Oficialistas y opositores en su peor momento

El Congreso de la Nación quedó paralizado

Las dos Cámaras quedaron envueltas en conflictos bochornosos.
lunes, 5 de diciembre de 2022 00:44
lunes, 5 de diciembre de 2022 00:44

Los aplausos del oficialismo por el quórum trabajosamente logrado más de dos horas y media después de la hora de inicio originalmente prevista todavía sonaban, cuando Cecilia Moreau –con cara alivio por poder dar inicio a la sesión- se permitió enviar un “abrazo a nuestra querida Selección Argentina”, y de paso recordó también que ese 1° de diciembre se conmemoraba el Día Internacional de la lucha contra el Sida. Fue el único momento de distensión de esa complicada sesión que se extendería muy poco más de una hora y cuyo desarrollo quedará en el recuerdo por sus características bochornosas.

Sabía la presidenta de la Cámara baja -que acababa de ser reconfirmada en el cargo ya no por los votos de sus colegas, sino por el artículo 37° del reglamento que prorroga automáticamente el mandato si vencido el término no hubieren sido reemplazados de acuerdo a lo establecido en el artículo 2°– que no la tendría fácil, pero no imaginaba aún lo que debería enfrentar.

Juntos por el Cambio tenía decidido desde el día anterior facturarle a Cecilia Moreau su decisión de poner en suspenso las designaciones de diputados para el Consejo de la Magistratura. Lo haría no prestando quórum para la sesión preparatoria -algo para nada habitual- y votándola luego en contra. Pero más allá de eso, tenían la decisión de obturar luego la sesión especial. La idea era alargar indefinidamente la sesión preparatoria, por eso es que habían previsto una conferencia de prensa para antes del inicio de esa reunión.

Cuando vieron que conseguir el quórum se le hacía cuesta arriba al Frente de Todos, postergaron la conferencia de prensa hasta confirmar que la misma había fracasado.

Por su parte, el oficialismo realizaba en soledad una pseudo sesión para formalizar el anuncio de la prórroga de los mandatos, a través de la aplicación del artículo 37° del reglamento. Porque en rigor de verdad, eso que presidió Carlos Heller en su condición de diputado de más edad, no fue una sesión. Esa sesión nunca comenzó, simplemente porque no se alcanzó el quórum. Y no hay sesiones preparatorias en minoría: directamente no las contempla el reglamento.

Lo que sucedió después es público y más que notorio. Y la consecuencia es bastante grave, por cuanto nadie se atreve a pronosticar cuándo podrá volver a reunirse el pleno después de semejante jornada. “Está todo roto”, graficó ante la consulta una fuente opositora, que respondió con un lacónico “mucho” ante la conclusión de que se complica volver a sesionar este año.
Una alternativa que preocupa bastante a quienes en el Gobierno esperaban la aprobación cercana de una serie de temas que vienen reclamando y que habían avanzado lo suficiente como para ser tratados antes de cerrar el año.

Una manera de comenzar a encarrilar las cosas podría pasar por la realización de la abortada sesión preparatoria. 
El oficialismo redobló la apuesta al presentar un pedido de expulsión del diputado Cristian Ritondo por el gesto a todas luces reprochable que le hizo a la bancada del FdT al emprender la retirada, cuando el objetivo de terminar la sesión se había logrado cumplir. 

El mismo se nota que advirtió el error sobre la marcha y trató de enmendarlo transformándolo en un saludo, pero la seña ya había sido captada y ya no había corrección posible.

Una situación similar impera en el Senado, donde a partir de la situación generada en torno a la insistencia en designar a Martín Doñate en nombre de la segunda minoría, Juntos por el Cambio rompió lanzas con el oficialismo. Sin embargo en esa Cámara el Frente de Todos tiene número para sesionar por sí solo.

Como sea, el Congreso ha quedado virtualmente paralizado. Caja de resonancia de la República, lejos de apaciguarse, la grieta allí se ha ensanchado y hoy por hoy las relaciones parecerían definitivamente rotas.

Comentarios

5/12/2022 | 09:27
#149006
La inutilidad con que se maneja la cámara de Diputados de la Nación. Lamentable.