Eduardo Duhalde tuvo declaraciones que sorprenden al conjunto de los actores institucionales y desmerece el rol y la función que desempeñó como presidente de todos los argentinos. 

Nuestro pueblo no busca el destino de violencia que preanuncia el discurso del ex presidente, ni debiéramos aceptar la idea de un eventual escenario de conflicto que tantas vidas le costó al pueblo argentino.

En medio de una crisis terminal en el 2001 a Duhalde se le encomendó administrar la nación y todo el arco democrático sostuvo la institucionalidad mientras estaba al frente del ejecutivo y esa fue la actitud del peronismo en todos los sucesos que ponían en jaque la democracia como las pascuas de 1987. 

Con estas expresiones Duhalde le ha faltado el respeto a todas las luchas del peronismo desde 1955 en adelante anunciando los escenarios más oscuros que vivió la Argentina.

Cuanta diferencia con la ex presidenta y actual Vicepresidenta que pese a ser ultrajada moralmente  y perseguida por toda la derecha reaccionaria, mantuvo siempre firme su convicción democrática y dio un gesto extraordinario para el retorno de una causa popular timoneada por Alberto Fernández.

El presidente, Alberto Fernández desde su discurso y práctica política contribuye sistemáticamente  a resolver los gravísimos problemas  que heredó de la gestión anterior a la que se sumó la grave situación sanitaria instalada a nivel mundial, que rigurosa y eficazmente gestiona y prioriza la vida de los ciudadanos argentinos por encima de los intereses económicos y sectoriales. 
En esa perspectiva, y con una imagen ya construida en base a su credibilidad frente al pueblo –no frente a los medios ni los poderes fácticos–, las medidas adoptadas por su Gobierno generaron credibilidad en que  lo que prometió lo hará, y que ya no estamos frente a dirigentes que usan la palabra como un envase vacío. Que estamos frente a la política  que promete en campaña lo que después materializa en la gestión.

El pueblo en 2021 volverá a ejercitar el derecho de elegir sus representantes, derrumbando una vez en paz y armonía los fantasmas de la sinrazón agitados por los que carecen de la templanza y prudencia imprescindibles para estos momentos.

Dra Lucía Corpacci
Presidenta del Partido Justicialista