Bergoglio reclamó nuevos liderazgos

El Cardenal además advirtió que el país está "dañado por privilegios".
sábado, 16 de octubre de 2010 00:00
sábado, 16 de octubre de 2010 00:00

El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, insistió hoy en que erradicar la pobreza y proyectar el desarrollo integral de los argentinos deben ser “prioridades” hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad, un período que ubicó entre 2010 y 2016 al cual consideró oportuno para “fijar políticas de Estado en temas que deben sustraerse al coyunturalismo y la puja política como son la educación, la salud, el trabajo y la seguridad, que nos devuelvan homogeneidad como sociedad y reconstituyan el tejido y el vínculo social de los argentinos”.

Bergoglio consideró que “la patria merece un proyecto integrador. Un proyecto en torno a definiciones de valores y a objetivos concretos en las distintas áreas de la economía, la política, lo social, lo cultural. Un proyecto de desarrollo integral para todos”.

“Ese proyecto integrador excede los tiempos de cualquier gobierno porque necesita una mirada de mediano y largo plazo y por lo tanto requiere continuidad, la cual sólo puede ser garantizada mediante el compromiso de las distintas fuerzas políticas y sociales”, subrayó.

 

Críticas a dichos del premio Nobel del Literatura
 

El cardenal Bergoglio dijo, en otro momento, que “le dolió” la declaración del premio Nobel de Literatura, el peruano Mario Vargas Llosa, quien dijo que “la Argentina tiende a desaparecer”. “Esa es una visión decadentista”, criticó.

Conclusiones


El primado argentino destacó, en las conclusiones, “la fuerte conciencia de su dignidad, una conciencia histórica que se ha ido moldeando en hitos significativos”.

“Nuestro pueblo sabe que la única salida es el camino silencioso, pero constante y firme. El de proyectos claros, previsibles, que exigen continuidad y compromiso con todos los actores de la sociedad y con todos los argentinos. El Bicentenario es tiempo de proyecto, desafío, entrega. Es la oportunidad de gestar nuevos estilos de liderazgo centrados en el servicio al prójimo y al Bien Común”, reclamó.

El arzobispo sostuvo que “el liderazgo centrado en el servicio es la respuesta a la incertidumbre de un país dañado por los privilegios, por los que utilizan el poder en su provecho, por quienes exigen sacrificios incalculables mientras evaden responsabilidad social y lavan las riquezas que el esfuerzo de todos producen”.

“El verdadero liderazgo y la fuente de su autoridad es una experiencia fuertemente existencial. Todo líder, para llegar a ser un verdadero dirigente, ha de ser ante todo un testigo. Es la ejemplaridad de la vida personal y el testimonio de la coherencia existencial. Es la representación, la aptitud de ir progresivamente interpretando al pueblo, desde el llano, y la estrategia de asumir el desafío de su representación, de expresar sus anhelos, sus dolores, su vitalidad, su identidad”, señaló.

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