Un juez lo autorizó especialmente

Exitoso transplante de riñón entre amigos

El transplante de órgano de un donante vivo no emparentado está prohibido por Ley. Sin embargo la Justicia permitió que un catamarqueño reciba el riñón donado por un amigo.
domingo, 5 de diciembre de 2010 00:00
domingo, 5 de diciembre de 2010 00:00

Las leyes argentinas prohíben que se realicen transplantes de órganos entre personas vivas sin lazos sanguíneos, una medida que tiende a cerrar cualquier posibilidad de tráfico o comercialización de órganos.
Sin embargo, la autorización de un juez posibilitó que, por primera vez, un catamarqueño sea transplantado de riñón teniendo como donante a un amigo.
En un conocido centro de diálisis ubicado en avenida Belgrano, los protagonistas se reunieron para contar su experiencia a El Esquiú, a un mes de la intervención.
Los médicos evaluaron el estado del transplantado, que es muy favorable, y recordaron que si el juez Ricardo Morcos no hubiera fallado a su favor el paciente estaría muy grave.

Un hito
Segundo Fernández, médico de Ramón Rocha (40) -donante- y Vicente Ance (30) -transplantado-, siguió todo el proceso judicial que comenzó hace más de un año.
Detalló que este caso marca un antes y un después en el tema, ya que es recién el décimo caso en el país y el primero en la provincia.
“No es común que esto se dé, pero hemos hecho lo posible ya que Vicente es un joven trabajador que padece esta enfermedad como herencia. Hace ocho años que se somete a diálisis y su cuerpo necesitaba un riñón para seguir viviendo. Las alternativas eran pocas y la suerte fue mucha” recordó el profesional.
Ramón y Vicente contaron a El Esquiú.com que no hubo complicaciones desde el día que en que el donante Ramón expresó su voluntad de ayudar a Vicente por ser amigos de hace mucho tiempo.
Luego de un largo proceso de comprobación, la Justicia determinó que no se trataba de una venta de órganos ni tráfico. Simplemente, la amistad y generosidad de Ramón lo llevaron hasta un quirófano en la provincia de Córdoba; allí le extrajeron su riñón y a los cinco días se recuperó. “No me duele nada, estoy bien y voy a seguir muy bien”, expreso Ramón.
“Ahora duermo, me muevo solo, y voy a volver a trabajar porque ya cambió mi vida” afirmo Vicente, el transplantado.
El centro de hemodiálisis de avenida Belgrano recibe a 70 personas que realizan tratamientos de diálisis.
De acuerdo con las estadísticas con las que cuenta Fernández, el 50 por ciento son personas que tienen problemas de diabetes, el resto se divide en diálisis por enfermedades hereditarias y otras por hipertensión.
“Vemos que existe una tendencia en Catamarca y es que cada vez son más las personas con diabetes como patología de base, que llegan al centro a realizar sus tratamiento de diálisis. Son de todas las edades y predomina el deterioro del organismo por la diabetes”, culminó.

 Una intervención muy compleja

Los primeros transplantes de riñón exitosos fueron hechos en Boston y París en 1954. Fueron realizados entre los gemelos idénticos, para eliminar cualquier problema de una reacción inmune. La popularización del transplante renal fue lenta. Por ejemplo, el primer transplante de riñón en el Reino Unido no ocurrió hasta 1960, cuando Michael Woodruff realizó uno en Edimburgo entre gemelos idénticos.
El transplante de donante difunto se introdujo en 1964, cuando comenzó el uso rutinario de medicamentos para prevenir y tratar el rechazo agudo. El riñón era el órgano más fácil a transplantar, pues la prueba de compatibilidad de tejidos era simple, el órgano era relativamente fácil de extirpar e implantar, los donantes vivos podían ser usados sin dificultad, y en caso de fallo, la diálisis renal estaba disponible desde los años 40. La prueba de compatibilidad de tejidos es esencial para el éxito; las primeras tentativas en los años 50 en personas que padecían la enfermedad de Bright habían sido muy poco exitosas. El transplante fue hecho por el Dr. Joseph Edward Murray, quien recibió el Premio Nobel de Medicina en 1990.
Los donantes vivos potenciales son cuidadosamente evaluados en su cimientos médicos y psicológicos. Esto asegura que el donante está en buena forma para la cirugía y no tiene ninguna enfermedad del riñón, mientras que se confirma que es puramente altruista.
Tradicionalmente, el procedimiento para el donante ha sido a través de una incisión, pero la donación viva cada vez más ha procedido por cirugía laparoscópica. Esto reduce el dolor y acelera la vuelta al trabajo para el donante, con efecto mínimo sobre el resultado del riñón. En forma total, los receptores de riñones de donantes vivos van extremadamente bien en comparación con los que reciben de donantes fallecidos.
Puesto que en la mayoría de los casos los riñones existentes, que apenas están en funcionamiento, no son extirpados, el nuevo riñón normalmente es colocado en un lugar diferente del riñón original (generalmente en la fosa ilíaca derecha dado su mejor abordaje).
Los requisitos para el transplante de riñón varían de un programa a otro y de un país a otro. Muchos programas ponen límites en la edad.
Además, se comprueba que los candidatos serán muy cuidadosos con los tratamientos médicos postransplante, ya que deberán tomar medicación de por vida, porque es esencial para la supervivencia del transplante.

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