DE LA “POBREZA CERO” AL HAMBRE EXTREMO

¿Cómo pasamos, en tan corto tiempo, de la estabilidad promisoria a la crisis alimentaria?

domingo, 15 de septiembre de 2019 00:08
domingo, 15 de septiembre de 2019 00:08

“Nos prometieron un mejor futuro; y nos llevaron, al peor pasado.

 

Más allá de cualquier sentir personal (amor/odio) y de cualquier bandera ideológica y partidaria que podamos tener; a nadie escapa ya, que en estos últimos 4 años, hemos pasado de una situación socioeconómica estable y promisoria a tocar fondo con una profunda y lamentable “crisis alimentaria” (donde el elemental derecho a la alimentación está en grave riesgo para gran parte de la población en nuestro País) con crecimientos obscenos en los niveles de desocupación, pobreza e indigencia.

 

Como he escrito para una de las canciones de la banda “Santos Herejes”: “Nos prometieron un mejor futuro; y nos llevaron, al peor pasado”. En muchos sentidos hoy respiramos aires parecidos a los del 2001.

 

Pasamos, en muy corto tiempo, de la promesa de “pobreza cero” a la certeza del “hambre extremo”.

 

Según el INDEC la pobreza trepó al 46,8 % de los menores de 14 años y el 14,5 % de los chicos pasaron hambre en el último año.

La UCA informó que ya 4 de cada 10 niños y adolescentes bonaerenses se alimentan en comedores comunitarios, la mayoría en las escuelas, y que el 7,8 % de ellos no consume ningún nutriente esencial (agrego: donde el mate cocido y los fideos reemplazaron a la leche y a la carne).

 

Es tal el deterioro económico provocado y tan profundas sus consecuencias sociales que los comedores comunitarios del País se encuentran desbordados; donde según diferentes referentes de organizaciones sociales: "se ha triplicado y cuadruplicado la cantidad de hombres, mujeres, niños y jubilados -sobre todo jubilados- que asisten a los comedores".

 

Ante crítica situación social es que representantes de la oposición política y organismos sociales e instituciones, reclamaron la urgente implementación de la “Emergencia Alimentaria”. Emergencia que altos funcionarios del Gobierno negaron (donde al parecer, en el ámbito de la negación e insensibilidad; si morirá “con” las botas puestas), aduciendo que era un “slogan de campaña”; pero que al final la Cámara de Diputados aprobó, estableciendo principalmente un incremento del 50 % de los fondos presupuestados a políticas públicas nacionales de alimentación y nutrición.

 

¿Es necesario declarar la emergencia alimentaria?

 

Aclaro que la última vez que se aplicó la emergencia alimentaria en Argentina fue en el 2002 (con Duhalde) para aplacar el hambre y la pobreza en la que se encontraba ¡la mitad de la población argentina!; luego del proyecto de País que llevó adelante la 1er. Alianza (similar al de esta 2da. y que profundizó y acentuó el desastre realizado por la dupla Menem/Cavallo). 

 

Veamos. La inflación cambiemita no da tregua, el índice promedio de Agosto fue del monstruoso 4 % (acumulando en el último año un ¡54,5 %!); donde se esperan porcentajes mayores para los próximos meses.

 

Pero más allá de este nefasto dato estadístico asimilemos por favor que a finales de 2015 un kg. de Pan valía $ 20, un kg. de Carne (blando) $ 80 y un litro de Leche $ 10; y que hoy rondan los $ 80/100, $ 340/360 y $ 50/80 respectivamente (con incrementos mayores al ¡350/400 %! y en franco ascenso), donde su consumo cayó estrepitosamente (y no porque las clases medias y altas los dejaran de consumir; claro está, no?).

¿Qué les parece? los más vulnerables de nuestra población, que ven licuar sus ingresos día a día (hora por hora), donde muchos perdieron su sustento y trabajo, ¿estarán en una explícita crisis alimentaria?

¡¿Hay alguna mínima duda?! ¡Por Dios!

 

La pérdida del poder adquisitivo y de la calidad de vida de todos es monstruosa; los trabajadores en relación de dependencia terminarán este nuevo ciclo neoliberal con un 25 % menos de poder de compra (con la 1er. Alianza, en el 2001, perdieron el 23 %) y el porcentaje se agranda en los beneficiarios de la seguridad social y trabajadores del estado. Además ¡se duplicó la desocupación!, que pasó del 6 % a superar tranquilamente los 2 dígitos (11/12 %); donde se perdieron cientos de miles de puestos de trabajo de calidad (principalmente industriales).

 

¿Cómo logró Cambiemos tamaño desastre en tan corto tiempo?

¿Cómo postergó a millones de personas a la mal nutrición, al hambre, a la pobreza y a la indigencia?

 

Vía incremento de todos los precios en general, pero de los alimentos en particular; licuando el ingreso de la población (con techo a las paritarias y caída del salario real) y generando la pérdida de su sustento (con más desocupación).

 

¿Cómo hizo para que los precios se incrementaran de esta manera?

 

Pensar que, sólo en estos 4 años de gestión, acumulará una “inflación” cercana al ¡300 %! (¡todo vale en promedio 3 veces más que en el 2015!).

 

¿Será el déficit fiscal y la emisión (como instaló este Gobierno en el sentido común popular) o será la devaluación y dolarización (que él mismo provocó)? ¿Qué les parece?

 

Este Gobierno, junto a la poderosa maquinaria mediática, le hizo creer a los argentinos que la emisión monetaria originada por el exceso de gastos del Estado (déficit fiscal) es casi la única causa que genera inflación en nuestro País (“emisión = inflación”; ¡así de simple!); ya que esta emisión generaría un exceso de demanda de bienes y servicios que haría incrementar los precios (¡olvidando sin más a la oferta! -fundamental variable que, para estos señores, al parecer no existe-).

 

Con esta engañosa y simplista versión de las causas que generan inflación en nuestro País; este recargado experimento neoliberal justificó nuevamente no sólo a) tomar deuda en dólares para destinarlos a cubrir los excesos de gastos corrientes en pesos sino también b) la obscena “timba financiera” a tasas de interés siderales (primero con las populares LEBAC y hoy con las exclusivas LELIQ) para absorber del mercado los igualmente pesos emitidos (ya sea surjan de la deuda o de la “maquinita”) y no generar así el “temido” exceso de demanda (el famoso “enfriar la economía” para no generar -o para contener la- inflación).

 

¿Los resultados de realizar esto? Bueno, los sufridos por todos.

¡La inflación se duplicó! (de niveles promedio del 22 % anual en la “era K” a valores superiores al 50 % en la “era M”)

 

Sí, el mejor equipo de los últimos 50 años no sólo provocó una incontrolable escalada inflacionaria que licuó el ingreso nacional sino que además cometió la aberración y la gran estafa de cubrir emisión en pesos con endeudamiento externo en dólares y absorberlos luego vía una obscena timba financiera; generando una terrible recesión económica con cruentos ajustes y estrepitosa caída del consumo interno (¡que ni así contiene dicha escalada!).

 

Un desastre monumental que a mi entender escapa a la inoperancia y obedece a la premeditada pericia (no hay errores ingenuos sino certeros aciertos).

Un gran slogan económico machacado y marcado a fuego en la psiquis popular para justificar el gran negocio endeudatorio, regresivo y especulativo de unos pocos amigos.

 

Pero entonces; ¿Cómo hizo este Gobierno para generar semejante escalada inflacionaria a pesar de cubrir emisión con deuda externa, de absorberla con timba financiera y de enfriar/congelar la economía?

 

Simple; y ya no debería sorprender a nadie, no?

  1. Liberando el Tipo de Cambio,
  2. quitando Retenciones a las exportaciones de bienes primarios producidos por la tierra y
  3. dolarizando y atando a precios internacionales el precio interno de nuestros recursos naturales.

 

Así es como las constantes corridas cambiarias cambiemitas que devaluaron nuestra moneda (ya en un 500 %), no más aplacadas por las Retenciones a las exportaciones, se trasladan rápida y directamente al precio de todos nuestros alimentos e impactan de lleno también en el precio dolarizado de nuestros recursos naturales (génesis de los inconmensurables “tarifazos” e incrementos exponenciales de nuestros combustibles; que le pegan no sólo de manera directa al bolsillo de todos sino también transversalmente a todos los costos de nuestra economía -impacto indirecto-).

 

Así se realiza una gran ¡pero gran! transferencia de ingresos desde las clases populares y trabajadores (de todos los consumidores) hacia el complejo agroexportador concentrado, multinacionales, petroleras y empresas generadores y distribuidoras de gas y energía (muchas de ellas amigas). La famosa “redistribución regresiva del ingreso” (que fue/es inconmensurable bajo el yugo Pro).

 

Estas predecibles consecuencias, hoy muy evidentes, fueron puestas en duda oportunamente por los integrantes “del mejor equipo de los últimos 50 años” y por nuestro Presidente; ¿se recuerdan de los dichos de Alfonso Prat Gay, de Sturzernegger, etc., cuando levantaron el Cepo y quitaron las Retenciones a las exportaciones?, donde afirmaban que no generarían inflación sino que muy contentos y jocosos aclamaban una postergada “libertad” y pregonaban una gran prosperidad (¿¡para todos!?).

 

Devaluación = Inflación

 

Hoy ante la evidente realidad ya nadie lo pone en dudas (hasta es reconocido por los grandes “gurúes conservadores”); en nuestro País, la devaluación es la principal generadora de inflación (más aún si se profundiza la primarización, dolarización y extranjerización de nuestra economía, como hizo este nefasto Gobierno).

 

Otra vez en nuestra historia económica queda demostrado que no necesariamenteemisión = inflación” (ya que lo primero que actúa es la oferta y luego la inversión; dato a tener en cuenta: hoy la capacidad instalada de nuestro País se derrumbó, a niveles cercanos a los del 2001, al 58 % -¡arrojando la ociosidad a más del 40 %!-); como también queda demostrado que, inevitablemente si devaluación = inflación”.

 

Reflexión final.

Si comprendemos esto, nos preguntemos:

  • ¿Es necesario que nuestro Estado administre el Tipo de Cambio?
  • ¿Deben existir regulaciones/restricciones para atesorar y fugar dólares (llámenlas Cepo o como más le guste)?
  • ¿Deben volver las Retenciones a las exportaciones de bienes primarios?
  • ¿Habrá que nacionalizar -y des-dolarizar el precio de- nuestros recursos naturales?, etc.

No debería quedar, a estas alturas, la mínima duda, no?

 

Aprender y nunca más olvidar

 

Debemos aprender de esta nueva experiencia neoliberal y de lo que ocurre cuando nuestro Estado se ausenta y desregula irresponsablemente nuestra economía; dejándonos a merced de ciertos poderes concentrados tanto económicos como financieros.

 

No hay que olvidar este nefasto proyecto de País que llevó adelante esta 2da. Alianza Cambiemos (y que se aplica otra vez en nuestra historia); hay que aprender de una vez para siempre y gritar muy fuerte: ¡NUNCA MÁS! (a un modelo neoliberal en nuestro País).

 

 

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Comentarios

15/9/2019 | 11:14
#149006
Dice Pasamos de una situación estable y promisoria a ..... Evidentemente el que escribió esto vivía en cualquier país menos en la argentina kk.