El propietario del lavadero ubicado en Avenida Juan Chelemin y Avellaneda y Tula repudia el accionar de quienes dejaron escombros sobre las dos entradas a su negocio. Alejo Soto pidió públicamente que se retire el resto de material de construcción que dejaron hace cuatro meses, lo que llevó a que cierre el comercio por la falta de ingreso de clientes.
El damnificado dio a conocer que en reiteradas oportunidades solicitó la liberación del paso para poder trabajar “los autos no ingresan, ya no sé dónde recurrir”.
Agregó que ante la falta de clientes tuvo que dar licencia forzada a dos empleados por no tener como pagarles.
Por la imposibilidad de trabajar, al observar que desde ningún sector involucrado en la obra de la avenida de circunvalación obtenía respuesta, Soto decidió retirar parte del material sobrante que dejaron los obreros y cerrar parte de una calzada para que ingresen los clientes. Con esta medida pudo volver a emplear a uno de sus trabajadores, ya que de vez en cuando los clientes pueden pasar el montículo de escombro.
Ante la falta de ingresos, Soto explicó que tuvo que pedir prórroga para pagar los impuestos, ya que no tiene ingresos.