La Felicidad

sábado, 14 de agosto de 2010 00:00
sábado, 14 de agosto de 2010 00:00

Un filósofo con simples ropas recorre,
descalzo una playa disfrutando la arena,
respirando profundo el aire puro,
a su alrededor mira y contempla.
Sin preocupaciones que lo agobien,
teniendo consciencia de la hermosura
que a su derredor se le impone,
disfrutando la hallada felicidad.

Un religioso en su iglesia,
vive convertirse vidas,
eleva sus manos y adora,
mientras con pasión contempla,
como al amado Dios buscan.
Un niño alejado de las drogas,
con ojos cerrados da gracias,
al Señor, junto con su familia.
Agradecido ora el pastor,
porque ha hallado la felicidad.

Un enamorado ha besado,
por millonésima vez a su amada,
la admira en palabras o en silencio,
es su vida y la besa, porque la ama.
Quiere el momento sea eterno,
es feliz al estar con ella.

Felicidad.
Algunos la han hallado,
otros sienten que algo les falta.
Un adolescente preguntar osó,
a un poeta, un filosofo, un mecánico,
un enamorado, un viajero y una escritora,
que dijeron la habían encontrado:
“Por favor dime ¿donde está?”
Respuestas diversas recibió.
Ahora te hablo de ella,
escribiendo en estos versos:
Soy cristiano y enamorado poeta,
y digo: “la felicidad, he hallado”.
Sé, quizás influyan mis palabras,
¿Y, que es lo que digo?
Según mí forma de ver y pensar,
la felicidad está en lo bueno,
en descubrir lo puro que gusta,
la gracia o don que hay en uno,
en contemplar la belleza,
de la vida en lo cotidiano,
está en lo que es verdadero,
en usar los talentos adquiridos,
sintiendo pleno el pecho.

Igualmente creo,
es tan grande la felicidad,
que muchas veces no la vemos,
y solo alcanzamos porción de ella.
No puedo decir, aquí o allí se encuentra,
no es algo que este aquí o allá,
alguien la ve en cosas pequeñas,
otro en las inmensas.

Soy feliz,
aunque a veces me lamento.
Por mas que felicidad tenga,
completa no es, mientras
todos no la posean.
Entonces navego en mi poesía,
y oro por ti o por mi, si está la pena.
¡Soy religioso y soy poeta¡
Esa extraña, es la dicha mía,
mi felicidad bella.

No se que seria
del religioso poeta,
si a Dios no tendría
o los versos no nacieran.
Creo solo poseería,
la melancolía.

Javier R. Cinacchi
 

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