El Secretario

viernes, 6 de septiembre de 2019 00:13
viernes, 6 de septiembre de 2019 00:13

Existen en política ciertos manuales jamás escritos, pero que se respetan a rajatabla, por estar vinculados con aspectos que hacen a la propia supervivencia del discurso, y son transversales a las distintas fuerzas. Algunos preceptos son hijos de la lógica más elemental, y otros se incorporaron desde la capitalización de experiencias ajenas, al observar el costo que tuvo para algunos protagonistas de peleas partidarias, la utilización de determinados ítems o temáticas. En ese contexto pueden ubicarse las alusiones a cuestiones familiares o muy personales, y también la prudencia al mencionar temas sensibles como delitos o muertes. Estas cuestiones se razonan y calculan generalmente en tiempos de cabeza fría, y se omiten muchas veces cuando el clima electoral o algún conflicto puntual asoma, lo que lleva a los cerebros de las diferentes campañas a tomar nota de lo que se dice y hace, y a poner el freno a ímpetus verborrágicos de ocasión. Siempre puede haber errores, deslices o exabruptos: un político en campaña habla en público dos o tres veces por día, entre actos y encuentros con la prensa, y es posible que en algún momento la pifie.
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Los candidatos catamarqueños de Juntos por el Cambio erraron claramente el discurso en la etapa previa a las PASO, tal como lo sostuvieron muchos de los propios protagonistas de la campaña, a la luz de sus magros resultados. Lo extraño es que en esta nueva etapa, en la que enfrentan el desafío de revertir una diferencia de miles de votos, hayan resuelto insistir por caminos poco redituables. De este modo, Flavio Fama ocupó abundante tiempo y espacio en referencias al tema de la droga, lo cual no sólo no le representó una devolución en votos, sino que le valió duras respuestas de autoridades como el juez federal Miguel Ángel Contreras y el secretario de Seguridad Marcos Denett. Sin cuestionar la vigencia ni la seriedad de la cuestión, cabe preguntarse si corresponde a un eje de campaña a intendente, cuando se trata de un tema por naturaleza federal, y que además excede por mucho al alcance de un municipio como el que aspira a conducir Fama, que ni siquiera tiene una fuerza policial. Ayer se observó un desacierto similar, cuando distintos candidatos buscaron capitalizar la desgraciada muerte de un hombre que sufrió un paro cardíaco, convirtiendo la tragedia en una punta de lanza para arremeter contra el sistema de salud. La oposición parece alejada de las propuestas constructivas, y llama la atención porque ya se demostró que la estrategia no le dio resultado.

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Satisfacción
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Esperanza
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Indiferencia

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