Historia en Tucumán

Adoptó a una beba abandonada, sabiendo que moriría pronto: “Fueron los mejores años de mi vida”

sábado, 14 de noviembre de 2020 17:07
sábado, 14 de noviembre de 2020 17:07

La historia la cuenta Nuria, una joven tucumana quien, en su trabajo de enfermera, estaba por arrancar un turno de 12 horas así que repasó las cunitas, miró uno por uno a los bebés y preguntó las novedades. Fue en ese momento, un día de mayo de 2014, que la vio por primera vez.

Ese día todo cambio en la muchacha, conoció a “Zoe”. Una compañera le explicó el resto: la beba tenía dos meses y una línea resaltada en su carpeta breve: “Causa social: abandono”. Su diagnóstico era “hidranencefalia”, es decir, en vez de hemisferios cerebrales tenía dos bolsitas con líquido. “Su expectativa de vida era muy pequeña: un año más o menos”.

Nuria Pérez, es de Santa Lucía, a unos 600 kilómetros de San Miguel de Tucumán, una zona rural, austera pero especial para ella.

Pasaron los meses y Zoe siguió creciendo en esa cuna estrecha de hospital. “Al no tener sus hemisferios formados no podía ver, tampoco escuchar, obviamente no iba a poder caminar. Pero sí tenía formado el tronco cerebral, lo que hacía que el funcionamiento de sus pulmoncitos y de su corazón estuvieran activos”.

“No es que yo tuviera necesidad de ser mamá, lo pensé más que nada como una necesidad de ella. Pensé: ‘Si va a vivir una vida tan cortita sería bueno que tuviera una mamá, un hermano, abuelos, tíos, primos, una casa, una cama, su ropita, sus juguetes’”, cuenta Nuria. “Creo que hay muchas maneras de ser madre, y la adopción era una manera distinta a la que yo conocía”.

Pasaron cinco años y Zoe murió el 13 de agosto del año pasado: diez meses antes de ese día, Nuria había logrado convertirse legalmente en su mamá.

“Todavía estamos aprendiendo a vivir sin ella —confiesa, y respira hondo para poder seguir hablando—. Duele mucho, pero no me arrepiento de nada. Fueron los mejores cinco años de mi vida”.

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