Ante el careo partidario, legisladores radicales volvieron a negar “negociados de cargos” con oficialistas
Tensión, incomodidad, gritos, quejas, reclamos y blanqueo de conversaciones.Esos tópicos fueron parte de la fórmula en el careo para dar explicaciones sobre el encuentro con representantes del oficialismo la semana pasada con las autoridades del bloque de la UCR y el trinomio que conduce el partido centenario. Para el caso, la reunión materializada en el domicilio particular del presidente del radicalismo catamarqueño, Alfredo Marchioli, quien estuvo acompañado por Luis Lobo Vergara, Juana Fernández (presidente de bloque y vice, respectivamente), Luis Fadel y Alicia Paz (viceprimero y segunda de la UCR) quienes recibieron al vicegobernador Rubén Dusso, al ministro de Gobierno, Juan Cruz Miranda, la presidenta de Diputados, Cecilia Guerrero, al asesor general de Gobierno, Nicolás Rosales y el diputado oficialista Gustavo Aguirre.
Anoche, ese grupo de autoridades legislativas y partidarias de la UCR, estuvieron en el Comité Provincia con la intención de llevar claridad sobre esa reunión a la militancia y la dirigencia. Quienes hablaron, rechazaron que se haya negociado cargos con el Gobierno e insistieron que las conversaciones con el oficialismo apuntaron a buscar puntos de encuentro para una reforma de la Constitución provincial. En este último sentido, se planteó que sea la Convención radical la que resuelva los tiempos del debate para los cambios a la Carta Magna, punto en el que hubo una coincidencia: no se negó la necesidad de reformar la Constitución pero debe ser para después del 10 de diciembre o, dicho de otra forma, para el año que viene.
El titular del radicalismo abrió el diálogo con la dirigencia y la militancia insistiendo que la idea fue “iniciar un proceso de entendimiento hacia una posible reforma de la Constitución”. También contó que se había invitado a participar a la diputada Silvana Carrizo y reconoció que “pudo haber un error procedimental” puesto que la reunión con oficialistas se realizó en su casa. Además, Marchioli rechazó que “se señale que nosotros aceptamos algo sobre lo que no se avanzó, por una cuestión del partido, porque decir que casi la mitad del bloque haya participado de ciertos contubernios es afectarnos como partido”. Luego, Lobo Vergara relató que las conversaciones se iniciaron informalmente en la Cámara “donde el Gobierno tira la integración de Camyen y fue una decisión del bloque y el partido no tratarlo hasta que se resuelvan las elecciones”.
“En las conversaciones siguientes, estaba el Parque Nacional. Empezamos las conversaciones y el Ministro de Gobierno se comunicó con el presidente del partido y se incorporó al vicepresidente primero y la vice segunda” recordó para acotar que “por la información que nos llegó, estaba que el Ministro de Gobierno era muy probable que se vaya de la función”, motivo por el cual se pidió otro interlocutor. “Esa conversación ampliada tiró a interés del gobierno la posibilidad de dialogar sobre un núcleo de coincidencias para la reforma y queríamos ver que tan lejos o tan cerca estábamos de la posibilidad de un encuentro”. “Es todo lo que pasó, no hubo más que eso, solamente una charla informal” sostuvo Lobo Vergara.
La tensión comenzó a incrementarse cuando Carrizo relató cómo fueron desarrollándose los hechos. Lo primero que hizo fue aclarar que los diputados que firmaron un documento la semana pasada “no estamos en contra de la reforma y de la construcción de diálogo”. Después, detalló la sucesión de eventos, mencionando cuestiones como que las conversaciones con Miranda a las que estaban ajenos algunos legisladores radicales iniciaron después de las elecciones. Carrizo aseguró que uno de sus planteos fue sobre el lugar del encuentro con el oficialismo. “Le dice dos preguntas al presidente del partido: si el partido estaba en orden para avanzar con lo que se iba a avanzar y cuál iba a ser la manera que se iban a distribuir los cargos si es que aprobamos esas dos leyes -integración de Camyen y Fideicomiso minero) y la respuesta fue que el partido estaba en orden y que se venía hablando que las personas a designar”. Para la diputada, el radicalismo no puede integrar ni Camyen ni el fideicomiso, ya que el propio bloque denunció a la empresa estatal minera en el paso y a “los fideicomisos hace dos años venimos denunciando hasta el cansancio”.
Con más bríos, Tiago Puente recordó que el miércoles pasado mantuvieron una reunion de bloque en donde los partícipes radicales “no dijeron cuándo fue, dónde, ni quiénes”. “Muchos de los partícipes se hacían preguntas entre ellos en la reunión del bloque, como si fuéramos pelotudos, se nos cagaban de risa” disparó visiblemente molesto. El diputado si bien aceptó que sea la Convención la que tenga la última palabra “no pretendan convocarnos a una la semana que viene o la otra para sacarlo antes del 10 de diciembre y que estén levantando la mano para declarar la necesidad de la reforma porque van a quedar más sospechados de lo que están”. Por su parte, Carlos Marsilli comentó que solo sabían “que había que tratar el Parque Nacional y el mandato al presidente y la vice del bloque era que se junten con la Presidenta de Diputados para tratar pura y exclusivamente ese tema”. También se retrotrajo a la reunión de bloque para deslizar que “Alicia Paz y Luis Fadel se daban el lujo de preguntarle a Marhcioli cómo fue esto, cómo fue esto otro; nos tomaron por pelotudos a todos”.
En un momento, Fernández remarcó que “en ningún momento se habló de cargos y distribuciones” con el oficialismo. Luego aludió a las palabras de Marsilli y quemó a todo el bloque: “Todos los legisladores del bloque plantearon la necesidad que se contemple, para votar la ley (del Parque Nacional), dos cargos de planta permanente para cada legislador, para lo cual la presidenta de la Cámara contestó que ella no podía resolverlo”. “En relación a todo lo que se puso en los medios, de cargos y directorios, no se puede hablar de algo que no sucedió” insistió.
Las explicaciones parecían no satisfacer. Es que distintos oradores, aclarando que no estaban en contra de una reforma de la Constitución, apuntaban sobre el “accionar irresponsable y poco transparente”. Con el correr del tiempo, se abordó tangencialmente el resultado negativo en las últimas elecciones para señalar que ese debía ser otro de los puntos a analizar por parte del radicalismo.