Solicitada

¿Un zorro en el corral de las gallinas?

lunes, 31 de agosto de 2020 00:33
lunes, 31 de agosto de 2020 00:33

Mientras sigo limitado en el ejercicio de mis derechos por una Justicia lenta que no llega, situación empeorada por las restricciones (excesivamente extremas, a mi entender) del COVID-19 que me impiden el libre tránsito, hoy soy nuevamente víctima de hechos ilícitos cometidos por parte de Juan Carlos “Gringo” Rojano; sus hijos Juan Manuel Rojano y Maximiliano Rojano, capataces de éstos y el ingeniero Nicolás Rojas.

Es que este último se ‘asoció’ a la Escuela de la Delincuencia, vendiendo con su marca –al menos- tres camionadas de animales que sabe son de la sucesión PR y cuyas crías vienen siendo adulteradas en su señal con la señal de la marca IN, todo ello en perjuicio de mi persona.

Sólo mediante maniobras ilegales pudieron mis denunciados disponer de animales PR, única marca y señal existente en Esquina Grande al inicio de los conflictos, en un aproximado de más de tres mil cabezas, y en cuyo campo, para tal fin, han llevado nuevas marcas, como la última, DR49, a pesar de existir una MEDIDA de NO INNOVAR. Todo ello porque el juicio por el intento de apoderarse mediante falsificación de instrumento público de la marca de la sucesión, la PR, se encuentra próxima a fecha de Juicio Oral, habiendo llegado “Gringo” Rojano a la mayor instancia jurídica, como es la intervención de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien confirmó la necesidad de un Juicio Oral y ahora pretende seguir dilatando la fecha de ese juicio.
Cabe destacar que increíblemente, a pesar de las innumerables denuncias en los medios y en sede penal, aún no se ha llamado a declarar a mis denunciados. Y lo peor es que, a pesar la constatación de dichas maniobras de adulteración por personal de abigeato, no se materializó ninguna acción por parte del entonces fiscal actuante, doctor Alejandro Scidá, motivo por el cual (junto a otras causas ajenas a mi parte, pero relacionadas) fuera denunciado ante la Corte por INACCION VOLUNTARIA y por lo que tiene abierto un sumario administrativo desde el pasado septiembre de 2019.


Lo que más siento de la presente situación es que Nicolás Rojas  se haya ‘asociado’ a esta banda, vendiendo más de tres camionadas de animales (de las que tomamos conocimiento), entre los que ubicamos 18 terneros y un toro vendidos por Rojas al Sr Nieto para un feedlot en Saujil. Todo ello con total conocimiento de los problemas con mi hermano, no sólo por su ‘amistad’ con mi persona, o por las conversaciones entabladas ante ilícitos pasados en mi contra, sino principalmente por su desempeño en el área de Senasa de Aconquija (situación que agrava aún más su accionar por conocer a fondo las cuestiones administrativas relacionadas con marcas y señales) y por los años al frente de Agronomía de Zona de Aconquija. 

Aún más, no puede desconocer la situación litigiosa de los campos puesto que es esposo de la Juez de Paz de Aconquija, quien en su rol intervino e interviene en las temerarias aventuras jurídicas de mi hermano Juan Carlos y por las que éste último eventualmente tendrá que responder -de acuerdo a la ley-, por FRAUDE PROCESAL, DESOBEDIENCIA JUDICIAL y FALSO TESTIMONIO. Esto cuando la Justicia despierte, claro.


La pandemia, que ha dejado ver la necesidad, la miseria y la delincuencia en muchas zonas, hoy me abre los ojos, permitiéndome ver a quien creía una persona de bien involucrada en tamaña maniobra delictiva en mi perjuicio. Espero que la JUSTICIA ayude a esclarecer estos hechos pronto, pues duele pensar que haya nuevos graduados de la Escuela de Delincuencia que hace tiempo preside Juan Carlos ‘Gringo’ Rojano en la localidad de Aconquija.
 

Miguel A. Rojano

DNI 7.010.003

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Comentarios

31/8/2020 | 07:37
#149006
¿Son parientes? ¿No lo conocía bien como para hacer negocios?

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