33 de mano

“Juntos por el Cambio”: billetera mata galán

martes, 3 de marzo de 2020 00:48

La Unión Cívica Radical de Catamarca no puede ni debe permitirse en formar parte de la obscena exhibición de  hilachas que  sigue mostrando en la soga de tender ropa el engendro político de las últimas elecciones llamado “Juntos por el Cambio”. Ya está. Ya pasó. Aquello fue una espuria sociedad con el macrismo ideada por “El Jopo” Castillo (mote que le puso su fiel escudero Eduardo Brizuela del Moral en medio de una interna donde se decían de todo para la popular, y arreglaban la repartija de candidatos en el domicilio de uno de ellos) y llevada a cabo por los que sostienen en alto las banderas de la obediencia debida hacia el dueño del radicalismo provincial. Fue una juntada a la accedió la UCR local para satisfacer las ambiciones políticas y económicas de los personajes que todos conocen para encaramarse con cargos y candidaturas sin necesidad de meter la mano al bolsillo. Mercenarios de la política. Pero cometieron la peor fechoría: pusieron a la UCR local de rodillas ante el poder económico del PRO de Mauricio Macri. Al diablo con los principios que hicieron grande al centenario partido. Pudo más la codicia por seguir habitando las cómodas oficinas del Congreso de la Nación (al final, estos van a terminar votando en la Capital Federal) sin gastar una emoción por Catamarca. Por estos lares, lo mismo. La glotonería de los “eternos candidatos”, una vez más, había alcanzado su principal objetivo: seguir ocupando los primeros planos con plata ajena (el bolsillo de Mauricio gozaba de muy buena generosidad). Les quedaba hacer lo que para ellos es una changa fácil: pisarle el lomo a los militantes para seguir escalando el cerro político. Humillar las consignas partidarias para seguir agrandando sus cuentas bancarias. Mentir y seguir mintiendo. Un libreto que saben de memoria y como no tienen la más mínima vergüenza, lo ejecutan sin siquiera ponerse colorados. ¡La pucha que resulta fácil hacerse millonario con la política en Catamarca!
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  La Unión Cívica Radical de Catamarca tiene que volver a ser la Unión Cívica Radical. Así como sepultaron  lo que fue el Frente Cívico y Social, hay que sepultar lo que alguna vez fue “Juntos por el Cambio”. Porque es  gran mentira. Porque es la vidriera más hipócrita que se conozca en materia política. Porque no están “juntos”: no los une el amor, sino el espanto. Cada uno cuida su quintita, por ejemplo, en el ámbito legislativo. El grupito de los “eternos reelectos” siguen conectados al amo Oscar y no levantan la mano si antes pedir permiso. No olvidar que entre los diputados de la extraña alianza está el ex intendente de Andalgalà y actual presidente del radicalismo catamarqueño: Alejandro Páez. El mismo que asumió como legislador, cobró y salió de vacaciones. ¡Y no trabajó ni un ratito! Entonces, cabe preguntarse: ¿con qué autoridad puede imponer sus ideas –en el caso que las tuviere- este nuevo peón del mandamás?  En cuanto a “Por el cambio”: ¿de qué cambio están hablando? ¡Al menos cambien las caras de los afiches en épocas de campaña! La promesa de cambio para no cambiar nada está muy trillada. Muchos de estos pícaros, es cierto, han cambiado sus viejos carros por automóviles de alta gama. Pero ya está. Ya pasó y no tiene que volver a pasar. Imaginamos que son muchos los radicales que se dieron cuenta que fueron usados por ciertos piratas de la política. Pero les queda aún aceptar el más de todos los desafíos: devolverle a la UCR de Catamarca el prestigio de otrora. Por algo hay que comenzar: llegarse a la casa radical, llevar una escoba y tirar lejos toda la basura. Los malos no pueden seguir escribiendo la historia radical catamarqueña. Es tiempo de los buenos radicales, que seguramente los hay y en una cantidad importante. Sería un despropósito darle la razón al “filósofo” de la farándula porteña, Jacobo Winograf: “billetera mata galán”. Hay algo más valioso que el dinero y los impostores de la política: los ideales radicales. Resta solamente ponerlos en el lugar que corresponde. “Los de siempre”, abstenerse. Por la salud del radicalismo.

Kelo Molas
 

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Satisfacción
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Esperanza
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