Un caso poco común se registró en la localidad de Orán, Salta, donde un hombre de 76 años decidió adoptar al hijo de su pareja, quien tiene 61 años. Este hecho despertó la atención de toda la provincia, no solo por la edad de la persona adoptada, sino también porque este decidió llevar el apellido del hombre que lo crió.
La adopción se realizó bajo la figura legal conocida como "Adopción por Integración", que permite la adopción de mayores de edad cuando estos han sido tratados como hijos desde la infancia. La ley establece dos condiciones para que este tipo de adopción sea posible: que el adoptante sea el cónyuge o conviviente del padre o madre del adoptado, o que exista una relación de "posesión de estado de hijo" desde que el adoptado era menor de edad.
En este caso, Luis González, de 76 años, cumplió con ambos requisitos al adoptar a Pedro Ruiz, de 61 años. González mantiene una relación de larga data con Ana López, madre de Ruiz, y crió al hombre como si fuera su propio hijo desde que tenía dos años.
El fallo judicial, emitido por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Personas y Familia Nº2 de Orán, confirmó que Pedro Ruiz es ahora legalmente hijo de Luis González. La jueza a cargo del caso comentó sobre lo inusual de la situación: “Nos costó armar la adopción porque al principio hablábamos del niño y resulta que el niño tiene 61 años. Todos los que intervienen en esta adopción integran la tercera edad”.
El proceso de adopción reveló que González comenzó a cuidar a Pedro cuando este era apenas un niño y, desde entonces, lo consideró su hijo. En 1972, González se casó con Ana López y el padre biológico de Pedro perdió todo contacto con su hijo y su expareja.
Durante una audiencia realizada el 30 de julio de 2024, con la presencia de los tres miembros de la familia, la Defensoría Oficial y el Ministerio Público Fiscal, todas las partes confirmaron la relación y los detalles de su dinámica familiar. González expresó que “no tuvo otros hijos más que Pedro” y que él es quien los asiste en trámites y gestiones, actuando como apoderado de sus padres. Por su parte, Pedro Ruiz se dedica a la carpintería y sigue siendo el principal apoyo de sus padres.