En medio del dolor por lo que le pasa al mundo, se recuerda hoy con profundo dolor el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, para que el NUNCA MÁS que nos dejó la peste militar de 1976 siga firme en la síntesis del ser argentino: todo está guardado en la memoria. El pasado domingo, en nuestra habitual entrega del espacio denominado Cara a cara, el médico infectólogo local Raúl Alberto Aguirre, dijo en tono de súplica: “Ojalá esta sana costumbre de no establecer contacto entre las personas, de toser cubriéndose la boca y lavarse las manos en todo momento, sea tomado como un hábito de vida de ahora en más”. Antes, había dicho: “El gran desafío está en qué podemos hacer nosotros por cada uno de nosotros y de los que nos rodean. Es necesario asumir un compromiso de vida con responsabilidad”. Es que la muerte se nos vino encima en forma de coronavirus y una de las armas más poderosa para hacerle frente es la solidaridad, el cuidarnos para cuidar al otro. El darnos simbólicamente la mano para protegernos del invasor. Acatar y respetar con humildad los que nos aconsejan nuestros médicos e investigadores a través de nuestras autoridades, sean nacionales o provinciales. No es tiempo de esgrimir el displicente, absurdo y repudiable “no pasa nada”. No hay lugar para la soberbia ni la omnipotencia. Es tiempo de preocuparnos por nosotros y ocuparnos por el otro. Como lo están haciendo nuestros médicos, enfermeras y  todos los auxiliares de la salud, para quienes los aplausos representen por siempre esa musiquita, al decir de Teresa Parodi. Que el reconocimiento se prolongue de manera estentórea a lo largo y ancho del país también para los efectivos policiales y de todas las áreas de seguridad, por todo el esfuerzo que están haciendo en favor del bien común. Y tantos héroes y heroínas anónimos que desde algún punto apuestan a la vida poniendo el corazón en cada acción. La indiferencia es el camino equivocado. NUNCA MÁS al egoísmo.
   

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-Preguntale a Alberto si lo puedo ir a ver. Necesitamos coordinar algo en forma urgente.
-Dice Alberto que te vengas ya mismo   
-Ahí voy.
  El diario Clarín, en su edición del pasado domingo, contaba el diálogo entre Horacio Rodríguez Larreta (jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) y Gustavo Béliz (secretario de Asuntos Estratégicos), para lograr una reunión con el presidente Alberto Fernández, algo que se concretó de inmediato. Algo impensado hasta hace algunos meses en el contexto de la política argentina, con otros actores políticos (sin distinción de género) que no merecen ser tenidos en cuenta. Ahora, dos hombres de distintos signos políticos pensando y actuando bajo un mismo denominador común: preservar la salud de la población. El coronavirus “es un monstruo grande y pisa fuerte”, diría León Gieco y en consecuencia de nada valen los comportamientos mezquinos cuando el ser argentino está en terapia intensiva. Este es el momento de decirle basta a la maldita grieta que algunos fanáticos se empeñan en mantener. No hay espacio para tamaña insensatez. NUNCA MÁS la grieta. Sigamos el ejemplo de los gestos buenos que deben multiplicarse en un país en crisis. Esto es lo que nos debe importar a todos los argentinos por igual. Lo de Tinelli y Pachano son escupitajos para arriba. Si vuelven Susana o Mirtha a la televisión son cuestiones que ahora no le deben importar a nadie. ¿Cuándo vuelve el fútbol? Que espere, hay otras urgencias más importantes. ¿Se fueron Moría y Majul de la televisión? Y, no deja de ser una buena noticia. El problema es que ambos prometieron volver. Los que creemos y nos amparamos en el manto protector de la milagrosa Virgencita del Valle, confiamos que Ella nos alumbrará el camino a seguir. Siguiendo los pasos de la solidaridad y el amor al prójimo. En el que no haya ni el más mínimo espacio para la grieta y la intolerancia. Cuarenta y cinco millones son mucho más que un puñado de pícaros que sacan provecho del conocido “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Valen más los laureles que supimos conseguir: unidos y solidarios. Con la esperanza como herramienta fundamental.

Kelo Molas