En calle Esquiú la obra presenta un 40 por ciento de avance

La municipalidad prevé calles más angostas en el microcentro

Desde la Dirección de Arquitectura y Equipamiento Urbano detallaron que el ensachamiento de veredas se realiza para que los turistas puedan apreciar las fachadas de lugares históricos. Analizan ensachar la vereda en el Colegio Nacional y en la zona de bancos.
lunes, 14 de marzo de 2011 00:00
lunes, 14 de marzo de 2011 00:00

Junto a la obra de ampliación de veredas de las calles Esquiú y Sarmiento, el municipio ya trabaja en los proyectos para ensanchar las aceras del Colegio Nacional, de la zona de bancos, en Rivadavia al 500; también en Mate de Luna y Rivadavia y en la cuadra de San Martín al 600. El proyecto, dependiente de la Dirección de Arquitectura y Equipamiento Urbano de la Municipalidad de la Capital, pretende mostrar las fachadas históricas y mejorar la circulación del peatón.
El arquitecto Javier Doering, a cargo de la Dirección de Arquitectura, detalló que las obras en calle Esquiú y Sarmiento son “pensadas para el turista”. Si bien las obras quitan la mitad de la calzada para circular en vehículos, posibilitarán que la gente pueda apreciar fachadas como la del Convento de San Francisco, el Museo Calchaquí y el Colegio Nacional. Mientras en el área de bancos se trabajaría para mejorar la circulación del peatón.
En cuanto a las obras que se están llevando a cabo en estos momentos en las calles céntricas, el funcionario precisó que tienen un avance del 40 por ciento y que se registraron algunas demoras por el cableado subterráneo. No obstante, estimó que en treinta días estará concluida.
A la obra de ensanchamiento que evitará el estacionamiento de autos frente al banco de calle Esquiú, se le agregó una parada de taxis, lo que facilitará el estacionamiento en la reducida calzada.
El proyecto de vereda incluye, entre otros detalles, arbolado, farolas de estilo clásico, papeleros y bancos. El piso será de piedras lajas, y se asemejará al empleado en la remodelación del piso de la peatonal. El arquitecto especificó también que “la obra no debe incomodar el paso de los vehículos; la gente se deberá acostumbrar a que en esas zonas de veredas anchas tendrán que circular con precaución o desviarse por otras arterias. La calzada será así y no se va a convertir en peatonal. Antes, el inconveniente era el paso de los colectivos, pero ahora no tiene que haber ningún malestar al circular por la zona”, culminó.

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