Opinión del CPN Germán Vittore

¿Plenamente soberanos? ¡Hay que salir de la trinchera!

domingo, 12 de julio de 2020 01:00
domingo, 12 de julio de 2020 01:00

Genes fundacionales
El Preámbulo anuncia que “con el objeto de 1) constituir la unión nacional, 2) afianzar la justicia, 3) consolidar la paz interior, 4) proveer a la defensa común, 5) promover el bienestar general y, 6) asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, se ordena, decreta y establece nuestra Constitución Nacional. 
Esta Ley Suprema determina un sistema representativo de gobierno donde el pueblo, fuente originaria/titular de la soberanía, decide ejercerla a través de sus representantes. Es decir que para cumplir con esos 6 objetivos fundacionales nuestro Estado Nacional debe ser soberano; debe ser la autoridad máxima/la más elevada, para que con total libertad e independencia política y económica, gobierne en pos de lograr los mismos sin ningún tipo de coerción o condicionamiento interno o externo.

¿Somos plenamente soberanos?
Comprendiendo y asimilando lo elemental de lo expuesto los invito a la siguiente reflexión. Si hoy vemos cómo el actual Gobierno en su formato “no confrontativo”, ante la férrea resistencia de minorías elitistas y poderosas hoy opositoras, no puede/quiere/se anima a llevar adelante/concretar trascendentales medidas en pos de acercarnos cada vez más a cumplir dichos “objetivos constitucionales”; como podrían ser (sólo contemplando las actuales y a título enunciativo): 
# investigar la legitimidad de la exorbitante deuda externa cambiemita tomada y fugada (ante el apremio en cerrar su re-estructuración) o 
# promover la tan necesaria reforma judicial (para desterrar de una vez y para siempre los “sótanos de la democracia”) o 
# concretar la decisión de expropiar la defraudada cerealera Vicentin (donde el principal estafado es nuestro Estado y el interés público de hacerlo está más que comprobado) o 
# lograr siquiera sea tratado en el Congreso el progresivo y excepcional “Impuesto a las grandes fortunas” (para intentar menguar algo la crítica situación pandémica), etc., etc., etc.
¿Seguramente todas medidas aprobadas y deseadas por la mayoría del pueblo argentino, no? Ante esta ejemplificada situación necesariamente nos debemos preguntar: ¿seremos un Estado plenamente soberano?, ¿somos realmente gobernados por los representantes a quienes la mayoría votó?, ¿el Estado es el supremo? o ¿estamos subordinados a la voluntad de unas bien articuladas minorías conservadoras dueñas del poder en nuestro país?

Soberanía robada
¿Ni hablar cuando nuestra soberanía es literalmente robada tanto en épocas de dictaduras o cuando dicha mayoría pone a administrar nuestro Estado a representantes de dichas minorías que gobiernan en su único y propio beneficio, no? Cuando esto ocurre por lo general tienen tanto poder, determinación y capacidad de coerción política y de manipulación mediática y judicial que avasallan la democracia/nuestra soberanía sin casi resistencia alguna y hasta logran que una porción importante de la población haga como propios sus sectoriales intereses económicos, ideológicos o políticos (los contemporáneos banderazos de “Todos somos Vicentin” son un claro ejemplo de cómo, al decir de Jauretche -palabras más palabras menos-, “gente de a pie se comporta como oligarcas terratenientes no teniendo más tierra que la de los canteros de su patio”).
El ejemplo más reciente y de sobremanera el más evidente, de nuestra “soberanía robada” es todo lo realizado por el anterior gobierno democrático de la 2da. Alianza Cambiemos (actual oposición de “Juntos por el Cambio”) que ni bien asumió: 
# convirtió a representantes opositores en leales y obedientes congéneres, que traicionando a sus representados, aprobaron sin pudor alguno el pago alocado a los “Fondos Buitres”, nefastas reformas previsionales e impositivas, el blanqueo de capitales mal habidos de familiares y empresarios amigos, etc.; 
# derogó sin más una Ley (la de Medios); 
# colocó jueces aliados y afines en la Corte Suprema de Justicia; 
# encarceló opositores sin juicio previo; 
# realizó un descarado espionaje ilegal sobre propios y extraños en connivencia con agencias de inteligencia, la Justicia y medios obsecuentes (tapado ya con el asesinato de un exsecretario de CFK); 
# provocó el desastre económico, social y financiero más grande de nuestra historia (sin pandemia alguna de por medio) que quebró a nuestro país con endeudamiento, desregulación, devaluación, inflación, recesión, “timba financiera”, “tarifazos”, ajustes, etc., concluyendo con una inconmensurable distribución regresiva del ingreso nacional que benefició exponencialmente al sistema financiero global, petroleras, empresas distribuidoras y generadoras de energía y gas, complejo agroexportador concentrado, mineras, etc. diezmando los ingresos de la población y generando incrementos obscenos en los niveles de desempleo, pobreza e indigencia; 
# etc., etc., etc.

¿Sucinto detalle más que suficiente para apreciar cómo, de manera muy expeditiva y con una convicción asombrosa, se violaron sin piedad la unión nacional, la justicia, la paz interior, el bienestar general y los beneficios de libertad, no? 

Recuperar y hacer plena nuestra soberanía
Si bien ya transcurrieron más de 210 días de gestión y la diferencia con la expeditividad Pro es abismal hay que reconocer que el Gobierno de “Les Fernández” con grandes medidas y aciertos, ante esta crítica situación pos cambiemita y excepcional pandémica, ha recuperado (en parte) nuestra “robada soberanía”. La cual debe trasformar en “plena” y pasar de los dichos a los hechos cruciales pronto (emitiendo lo que haga falta y no pagando la defraudada deuda por unos años no alcanza, hay que atacar las cuestiones de fondo y ¡tomar urgente el toro por las astas!).

Es imperantemente necesario que el actual Gobierno ejerza plenamente nuestra soberanía y confronte con convicción y firmeza, sin esperar ya la más mínima sensibilidad o empatía, a estos grandes poderes conservadores y concentrados de nuestro país. Que en complicidad con hegemónicos medios de comunicación, partidos políticos y parte del poder judicial, manejan los hilos de nuestra economía, política, justicia y opinión pública en su único beneficio; menoscabando derechos y postergando sin escrúpulo alguno al gran pueblo argentino. Contra este poder real, implacable, despiadado, egoísta, manipulador, etc. deben enfrentarse (cuando les toca gobernar) los gobiernos populares progresistas que intentan hacer cumplir los objetivos fundacionales de nuestra Nación. Pero para dar/ganar la batalla ¡hay que salir de la trinchera! Ojalá pronto así sea.

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Comentarios

13/7/2020 | 13:09
#149006
UFFFF QUE PESADO

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