33 de mano

El enemigo a vencer: el odio

miércoles, 21 de agosto de 2019 00:05
miércoles, 21 de agosto de 2019 00:05

El 5 de setiembre del año pasado decíamos en este mismo espacio: “Los argentinos asistimos a una guerra –mediática, claro está- entre los sectores K (kirchneristas) y M (macristas). Una guerra con un fuerte componente de odio y sed de venganza, lejos de la paz y codeándose cotidianamente con la violencia, situación que tiene en estado de angustia y aflicción al pueblo argentino” (más la pesada mochila de una crisis que no tiene fin). Aludíamos también a la “maldita grieta” que tiene como capitanes de equipos a Cristina y Mauricio. Y que así no se podía vivir en el país, que había que ponerle fin a la tristemente célebre grieta: “Porque se miente y se agrede sin cuartel. Y va en aumento”. El 28 de noviembre de 2018 insistimos con el tema: “La maldita grieta lo hizo”, en referencia al suspendido clásico River-Boca, con manifestaciones de un odio capaz de llegar hasta la muerte. Y dejamos bien en claro nuestra posición: “Estamos del lado de los que aman y construyen, y en la vereda opuesta de los odian y destruyen. Y brindamos por la paz y no por el triunfo del odio y la violencia”. Así de clara fue nuestra postura. Esto nos valió el rechazo y la crítica de algunos que no compartieron el escrito, a los que respondimos con el silencio respetuoso que se merecen los que piensan distinto, simplemente porque tienen todo el derecho a disentir. A lo que no tienen derecho es a agredir al que tiene un sentimiento diferente. Menos usando la violencia. Pasaron los meses y el último domingo, en un reportaje concedido al diario Clarín, el candidato presidencial Alberto Fernández, decía de manera categórica: “Lo que nosotros necesitamos es que la grieta se termine. No se puede vivir en una sociedad de unos contra los otros, es imposible”. Un “chirlo” en la cola a los que agitan las banderas del odio, sean del bando K o del M, utilizando todos los medios de comunicación posible. Esta vez no lo dijo “El Negrito de Polcos”. Lo puntualizó un aspirante a la presidencia de la Nación.

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  Hace dos días, en la página 14 de El Esquiú. Com, bajo el título “El odio entre nosotros”, la periodista Soledad Vallejos decía en su escrito: “El odio anida entre nosotros. Pasa desapercibido en el revuelo económico, pero tanto mentar el huevo de la serpiente y hoy, en realidad, el problema es la serpiente misma: un odio ya activo, en funciones y que las urnas mostraron bien sanito. Un odio vivito y dañando; que se viste de celeste y quiere mostrarse como factor real en las elecciones de octubre”. Esa es la Argentina de hoy y también podemos afirmar la Catamarca de hoy: nada nos une, todo nos separa. El que dice blanco  recibe como respuesta negro y, además, una andanada de golpes bajos y descalificaciones. Duele pensar distinto aquí. Los agitadores de la grieta (sean K o M, insistimos, para el caso es lo mismo), piden a gritos “¡que vayan presos por traición a la Patria!”. Si esa expresión de deseos, justificada en muchos casos, se hiciere realidad tendríamos que tener un presupuesto especial para construir nuevas cárceles a lo largo y ancho del país. Serían cientos y cientos los corruptos detenidos, y miles y miles los fanáticos que los visitarían en el lugar de reclusión. El daño que le hicieron a la Patria en la última década, por tomar un punto de referencia, entre los K y los M, es demasiado grande. La herida es tan profunda que no va a cicatrizar así nomás. Ese será sin lugar a dudas el enorme desafío a enfrentar por la dirigencia política argentina: sanar las grietas que dejaron los malos políticos/as. Tanta división no sirve para nada. Tanto odio y rencor dando vueltas por ahí hizo del ciudadano argentino un paciente en terapia intensiva. Ya dijo Gandhi: “Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”, como una prueba cabal de que la venganza ciega al ser humano. Ahora, nos espera otra elección en octubre. Todavía hay tiempo de practicar el saludable ejercicio de la paz. Cada uno defendiendo sus ideales. Y respetando al otro. Que nos separen las convicciones. Jamás el odio. Tarea para las homilías que vienen, Don Urbanc. Para tener en cuenta: hay que respetar la voluntad popular en las urnas. Y un consejo para Macri: también se puede hacer política en Boca Junior. De última, que lo sufra el gallinero.

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Comentarios

21/8/2019 | 15:37
#149006
Como se nota que sos K. Si fueses buen periodista jamas mostrarias tu postura politica.
21/8/2019 | 15:06
#149005
Cambiemos uds crearon el odio así q dejen de hablar.