismo, amargas referencias para las últimas medidas del gobierno nacional. Indicó, en ese sentido, que se llevan a cabo sin ningún tipo de programación y sin consulta alguna a las provincias que, por los recortes de la recaudación, resultarán claramente perjudicadas. Corpacci estimó que el daño que se le hace a Catamarca rondará los 770 millones de pesos, cifra que en una provincia chica se siente sobremanera. Desde lo político, claramente, la reunión con Fernández adquiere capital importancia. Significa que hay sintonía plena para encarar el futuro.

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El discurso de Corpacci ante la prensa, muy sólido y preciso, contrasta totalmente con el que esgrime la oposición local. Los candidatos de “Juntos por el Cambio”, alejados de la responsabilidad de gobernar, lanzan mandobles que no se sostienen en información fidedigna. Por caso, el intendente Páez, desde la posición de candidato y presidente de la UCR, señaló como una de las causantes de la derrota el aumento de los fondos de coparticipación que dispuso el gobierno nacional. Se trata de una gran falacia. No existió tal aumento, porque la “copar” es un cálculo exacto que surge por porcentaje del monto total de la recaudación del país. En términos nominales puede aceptarse el incremento, pero con una sensible pérdida por la disparada de la inflación, la que destruye el peso argentino y, que sepamos, a la provincia se le paga en pesos. Aparte, otro elemento que hace falta repetir es que desde 2016, en forma escalonada, se cumple con la decisión judicial de la Suprema Corte de devolver el 15% que se retuvo desde 1992 (gobierno de Arnoldo Castillo) hasta 2015. Por lo tanto, intendente Páez, sus apreciaciones no se ajustan a la verdad y, por el contrario, sí pueden anotarse como certezas la quita de subsidios o del fondo sojero por el que tanto se benefició a la Municipalidad de Andalgalá. Quienes no se le quedaron atrás a Páez en materia de mensajes improductivos fueron los diputados castillistas Luna y Lobo Vergara. Este último, sin ponerse colorado, pidió que dineros que están destinados al funcionamiento del Estado sean aplicados a cubrir los aumentos de tarifas que fijó el gobierno nacional. Increíble, pero cierto.

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Raúl Barot, que prácticamente tiene asegurada la senaduría por el departamento Santa Rosa en reemplazo de Julio Maza, no descuida el manejo de la empresa de energía, sobre la que ha expresado temor por eventual aumento de la tarifa. No creemos que ocurra tal cosa porque la Nación ha dispuesto postergar toda medida fiscal hasta después de las elecciones. El gran interrogante, obviamente, se abrirá en diciembre cuando jure nuevamente Macri o, lo que es más probable, lo haga Alberto Fernández.

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La falta de conducción dentro de la campaña de “Juntos por el Cambio”, que significó una caída por cifras estrepitosas, tiene indudablemente que ver con el discurso de sus candidatos. Uno de los ejes elegidos fue la corrupción, sobre la cual no ofrecieron precisiones de ninguna naturaleza. Menos que menos hicieron referencia a decisiones de la Justicia que, con fallos de contundencia, desligaron a funcionarios de maniobras irregulares. Por cierto, durante años, en todo el proceso de instrucción de las causas, aprovecharon para ir cimentado un discurso contra la corrupción que, finalmente, no arrojó buenos resultados. Uno de los casos más frescos tiene que ver con Angel Mercado, uno de los dos directores de la provincia en YMAD. Varios diputados de la oposición, por largo tiempo, machacaron contra el funcionario por su eventual participación en lo que un canal de cable nacional dio en llamar “la mafia del oro”, resultado de la comercialización del metal que sale de nuestros recursos mineros. La maniobra en realidad existió. Se hizo con un pool de empresas que, a precio vil, adquirieron el oro y, mediante una alquimia, habrían lavado dinero. Para el juez federal en lo Criminal y Correccional, Sebastián Ramos, la responsabilidad corresponde a la presidencia de YMAD y no a los directores de Catamarca y la Universidad de Tucumán, que nada tienen que ver con la administración de la empresa. El nombre de Mercado, en definitiva, quedó lavado. Lo que no podrá borrarse será la campaña de desprestigio que se montó en torno a su figura.

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En las elecciones del domingo 11, aparte de las pujas entre precandidatos que buscaban consagrarse candidatos, de alguna forma compitieron los medios nacionales. Así como muchas veces ganó, esta vez al poderoso Grupo Clarín le tocó perder y, como el mismo Macri, lo hizo de manera rotunda. Desde hace más de 10 años sostiene una persecución casi obsesiva contra todo lo que sea kirchnerista o tenga que ver con la expresidente, Cristina Fernández. El sábado 10 llegó a un límite demasiado peligroso: afirmó en la tapa del diario y con títulos en los canales y radios que maneja, con comentarios incluidos, que los mercados financieros ya habían apostado por Macri, quien podría empatar o ganar las PASO por uno o dos puntos. Perdió por 17 en un virtual plebiscito que sumó en el desconcierto a los famosos mercados y a todo el gobierno. No hubo disculpas por semejante desinformación. Será por el inmenso poder que concentran. Por imperio contrario, un medio limitado económicamente y con sus propietarios presos, como el canal de cable C5N, festejó a toda pompa su prédica contra el oficialismo. También lo hicieron otros medios pequeños en relación al pulpo mediático que orienta Héctor Magnetto.

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RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, incluimos en el último bloque los acontecimientos del pasado cercano. El 18 de agosto de 1994, en la ciudad de Santa Fe, la convención constituyente que iba a reformar la Carta Magna, ingresaba en la recta final. La novedad de ese día era una petición del ministro de Justicia de la Nación de aquel entonces, Rodolfo Barra, quien propiciaba la inclusión de una cláusula antiaborto, un tema que estuvo en la agenda de todos los gobiernos. Días antes, tras doce horas de debate, se votó el dictamen de temas generales que iban a ser incluidos como enmiendas del nuevo texto, el que fue aprobado por 184 votos a 84. Por Catamarca, cabe recordarlo, actuaban como constituyentes Ricardo Guzmán, Simón Hernández, Marita Colombo, Augusto César Acuña, Pilar Kent de Saadi, Ricardo Diego María Moreno y Héctor Díaz Gimenez. De ellos, aun cuando han transcurrido 25 años, todavía desempeñan funciones Acuña y Colombo. El primero es titular del ENRE y la segunda es una de las legisladoras eternas que produjo el castillismo.
 

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Satisfacción
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Indiferencia

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