El diputado presidente del bloque radical Víctor Luna opinó sobre la gestión de Gobierno, calificando de “preocupante” los desacuerdos internos entre sectores del oficialismo y considerando que “impactan de manera negativa en el conjunto de la sociedad catamarqueña”.

“Cuando no hay unidad en las ideas y en las acciones de quienes tienen la responsabilidad de conducir los destinos de la provincia, sobrevienen el desgobierno, la atomización y el desorden”, evaluó, para considerar que “la fragilidad de la alianza por conveniencia se mide por sus acciones dispares, divergentes y contradictorias, que irremediablemente desemboca en la anomia”.

Luna citó “el rechazo y oposición de intendentes oficialistas a las políticas de salud y las acusaciones graves que lanzan públicamente directivos del propio signo partidario en relación a la educación -como la manipulación en la cobertura de cargos o el sonado, conflictivo y resistido traspaso de los IES-, senadores y diputados oficialistas que descartan proyectos y presentan otro distinto, modificado o uno nuevo”.

También mencionó otros casos de desentendimiento en el núcleo oficialista “que se suscitaron solamente en los últimos meses, a partir de medidas con las que se pretende avanzar casi a ciegas, a tientas, a los tumbos, con manotazos, a veces en estado de desesperación y arrebato.

”Esa peligrosa situación, propiciada por el internismo beligerante entre  facciones de la misma sociedad gobernante no solo obliga a marchas y contramarchas, cultivando un estado de incertidumbre, sino que además pone en jaque la propia investidura del titular del Poder Ejecutivo cuya autoridad política es horadada -por no decir desconocida, ninguneada o desafiada desde la trinchera del ‘fuego amigo’- por acción u omisión de sus propios aliados”, cuestionó.

Para Luna, que existan posturas contrapuestas dentro del oficialismo, significa que “más que ocuparse en resolver el avance del COVID-19 o las serias problemáticas en  distintos ejes, están enfrascados -al ritmo de la angurria y la codicia- en fuertes disputas por espacios de poder que afectan de manera sensible la gobernabilidad y el funcionamiento institucional cuando, por ejemplo, se deben tratar iniciativas giradas desde el Ejecutivo al Legislativo.

”Es una señal de que no hay un programa o plan en cuyos ejes y lineamientos generales se espera que haya coincidencias mínimas hacia adentro del propio Gobierno, lo que deriva en indefiniciones de un poder errático, sin rumbo, discordante y sin certezas, que ni siquiera puede convencer a su propia tropa de lo que quiere hacer y hacia dónde va, más allá de los parches o improvisaciones, que produce conflictos y profundiza los preexistentes”, sostuvo.

“Si un Gobierno débil, con ausencia de un liderazgo claro y sin base de sustentación propia es discutido por sus propios socios, estamos en serias dificultades. Además, en tan corto tiempo muchos cambios o renuncias en el gabinete son mala señal y generan más dudas, intranquilidad y desconfianza”, aseveró Luna.

“Está claro que la actual administración del Estado no pasa de arrestos individuales o voluntarismo, con un gabinete que no acompaña y tampoco está a la altura de las circunstancias, aun en medio de una pandemia y con una crisis económica profunda”, analizó.

Para el diputado, el Gobierno “no está teniendo la fuerza, el control ni la autoridad política, el Senado hace una cosa y Diputados hace otra. Estas idas y vueltas perjudican. No es normal, no está bien. Son signos inquietantes”.