Un duro enfrentamiento verbal, con acusaciones de todo tipo, se desató ayer en la sede de la ATECa, entre los referentes de la conducción actual y delegados del interior provincial.
La puja por la conducción del gremio, ante la acefalía en la que se encuentra por el atraso en la convocatoria a elecciones para renovación de autoridades, sumó ayer un nuevo capítulo. Los delegados provenientes de diferentes jurisdicciones del interior arribaron a esta ciudad con la intención de intentar tomar el control del gremio, a través de la conformación de un Comité Normalizador. Sin embargo, éste fue rechazado por Francisca Dumeni de Rueda y Carlos González, por entender que no reúnen los requisitos mínimos establecidos en el Estatuto.
Durante las primeras horas, los docentes del interior se convocaron en el gremio y en la Delegación del Ministerio de Trabajo de la Nación. Luego, avanzaron en la conformación de una comisión que tenía por objetivo llamar a elecciones. “El gremio no tiene representatividad y sólo buscamos respeto a la ética del docente”, señaló Nancy Quiñónez, delegada de La Paz. Fue en ese momento cuando se hicieron presentes Dumeni y González, e informaron que la normalización de ATECa está sujeta a los plazos que estime conveniente CTERA. “Toda la documentación se remitió al órgano madre y son ellos los que deben enviar un normalizador, para que convoque a elecciones”, sostuvo González.
Lejos de conformar con las explicaciones, a las que se sumaron las del abogado Sergio Guillamondegui, los cruces verbales subieron de tono, incluso hasta tratarse de “incompetentes e ignorantes” entre ellos.
Sin arribar a ningún acuerdo, los delegados del interior designaron intempestivamente a Ramón Herrera (La Paz) y Analía Villagrán (Santa María) al frente de un comité normalizador. Sin embargo, desde el otro sector se lo desacreditó por no reunir requisitos estatutarios.
“ATECa no es la voz de dos personas, mucho menos los docentes catamarqueños les deben algo a ellos”, fustigó Marcela Roldán, al tiempo que reclamó el inmediato llamado a elecciones. En concuencia, mucha pirotecnia verbal, sin resultados concretos.