Si el anuncio de los concejales oficialistas de Valle Viejo –Belky Penisse y Sergio Figueroa- se cumple, en orden a que van a reclamar ante la Corte de Justicia la presidencia del Concejo Deliberante, la suerte de Alberto “Abeto” Barrionuevo estaría echada. Este último asumió el cargo con los votos de los ediles radicales –Javier Espinoza y Carlos Alberto Luján-, y el suyo propio, en franca colisión con la carta orgánica que, en 1995, promovió el exintendente Gustavo “El Gallo” Jalile y establece que la titularidad del cuerpo deliberativo le corresponde al ganador de la última elección. Como se sabe, en octubre 19, la contienda electoral favoreció en la categoría concejales al Frente de Todos y, por lo tanto, es el dueño del cargo. Orgánicamente resolvió que el elegido sea Sergio Figueroa, pero en inaceptable maniobra pactada con la oposición, “Abeto” Barrionuevo (llegó a la banca representando al Frente Justicialista para la Victoria que, en 2017, perdió con el “jalilismo”) dejó de lado la cuestión partidaria y se apoderó de la presidencia.
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El diferendo no sería de problemática resolución. La letra de la carta orgánica chacarera no admite doble interpretación. Dice, claramente, a quien le pertenece la presidencia. En Andalgalá, donde existe la misma normativa, las cosas se hicieron como corresponde. Allí, en el rubro concejales, también venció el Frente de Todos y, pese a ser minoría en el Concejo Deliberante, habilitó a Laura Atencio como presidenta del cuerpo. De hecho, esta situación serviría a la Corte para resolver, por analogía, la picardía que se terminó consumando en Valle Viejo.
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En lo que atañe al máximo tribunal, hay que decir que en los últimos 25 años supo demorar a extremos inconcebibles este tipo de planteos. Llegó a restituir a representantes legislativos objetados cuando ya había finalizado el mandato. Ojalá que con la controversia chacarera se actúe de manera diferente y, rápidamente, el ministro Cáceres se excluya de participar porque, en medio de este embrollo, está involucrado su hijo, el concejal Espinoza.
El Esquiú.com