Columna de opinión del CPN Germán Vittore
El pueblo no se suicidó y el patrón se enojó
Ante la paliza electoral propiciada; arrogancia, amenazas, disculpas, placebos electorales y tierra arrasada.“El Gran Pueblo Argentino no se suicidó”
La merecida paliza electoral que recibió el espacio “Juntos por el Cambio” en las recientes Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias” (PASO); denotan que una amplia mayoría del pueblo argentino evitó el suicidio colectivo, votó priorizando la razón y el instinto de supervivencia y dio un claro mensaje en rechazo al modelo de País que impuso e implementó, estos últimos casi 4 años, esta 2da. Alianza Cambiemos entre el Pro, la UCR y el espacio ARI (que lo laceró y postergó hasta límites inimaginables e indignantes).
En los hechos estas PASO fueron un virtual plebiscito o referéndum sobre la (nefasta) gestión cambiemita y, más allá de lo que arroje su escrutinio definitivo, el 47 % obtenido por la fórmula Fernández x 2 (¡con 15 puntos de diferencia sobre la de Macri/Pichetto!), catapulta casi de manera inexpugnable e irreversible a “Alberto Angel Fernández” como el nuevo presidente de todos los argentinos.
Sorpresa, alivio y esperanza
Ni bien se conoció el “dilatado” resultado y luego de que nuestro Presidente derrotado, de manera irrespetuosa, caprichosa (al mejor estilo de “niño rico” nunca contradicho) nos mandara a dormir a todos; una de las primeras emociones y sentimientos que aparecieron fue la sorpresa. El contundente y amplio triunfo del “Frente de todxs” fue una grata y gran sorpresa; sobre todo por el clima pre-electoral que existía, de acotada diferencia y hasta de un virtual empate, que habían generado la mayoría de las encuestadoras y los grandes medios de comunicación obsecuentes (cuando en realidad; acaeció una tremenda tunda, no?).
Fue un gran alivio el saber que la mentira, la manipulación mediática, el marketing político, los slogans y las promesas vacías, la obsecuencia económica a favor de ciertos poderes concentrados y financieros, el atropello al sentido común, la falta de autocrítica y la negación de la realidad, etc., etc., etc. ya no hacían mella en la mayoría del pueblo argentino.
Y el principal sentimiento vivido fue la esperanza. Es esperanzador que llegue a ser electo un proyecto político (de País) que garantice derechos básicos y universales, que promueva la inclusión y la equidad social, que distribuya la riqueza de manera progresiva y que esencialmente gobierne en pos del interés general. También lo es el saber que un mejor futuro es posible para ¡todos! (no sólo para unos pocos). O mejor dicho que: “un futuro” es posible en nuestro País; porque claro está, no? no lo había, como nunca lo habrá, bajo el yugo neoliberal (como lo demuestra no sólo esta reciente experiencia cambiemita; sino nuestra extensa historia económica, cada vez que se implementó un modelo similar).
¡Corramos muchachos!; la fiesta terminó
Pero al día siguiente el sistema financiero y los especuladores locales y foráneos, al tomar conocimiento que la timba y la patria financiera cambiemita llegará a su fin, salieron despavoridos a demandar dólares (ya sea para fugar, atesorar o especular) y provocaron una monumental corrida cambiaria (no frenada) que devaluó nuestra moneda en más de un 20 %. Funesta situación que nuestro Presidente, al mejor estilo “patrón de estancia” (que recrimina a su “peonada” por no haberlo votado), no sólo endilgó la misma a la fuerza ganadora sino que hasta nos amenazó con que la vuelta del “Kirchnerismo” (intentando así estigmatizar intencionalmente al amplio “Frente de Todxs”) provocaría “¡el fin de la Argentina!” (ya que no eran del agrado del “El Mundo” y de su deidad “Mercado”). ¿Qué les parece?; de no creer, no?
Nos preguntemos ¿Nada hizo el enojado “patrón de estancia” estos últimos casi 4 años? ¿Es acaso una víctima de la realidad que provocó su gobernabilidad? A ver, ¿quién desreguló el mercado cambiario y de capitales que nos deja a merced de la voluntad de los grandes especuladores y del sistema financiero local y mundial?
No existe autocrítica, no se reconoce las consecuencias de lo realizado, se inculpa a cualquiera y al pasado y, lo peor, se intenta fomentar miedo a la población por cómo votó (nada sorprende; lo mismo a lo que nos tienen acostumbrados, siempre).
Luego de las amenazas; las disculpas
Luego de la (permitida y no contenida) disparada del Tipo de Cambio, de haber elevado la tasa de interés de las LELIQ al 75 %, de dilapidar cientos de millones de dólares de nuestras reservas (que surgen del obsceno endeudamiento externo principalmente del F.M.I., donde su último desembolso de u$s 5.400 millones ya desapareció), de duplicar el riesgo País, de incrementar los precios internos de todos los alimentos que componen nuestra canasta básica alimentaria, de generar una gran incertidumbre que paralizó la frágil, endeble y moribunda economía cambiemita y de cualquier otro descalabro que se les ocurra; el ya adoctrinado y guionado “patrón de estancia desvelado”, ¡pidió disculpas!.
Hipócritas disculpas ante su irresponsabilidad como Jefe de Estado, su caprichoso enojo y su altanera amenaza.
Un electoral placebo, llamado “Plan Alivio”
Así es como llega el “Plan (electoral) Alivio”, que en resumidas cuentas intenta “comprar los votos” de ciertos sectores (no de todos), principalmente el de las clases medias, por $ 2.000 mensuales por sólo 2 meses. Además anuncia un congelamiento (de precios de combustibles) no acordado, eliminar el IVA de ciertos alimentos básicos que seguramente pasará a engrosar las ganancias de las grandes empresas, postergar aumentos de tarifas hasta fin de año, planes de pagos para las ya fundidas y desaparecidas Pymes, etc. Todos anuncios con fecha de vencimiento, o hasta las próximas elecciones o hasta fin de año y en su mayoría medidas que este Gobierno tildó de “populistas” (abandonando ideales fundacionales; pero al parecer todo vale para estos “neoliberales”, a la hora de especulaciones electorales).
Sin convicción, sin atacar las cuestiones de fondo, desahuciado por el resultado de las PASO, tirando manotazos de ahogado y prostituyéndose irresponsablemente; ante el inconmensurable desastre socioeconómico realizado y la exteriorización de las consecuencias del modelo implementado, los ahora “Juntos por el Cambio” (por nuestro voto) nos ofrecen aspirinas para medicarnos de la enfermedad terminal que nos contagiaron.
La escalada inflacionaria acelerada menoscabará, rápidamente y sin piedad, estos “placebos electorales”. El modelo no se cambia (la timba y el libertinaje económico continúan inmutables); sólo se intenta disfrazar “al gato por liebre”, hasta las próximas elecciones.
Tierra arrasada
Me despido hasta la próxima preocupado por la estrategia cambiemita de opacar el gran triunfo electoral del “Frente de Todxs” acaparando la atención de los medios y de la gente con una catarata de anuncios de nimias e irresponsables medidas, prontas a caducar, que no mueven el amperímetro de la nefasta realidad y del sufrimiento de todo el pueblo argentino; sólo se intenta “comprar su voluntad” hasta la hora de votar y después “¡qué más da!” (ya nada quedará).
Este sigue siendo un nefasto gobierno (tal vez el peor de nuestra historia), que derrotado y en retirada; está dejando, tierra arrasada.