Hilda Amarfil de García Paz, creadora del Servicio de Neonatología en Catamarca

Una historia de lucha que debe ser contada

Con pioneros como el Dr. Perrota y la Dra. Amarfil, todo comenzó a cambiar.
miércoles, 27 de octubre de 2010 00:00
miércoles, 27 de octubre de 2010 00:00

Tras la inauguración oficial de la Maternidad Provincial “25 de mayo”, se esperaba con expectativas su habilitación definitiva. Finalmente, en la jornada del martes se produjo la mudanza del servicio de neonatología. Historias de esfuerzos, llantos y pañales, nutrieron la primera etapa de un servicio fundamental para la salud de los neonatos.
Ahora la vida en sus primeros pasos comienza a transcurrir en un moderno edificio. Pero nunca podrá olvidarse a quienes debieron luchar contra muchas limitaciones para pelear palmo a palmo, por ese primer llanto de vida.
En el año 1974 llegó desde la provincia de Córdoba una profesional dispuesta a dejar todo de sí por los recién nacidos que, muchos de los cuales, ante la falta de insumos para asistirlos, no sobrevivían.
La Dra. Hilda Amarfil de García Paz, pediatra neonatóloga, comienza a desandar sus primeros pasos en la posibilidad de crear el servicio de neonatología que ya funcionaba en el hospital San Juan Bautista, y conseguir como herramienta fundamental una ambulancia, aunque precaria, que pudiera servir para el traslado de los neonatos.
“Cuando se creó la salita era sólo para el niño sano. Al que nacía enfermo había que trasladarlo a Córdoba o a Tucumán, y por la falta de recursos se lo hacía en un colectivo o una ambulancia sin ningún tipo de aparatología necesaria, ni siquiera oxígeno, y por eso los bebés a veces morían a mitad de camino”, recordó la médica.
Sólo dos médicos y seis enfermeras lograron por aquellos años disminuir esos traslados de niños a otras provincias. “Era tanta la precariedad, que comenzábamos a pedir a los vecinos que nos pusieran las cubeteras en sus heladeras para que ese hielo nos sirviera para utilizarlo como oxígeno, y pedíamos en un comercio, que siempre nos colaboraba, bolsas de agua caliente, ya que al no tener incubadoras eso nos hacía mantener al bebé”.
La médica recordó que golpeaban puertas y en algunos casos la solución era inmediata, pero en otros el “mañana” o el “no se puede” eran las respuestas que más dolían, aunque replicaban “el recién nacido no puede esperar hasta mañana, para ellos es hoy, y así nos quedábamos hasta que aparecía la varita mágica y regresábamos con lo necesario”.

Primera transfusión

Luego el servicio comenzó a crecer y hasta se animaron a llevar adelante el primer cambio de sangre que por la falta de tecnología duró seis horas. “Más tarde se sumaron nuevos neonatólogos, inclusive algunos hoy continúan”, señaló.
Con el paso de los años el servicio se fortaleció y llegó el traslado desde República al 1100 hacia las nuevas instalaciones del Hospital Interzonal San Juan Bautista, donde Hilda estuvo como coordinadora de Maternidad e Infancia.
El Esquiú.com en el relato de esta historia quiso reflejar los esfuerzos humanos por construir un mejor proyecto de salud, y en este contexto dialogamos con quien fuera pionera en este Servicio. También solicitamos su opinión sobre la nueva Maternidad, a lo que respondió que se trataba de “un sueño de hadas hecho realidad, que va a contener a las miles de embarazadas y va a dar un alumbramiento soñado a cada uno de nuestros niños. Ojalá la sociedad sea partícipe directa de este logro”. La profesional concluyó invitando a que todos y cada uno de los comprovincianos se involucre con este Servicio, que cuenta con un moderno edificio totalmente equipado.

PRIMERA SALITA

El Servicio de Neonatología tuvo su comienzo en el año 1961, cuando llegó al Hospital de Niños “Eva Perón” el Dr. Luis María Roberto Perrota, quien fue convocado por el entonces Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública de la Nación, como médico puericultor, creando la primera salita de Atención al Niño Sano.

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