El precio de la carne es uno de esos productos que incrementa su costo al subir, por ejemplo, el precio del litro de combustible, dado que el ganado debe ser trasladado desde diferentes puntos hasta el lugar de faena. 

Carlos Miranda, gerente de Comercialización de Frigorífico Natilla, en diálogo con El Esquiú.com sostuvo, respecto al aumento del precio del combustible y su impacto en el costo de la carne, que, en el caso del precio final de esta, el mayor precio está dado por la hacienda en pie, lo que es el 75 u 80 por ciento del costo total, mientras que el resto de los compontes “ya van influenciados por el costo del combustible, por los costos fijos del frigorífico, como ser electricidad, sueldos y demás”. 

Ante esto, refirió que indudablemente el costo en los combustibles como el registrado ayer del 27 por ciento “en alguna medida impacta porque pega tanto en el precio del trasladado de la hacienda en pie, como después en la logística para entregar la carne a las diferentes carnicerías”. Asimismo, señaló que, en el caso del frigorífico, “tratamos de que la incidencia en los costos sea lo menos posible, para que el costo no se traslade y el precio no sea tan alto. ¿Por qué? Porque la rentabilidad, lo mismo le pasa al carnicero; se da por el volumen de venta, por la cantidad de kilos y no por el precio. Entonces, si aumenta el precio caen los kilos, se pierde rentabilidad con lo cual tratamos de que, si bien, pueden existir aumentos esos aumentos sean lo menor posible para que no repercuta tanto en el precio y se pueda seguir vendiendo muchos kilos de carne”. 

Consultado sobre si la carne podrá tener aumento en los próximos días, Miranda expresó que siempre hay un efecto de “letargo” porque la carne que hoy recibe el carnicero es la que ya recibió una semana atrás el frigorífico, por lo que “el impacto del precio del combustible se va a estar sintiendo la semana que viene, de 7 a 10 días. Hay una demora, no es automático, pero a la larga termina impactando”. Acotando que no hay un porcentaje sobre el costo al que podría incrementarse, dado que en el caso de ellos compran hacienda en todo el norte y centro del país, entonces el costo de combustible varía a lo largo y ancho, “por lo que se hace un promedio. Si el combustible aumento un 27%, vemos cómo incide en el costo total de lo que se va a faenar y se hace un prorrateo para que no se traslade todo eso y, calculo, que el carnicero en su negocio hace el mismo número”. 

“Cualquier producto que se comercialice, no solo de alimento, sino de construcción o lo que sea, se traslada por la ruta, entonces, cuando el costo del flete se incrementa, es casi seguro que se traslada, no en la misma cuantía, pero sí hay un impacto. Así que de esperar que haya algún tipo de incremento, no creo que sea tanto”, dijo. 

Agregando, que “dado el contexto del país y las políticas que hay, y lo que se sigue hablando, porque ahora se dice que se está por ver el tema de la tarifa de la luz y del gas. Es inevitable que los próximos días o semanas aumento haya”.   Ante este panorama, Carlos Miranda expuso que “si no hay un techo y los aumentos no tienen límites, llega un punto en el que no se consume y la carne es súper perecedera, o sea, que tres, cuatro días en la heladera y ya empieza a ponerse vieja, entonces tampoco es que puedo decir que compra y almacena stock para ver qué pasa. Si no se la rota a la mercadería, se la pierde. Si es muy cara y no se la vende ya no se compra tanto”.  

Finalmente, dio cuenta que semanas previas se convalidó una disminución en el precio que “se pudo ver en las carnicerías, pero lamentablemente el resto de los costos siguen incidiendo.