Descontrol de impulsos

viernes, 18 de febrero de 2011 00:00
viernes, 18 de febrero de 2011 00:00

A partir de los crímenes pasionales que la sociedad catamarqueña ha debido soportar, es que llamo a una reflexión individual... existe sólo una delgadísima línea entre un brutal crimen y una acalorada discusión, por eso mismo, calmemos nuestros ánimos sobre todo en discusiones familiares, en estados de embriaguez o de alteración por drogas. Por sólo unos minutos se paga el resto de la vida con prisión o reclusión.
Si pensamos en el control de los impulsos, pensamos en la sociabilización del ser humano, ya que el mismo permite vivir en sociedad, respetarse unos a los otros, cumplir leyes, privilegiar a las mujeres, ancianos y niños. Dentro del ámbito del estudio psicológico de las personas, el descontrol impulsivo está ligado directamente con varios trastornos psíquicos, y debido a ellos se pierde el control de los impulsos, por ejemplo en el trastorno bipolar, en la etapa maniaca el enfermo puede vender todos sus bienes para regalarlos a cualquier persona sin motivo alguno. En la esquizofrenia y en otras psicosis pueden producirse comportamientos impulsivos, motivados por un juicio distorsionado de la realidad; se puede llegar a un homicidio, ya que el enfermo interpretó que otra persona lo agredía. En demencias neurológicas en los que se encuentra dañado el cerebro también se observan descontroles impulsivos.
Existen varios subtipos del trastorno de control de impulsos:
1- Trastorno explosivo intermitente: La pérdida de control afecta a la agresividad, que repetidas veces estalla en ataques incontenibles de agresividad física o verbal ante mínimas provocaciones.
2- Cleptomanía: consiste en un impulso inevitable a robar objetos inútiles y que no se necesitan. Debe tratarse de objetos sin valor, que una vez sustraídos son devueltos, tirados o regalados. Los robos van precedidos por un aumento de tensión que es liberada tras el hurto.
3- Piromanía: existe un incremento de la tensión psicológica que se libera tras prender fuego. El pirómano además está fascinado por el fuego y toda su parafernalia (bomberos, humo, gente, olores). En la verdadera piromanía los incendios no se provocan por motivos económicos, criminales, ideológicos ni de cualquier otro tipo que no sean la mera fascinación por el fuego y la liberación de tensión tras el incendio.
4- Ludopatía: Consiste en un impulso que impide resistirse al impulso de jugar. El ludópata no puede dejar de pensar en el juego, cada vez necesita jugar más cantidades de dinero, y le resulta imposible parar una vez que ha comenzado hasta que pierde todo. Cualquier intento de dejar el juego provoca ansiedad e irritabilidad. Con objeto de conseguir dinero miente, engaña, roba por lo que se queda solo.
5- Tricotilomanía: Consiste en el impulso irresistible de arrancarse pelo, hasta producir evidentes áreas de calvicie e incluso lesiones más serias, por infección u otra causa, al resistirse al mismo se provoca una tensión insostenible, que se libera al sucumbir al impulso.
6- Adicciones: no esta de más recalcar que bajo los efectos de algunas drogas o el alcohol también tiende a perderse la inhibición y es más fácil la tendencia al descontrol de todos los impulsos.
7- Celotipia: es un trastorno caracterizado por el descontrol del comportamiento ocasionado en momentos de excesivos celos.
Juan (23): “cada vez que la veía con el otro (se refería a su ex novia), me daban ganas de matarlos, de pegarles dos tiros… así me ahorcaría tranquilo”.
La intervención psicológica fue alejarlo del crimen, en interconsulta con su médico hubo que tranquilizarlo con ansiolíticos y se recomendó que mudara de domicilio por un tiempo hasta que esos impulsos fueran declinando. También se asesoró a la familia para que pusieran elementos de contención a la vuelta del paciente a los fines preventivos, para que no dañe a los demás ni a sí mismo.
El tratamiento de los trastornos del control de los impulsos consiste en psicoterapia y fármacos que reducen la impulsividad. Sin embargo es preciso entender que estas personas deben estar bajo ambientes protegidos, con controles periódicos de profesionales y del grupo de contención afectiva como su familia. La prevención es el mejor remedio.

BRUNO JEREZ
PSICÓLOGO-ABOGADO
 

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