De acuerdo a un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que dirige Nadín Argañaraz, la única provincia que en 2019 ganó en el reparto de la coparticipación fue Buenos Aires, subjurisdicción nacional que registró un incremento interanual de 9,6 por ciento. En este sentido, el resto de las jurisdicciones recibieron entre uno y siete por ciento de recursos menos que en el 2018.

El informe del Instituto hace referencia a los fondos “per cápita” en cada provincia. Es decir, los recursos de coparticipación por habitante. En este orden de ideas y desde una perspectiva local, durante el último año de la gestión de Mauricio Macri, cada catamarqueño “perdió” 4485 pesos en esa distribución de coparticipación ubicando a Catamarca en el lote de las “peores posicionadas”. 

En el caso de la provincia de Buenos Aires, las transferencias en valores absolutos fueron $39.066 millones superiores a 2018. Así, en el cálculo por habitante la “ganancia” fue de $2249. Del resto de las provincias, las que menos perdieron fueron La Pampa ($27.896 millones) y Tierra del Fuego ($ 18.247 millones).

En comparación con 2018, fueron 1,1 por ciento y 3,8 por ciento menos, respectivamente. La contracara en términos de cuáles son las que más perdieron en el global fueron Santa Fe ($137.351 millones) y Córdoba ($133.833 millones). La variación interanual negativa fue de 6,5 por ciento y 6,4 por ciento, respectivamente.

El periódico La Nación tomó el informe y explicó que “otra forma de medir el impacto es el cálculo de ganancia o pérdida de recursos por habitante, siempre en comparación con 2018”. De esta forma, “las peores posicionadas” son San Luis ($5784 por persona menos), Tierra del Fuego ($5287) y Catamarca ($4485). En tanto, las que menos perdieron fueron La Pampa ($1116) y la Capital Federal ($1413).

Argañaraz explica que la baja real registrada en la coparticipación es producto de la recesión, que “achicó la torta que se reparte” entre la Nación y las provincias y resaltó que ese financiamiento es “importante” para la mayoría de los distritos y, en especial, para los más chicos, como La Rioja y Catamarca. 

La clave de por qué Buenos Aires ganó durante el 2019 está en el pacto fiscal que la Nación y los gobernadores firmaron y que determinó una nueva arquitectura fiscal. Con ese instrumento se derogó el artículo de la ley de ganancias que establecía que el 36 por ciento de su recaudación no se sumaba a los fondos coparticipables y se dividía entre Buenos Aires (con un tope de $650 millones), 4 por ciento para distritos con “necesidades básicas insatisfechas” y 10 por ciento para el resto.
La compensación a Buenos Aires el año pasado fue de unos $44.000 millones. El Iaraf aclara que sin esos fondos “habría registrado una variación considerablemente menor, alcanzando incluso valores negativos, en línea con el resto”.
En la administración macrista el otro cambio a la coparticipación fue en 2016, cuando se elevó la alícuota porteña de 1,4 por ciento a 3,75 por ciento sobre el total después del traspaso de la Policía Federal al ámbito metropolitano. En 2018, también por el pacto fiscal, se retrotrajo el porcentaje a 3,50 por ciento. El presidente Alberto Fernández revería esta medida y le bajaría un punto, lo que equivaldría a unos $35.000 millones.

Argañaraz insiste en que si las provincias no lograron bajar el gasto público en los mismos niveles en que cayó su financiamiento, “se consumieron buena parte o todo el superávit primario que alcanzaron en 2018”.