Desde la bancada periodística

El Esquiú: lejos del gobierno; cerca de la gente

sábado, 22 de febrero de 2020 00:26
sábado, 22 de febrero de 2020 00:26

Con motivo del viaje del gobernador Jalil a Dubái (Emiratos Árabes), acompañado de una comitiva que incluyó a intendentes peronistas del interior de la provincia y empresarios multirubros, se generaron en las redes sociales y medios digitales algunos comentarios que aludieron a nuestro diario El Esquiú.com.

En concreto, varios de esos comentarios, indicaron que el gobernador tiene comprada a la prensa por haber llevado a la gira al presidente de Editorial Capayán (diario El Ancasti), Silvestre Zitelli, y a un representante de El Esquiú.com, para lo cual equivocadamente –con mala intención o ignorancia- hacen referencia a la figura del ingeniero Julio Ibarra.

“Los caballeros no tienen memoria”

De los variados libelos que alcanzamos a leer, seleccionamos uno que se comentó en el diario digital Catamarca es Noticia y que lleva por título “Los caballeros no tienen memoria”. Lo firma “El Catucho”. Textualmente, dice lo siguiente:
“Allá están, entre jeques y turbantes, paseando por las lujosas calles de Dubái, los nuevos amigos del poder. El primer viaje al exterior de Raúl Jalil como gobernador, se concretó con una comitiva hermosa, mucha gente linda para acompañar a los intendentes de ocasión.


Entre los nombres de los gloriosos representantes de Catamarca, los abanderados del trabajo y la mano de obra catamarqueña, los nuevos embajadores de la tierra del valle, aparecen don Silvio Silvestre Zitelli y don Julito Ibarra. Un lujo, emblemas del pueblo trabajador sacrificándose en la ciudad del oro y los rascacielos levantados en el desierto.
Nosotros, simples mortales sin testaferros ni cuentas en el exterior, les damos las eternas gracias a estos chicos por llevar nuestro nombre, somos indignos de tan altos representantes.


Un fuerte aplauso también a Raúl por el lindo mensaje que les da a los comprovincianos, queda claro para donde apunta en esta flamante gestión: a los pequeños emprendedores, gente honesta que hizo el mango transpirando la camiseta.
Teníamos muchas ganas de ir a Dubái nosotros también, pero no nos invitaron. Parece que nadie con menos de 48 empresas podía anotarse. No queríamos hacer negocios, porque parece que fueron a una feria de comida, y desde que dejaron de hacer las hamburguesas gigantes de Zapping ya no invertimos en comida.


Queríamos ir para ver de qué hablaban Ibarra y Zitelli, que llevaron años matándose en sus diarios y ahora parece que están en el mismo equipo.


Zitelli machacó años con la empresa Urbe que Ibarra se armó después de hacerse socio de Tesorieri, para beneficiar al club con una obra de unos 70.000 pesos y beneficiarse él con un alquiler millonario. Eso vimos leyendo viejos diarios de El Ancasti, que tiene a Zitelli como dueño.


Ibarra machacó años con la obra del siglo, que Zitelli cobró al Estado y nunca hizo, según decía el Esquiú, diario que tenía a Ibarra como uno de los dueños.


O sea que los dos se acusaron públicamente de corruptos durante años, y ahora viajan juntos para hacer algo que los dos condenaban: sacarle el jugo a la amistad con los funcionarios.


Zitelli, que tiene más chapa porque fue ministro de la era saadista, era que después él mismo tildó como nefasta, y después siempre se molestó con esa búsqueda de favores oficiales.


Leamos el Cara y Cruz, uno de los tantos dedicados a Ibarra: «Un negocio pergeñado al amparo del poder» (Del miércoles, 29 de diciembre de 2010): «Sólo la confianza que da la protección del poder pudo convencer al abogado Arturo Navarro, ex interventor de la administración de Juegos y Seguros, que podría eludir todas las normas y aprovecharse de la información que manejaba el Gobierno para crear un negocio privado de características millonarias. Sabiendo, ya por 1997, que la firma Disco se instalaría en la Provincia y que buscaba un lugar de locación, Navarro y su socio comercial, Julio Ibarra, pergeñaron un negocio redondo: ofrecieron unas mejoras edilicias al Club Tesorieri a cambio del alquiler de una porción del club por dos décadas y, casi de inmediato, la subalquilaron al supermercado por un monto millonario. Navarro e Ibarra planeaban embolsar a lo largo de 19 años (el contrato con Disco era por 10 años y con opción de prórroga por otros 9) un canon mensual de 15 mil dólares o el 0,9% de las ventas del supermercado, lo que fuera superior. Y sólo como anticipo recibieron 360 mil dólares tan pronto como el contrato se firmó».
El Esquiú respondió siempre ventilando los trapitos de Zitelli, contando mil veces la historia de Noruzi y de cuanto negocio hizo el famoso «Tano».


Ahora comparten un lindo viaje, y como los caballeros no tienen memoria, seguro que ya no hablan de viejos rencores. Como además todos se quejan de los que hacen negocios a la sombra del poder, segurísimo que no fueron a ver qué tajada podían sacar de viajar al lado de don Jalil.


Seguro que todos fueron a luchar por el bienestar de los catamarqueños. Estamos agradecidos.
El Catucho.

Ibarra, nada que ver con El Esquiú

El artículo precedente no se acomoda a la realidad en lo relacionado con El Esquiú.com, cuyo norte editorial tiene que ver con la gente y no con los gobiernos, los que abonan pautas publicitarias por difundir sus acciones en función de una comercialización totalmente lícita y ajustada a Derecho. Más allá de eso no existe compromiso alguno y ratificamos nuestra postura de “censura cero”. Esto es, sea cual sea su ideología, todos los ciudadanos tienen derecho a expresarse en nuestras páginas, inclusive a contramano de nuestros pensamientos y posturas.


El comentario de Catamarca es Noticia indica que el gobierno no los invitó a ir a Dubái, como si lo hizo con Zitelli e Ibarra. Añade que le hubiera gustado que lo hagan. En nuestro caso, es exactamente al revés. Ni nos invitaron y, mucho menos, aceptaríamos integrar una comitiva oficial por razones de mínimo decoro. La única excepción sería la de un foro periodístico.


Vamos por último a aclarar lo relacionado con el señor Julio Ibarra. Se trata de un empresario –propietario de una inmobiliaria- que nada tiene que ver con Editorial Esquiú y que, en el pasado, por tres años, fue apoderado de la accionista Juliana Ibarra, su hija. Esta última, por las dudas alguien mantenga duda, en 2016, cedió sus acciones y se desvinculó totalmente del diario.
Llama la atención que, después de tanto tiempo, algunos despistados sigan creyendo que Ibarra es un empresario periodístico o cosa parecida. Aparte, en el caso del medio que habla de “caballeros” y “memoria”, debería saber perfectamente quiénes son las autoridades –legales y formales- de El Esquiú.com. Simple y sencillamente porque son públicas. Sus nombres aparecen en el diario como editores responsables.


Un pensamiento final. Si decimos que estamos lejos de los gobiernos y cerca de la gente, honestamente, no nos pueden mezclar con personas que están distantes de los sentires periodísticos. Estos se asientan en la misión de servir y no de servirse.

El Esquiú.com
 

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Comentarios

23/2/2020 | 18:32
#149006
muy bien piji sabemos que como el chavo al cabo que ni querias viajar con el gobernador. bien lo que dices, queremos tambien la opinión de Kelo y Patricia porque donde hubo fuego cenizas quedan
23/2/2020 | 00:39
#149005
veinte años le chupaste las medias a zitelli piji, y ahora te das cuenta de que quiere servirse y no sevrir... lenteja o interesado? por lo visto vos tampoco tenes memoria..... te la refrescamos borrachin?
22/2/2020 | 20:55
#149004
pregunto, cual es el motivo por el cual viaja este tipejo de Zitelli con Jalil? por dios no lo dejen entrar a casa de gobierno, se la va a llevar toda sin hacer nada como hizo con la colectora maxima cloacal que cobro todo y no hizo nada, por dios pasan los años y siguen los mismos personajes, no cambiamos mas.....
22/2/2020 | 09:28
#149003
tambien la muchachada del Esquiu mira el socio que tenia jajaj mi amorrr

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