Religiosas
Condecoración para la Virgen
Primera vez que una advocación de la Madre de Dios en Argentina recibe la Rosa de Oro.
Anoche tuvo lugar la ceremonia final de los actos centrales por los 100 años de la Diócesis de Catamarca.
Fue en el Paseo de la Fe, luego de que una peregrinación de antorchas, proveniente del Predio Ferial, que llegó hasta allí para vivir los momentos culminantes de estas celebraciones.
En la oportunidad fue entregada la Rosa de Oro que envió Su Santidad, Benedicto XVI, al Santuario de la Virgen del Valle, la que quedó depositada allí como recuerdo de estas Fiestas del Centenario.
Es un sacramental
La Rosa de Oro es una condecoración otorgada por el Papa a personalidades católicas preeminentes, usualmente reinas. También la han recibido algunas advocaciones de la Virgen María. Fue creada por León IX en 1049.
Como su nombre indica, consiste en un rosal de oro con flores, botones y hojas, colocado en un vaso de plata renacentista, en un estuche de oropel con el escudo papal.
El Papa la bendice el cuarto domingo de Cuaresma. La unge con el Santo Crisma y se la inciensa, de modo que es un sacramental.
Los sacramentales son signos sagrados para que, imitando de alguna manera los sacramentos, expresen efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia.
Lleva 961 años de vigencia
La singular historia de la Rosa de Oro comenzó el año 1049 y se cuenta de este modo. Se dice que queriendo el papa León IX poner bajo el dominio directo de la Santa Sede el célebre monasterio de Santa Cruz de Alsacia, que había sido fundado por sus abuelos, y sobre el cual tenía derechos de patronato, el monasterio se obligó por un tratado a enviar todos los años al mencionado papa y a sus sucesores el cuarto domingo de cuaresma una Rosa de Oro o dos onzas del mismo metal. Así se hizo y con este motivo se estableció el ritual de la bendición y de la unción de la Rosa de Oro con la que se quiso figurar a Cristo representado por el oro, el más noble de todos los metales y la resurrección del Salvador significada por el bálsamo aromático.
El Pontífice acostumbraba enviar todos los años esta condecoración a alguna iglesia particular o bien a algún príncipe o princesa de la cristiandad. Hace pocos años comenzó a enviarla también a Santuarios donde se venera a la Santísima Virgen bajo distintas advocaciones. Es la primera vez que envía esta condecoración a la Argentina. Fue para la Reina y Señora de este Valle.
De este modo el Santo Padre no sólo se hizo presente en las Fiestas del Centenario de la Diócesis de Catamarca por medio de un Legado suyo, sino con este regalo cuya tradición en la Iglesia tiene 961 años. Qué especial modo de concluir estas fiestas.