Alertados ante la convocatoria a una marcha para exigir la renuncia de los cuatro miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que además contó con el espaldarazo del oficialismo encabezado por el presidente Alberto Fernández, el diputado nacional por Catamarca Rubén Manzi, el diputado nacional (MC) por Chubut Gustavo Menna, dialogaron reflexionaron sobre la gravedad institucional que representa este hecho político. A través de una charla virtual con más de 450 asistentes, coincidieron en que se está ejerciendo una presión para remover a las autoridades máximas de uno de los Poderes del Estado utilizando el aparato estatal, lo cual constituye un golpe que pone en jaque a la calidad institucional y democrática de la Argentina. 
Con afirmaciones tajantes como las del dirigente kirchnerista Luis D’Elía que llamó a “echar a patadas a los Jueces de la Corte”, este martes se está organizando una marcha a la Plaza de Mayo para forzar la renuncia de los integrantes del máximo tribunal de la nación. “Así presentado, podría ser parte de la libertad de expresión que tenemos todos en la Argentina, más allá de compartir o no esa idea; pero acá se incorpora un elemento más, y es que esta marcha está auspiciada por las autoridades del Estado Nacional”, advirtió en el inicio de la charla el diputado (MC) Menna. Ese auspicio refiere a las declaraciones del presidente Alberto Fernández avalando la marcha y de la titular de la AFI, Cristina Caamaño, afirmando que los miembros de la corte “se tienen que ir”. 
“La renuncia es un acto libre, deliberado y voluntario; así que, si alguien presiona para esa renuncia, estamos hablando de un desplazamiento, a partir del escarnio, del aparato del estado y el aparato paraestatal. Hay un bloque propiciando la renuncia. Entonces lo calificamos como un intento de golpe”, definió Menna. “Y tenemos que tener en cuenta la gravedad que implica que el presidente de la nación, la cabeza de uno de los poderes del Estado, avale y auspicie una acción en contra de otro de los Poderes, en este caso el Judicial”, advirtió Manzi.
Trabajo previo
Manzi coincidió en el análisis del dirigente radical y analizó que la avanzada por parte del oficialismo en contra de la Corte de Justicia comenzó a gestarse con fuerza a partir del proyecto naufragado de “democratización de la Justicia” que impulsó durante su presidencia, en 2013, Cristina Kirchner. “Se comienza a tratar de instalar la idea de que era conveniente que los jueces dependan de la voluntad popular”, subrayó el legislador por Catamarca, quien consideró que de esa forma lo que se buscaba era quitarle la función de poder contra mayoritario a la Justicia, con la gravedad que ello conlleva. 
“Si los tres poderes del Estado terminan dependiendo de una mayoría popular circunstancial, no va a haber ‘el poder que para al poder’. La historia de las democracias liberales que mejor funcionaron, siempre despegaron al poder Judicial de la voluntad popular. Las autoridades de la Justicia se generan por otros mecanismos, por mecanismos más estrictos que pueden sonar como conservadores, pero son la garantía que todos los ciudadanos tenemos”, agregó. “Me parece que esa idea, Cristina la deja traslucir cuando dice “la historia me absolvió” porque la volvieron a votar y porque volvió a ganar. Ella se siente absuelta porque piensa que la Justicia está en el voto popular y no en la Justicia como Poder independiente”, analizó. 
Para los legisladores, esta nueva avanzada contra la Corte Suprema reviste una gravedad institucional de la que todavía no hay una reacción lo suficientemente acorde. Y para graficar esta idea, Menna detalló que, en la historia argentina, los sucesivos golpes Estado durante el siglo XX a partir del año 1955, además de desplazar al presidente Constitucional y cerrar el Congreso de la Nación, también desplazaron a los miembros de la Corte. “En este caso no serán tanques, pero cuentan con todo este aparato, estatal y paraestatal volcado para obtener el desplazamiento de los jueces de la Corte por mecanismos que no son los previstos en la Constitución Nacional”, advirtió. 
“Qué pasaría si el diputado Manzi propicia una marcha para pedir la renuncia del presidente de la Nación porque es incapaz de controlar la inflación o la corrida cambiaria; ¿qué dirían... no?”, se preguntó Menna. “Seguramente -respondió Manzi- los mismos integrantes de la Cámara pedirían mi apartamiento como legislador por una intentona de quiebre constitucional”.