Ayer, en una conferencia de prensa, el  Frente de Unidad y Solidaridad Sindical (Fussi) que integran, entre otros, SOEM, ATE y Suteca, dio a conocer que rechazaba el proyecto de reforma del Estado y a la vez anunció medidas de fuerza para el próximo miércoles, consistentes en una movilización en la plaza 25 de Mayo, como semanas atrás.

Ricardo Arévalo, secretario general de la ATE, dijo: “En el proyecto, más allá de cambiar todo el tiempo, sí vemos una mala intencionalidad todo el tiempo y no estamos dispuestos nosotros a ser los culpables del futuro de todo esto que se quiere hacer”.
“Las contrapropuestas tienen que ser en el ámbito de donde corresponda y no cosas ficticias, porque ya nos han mentido mucho y lo que nosotros decimos no queda asentado”, cuestionó.

Por su parte, Walter Arévalo, titular del SOEM, destacó que después de la primera movilización lograron  que se modifique varias veces el proyecto de reforma, por lo que “hoy se le dice no a la reforma, porque en letra grande se está queriendo tapar la letra chica. Estamos en desacuerdo con la totalidad del proyecto”.

En lo que respecta al congelamiento de los nombramiento por tres años, Arévalo indicó que “si hubiera sido un proyecto progresista, lo hubiese congelado por cuatro, pero un año antes de elegir gobernador descongela para poder sobredimensionar la provincia. Todo esto está tapando este proyecto de un monstruito que están armando y que ni siquiera ellos lo conocen”.
Asimismo, el sindicalista expresó que “hay una decisión de la mayoría: va a haber una movilización si avanzan con estos atropellos hacia los trabajadores, va a haber un paro provincial y se va a profundizar la lucha con los trabajadores en la calle”.

Comunicado del Fussi

Tras la conferencia de prensa, el mismo Fussi emitió un documento en cual señala: “Luego del inicio de un plan de lucha y de manifestar en las calles de la ciudad un no rotundo a la reforma inconsulta del Estado, consideramos que el proyecto de ley en cuestión no cumple con los presupuestos mínimos constitucionales para su aprobación, mucho menos para su puesta en vigencia”.

A esto agregan que han observado “reiterados errores gramaticales, faltas conceptuales evidentes, una frecuente incongruencia normativa, que decantará en una indudable dificultad para su aplicación posterior y un estilo semántico deficiente, que no es propio de la técnica jurídico-legislativa”.