El problema del consumo de alcohol

Preocupa la venta de bebidas a menores

Desde Inspección General se asegura que resulta “casi imposible” poder vigilar la venta de bebidas alcohólicas a menores.
miércoles, 18 de agosto de 2010 00:00
miércoles, 18 de agosto de 2010 00:00

La constante venta de bebidas alcohólicas y el consumo por parte de menores de edad en la denominada “previa” durante los fines de semana, han motivado que los controles municipales prácticamente sean insuficientes a la hora de inspeccionar despensas y kioscos a los efectos de revertir esta situación.
La decisión de los menores de ingerir abundantes bebidas alcohólicas en las denominadas “previas”, o sea en aquellas reuniones y momentos antes de partir a los boliches, se ha tornado en moneda corriente. Sin embargo, y pese a los intensos controles que se instrumentan desde la comuna capitalina, la multiplicidad de negocios que amparan esta situación motiva que el resultado del accionar oficial sea, prácticamente, ineficaz.
En consecuencia, la venta y consumo del alcohol, estando oficialmente prohibida su venta a menores de 18 años, es otro frente de lucha para el municipio, ya que a pesar del acompañamiento de policía de la provincia, se torna una situación prácticamente incontrolable. “Es muy difícil controlar la venta de bebidas alcohólicas durante los fines de semana a menores, más aún cuando no se toma conciencia de parte de comerciantes, ni de los chicos, ni adultos que en muchos casos promueven que esto suceda”, explicó Oscar Nieto, supervisor General de Inspección General.
De acuerdo con lo explicado por el funcionario, los mayores niveles de ingesta se concentran en “la previa” del boliche, o sea esta nueva costumbre arraigada en los últimos años, cuando los chicos se reúnen a tomar horas antes de ir a bailar, y que se puede decir que se trasladó, por cuestiones económicas, desde los bares a los domicilios particulares. “El riesgo que generan los menores en estado de ebriedad es muy grande, no sólo en materia de tránsito y los consecuentes accidentes, sino el enorme problema que representan para los vecinos los desmanes que se generan a altas horas de la noche o las agresiones propias entre los menores”, sostuvo al tiempo que consideró que se debe tomar conciencia del riesgo que esta nueva modalidad implica, por lo que se debe apuntar a restar legitimidad a una práctica muy arraigada.
Si bien desde Inspección General se instrumentan controles efectivos a los efectos de determinar la presencia de menores de edad en los boliches, los esfuerzos son prácticamente insuficientes cuando se trata de intentar controlar los excesos generados en “la previa”.
“En esta ciudad son innumerables los locales comerciales que venden bebidas alcohólicas a menores, y nuestros recursos no alcanzan para dar cobertura a ello”, explicó al tiempo que aseguró que se presentan casos de comercios que se encuentran cerrados pero que lo mismo comercializan bebidas, mayores de edad que adquieren alcohol y los trasladan a reuniones donde hay menores, o aquellos casos donde las bebidas son adquiridas durante la semana e ingeridas por los jóvenes momentos antes de su salida a los boliches.
“Se trata de situaciones que nos desbordan, y que al mismo tiempo representan un problema muy grande para la comunidad. Un menor embriagado no puede manejar y, sin embargo, lo hace”, ejemplificó.
El espacio considerado crítico se encuentra ubicado en la zona aledaña a avenida Galíndez, Illia, Ocampo, entre otros. “Incluso –agregó-, trabajamos en forma conjunta con la policía, ya que son ellos quienes nos indican, por ejemplo, en qué sectores deberíamos actuar ante la información que ellos manejan”. No obstante, consideró que un papel preponderante juegan los vecinos, quienes deben formular la denuncia correspondiente al tomar conocimiento de los lugares donde expenden bebidas alcohólicas a menores.
Dentro de este contexto, queda en claro que la denominada “previa” es tan importante en las noches de fin de semana, que, incluso, muchos chicos se quedan con este hábito y después ni siquiera acuden al boliche. Esto hace suponer que para los adolescentes y jóvenes la previa es el momento de la semana en el que más se ingiere bebidas. No obstante, la cuestión de precios ha incidido para que el consumo de alcohol se mude desde boliches y bares a los propios domicilios particulares o a las esquinas de los barrios.
“Todo el recurso humano con que cuenta el organismo se ve desbordado en esta cuestión, por lo que padres, comerciantes y la comunidad en general deben tomar conciencia de los riesgos que implica la denominada previa en los menores”, concluyó Nieto.

Comentarios

Otras Noticias