911

Cómo funciona el centro de comando y control de la Policía Federal

domingo, 23 de diciembre de 2012 00:00
domingo, 23 de diciembre de 2012 00:00

Unos 27 operadores telefónicos por turno trabajan en el Centro de Comando y Control de la Policía Federal Argentina (PFA), donde se reciben los llamados que llegan al sistema de emergencias 911 correspondientes a la Ciudad de Buenos Aires.

Estrenado oficialmente el 3 de diciembre por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y en funcionamiento desde comienzos de noviembre, el Centro fue un proyecto llevado adelante por el flamante Jefe de la PFA, el comisario general Román Di Santo, cuando aún era superintendente de Comunicaciones de la fuerza.

El 911 ocupa un amplio sector del primer piso del edificio policial de Azopardo 650, en el barrio de Montserrat, y está dividido físicamente en dos secciones por necesidades logísticas: la de los operadores que atienden los llamados y la de los despachantes que se encargan de alertar a las comisarías.

Uno de los jefes de servicio del 911, el cabo Marcelo Domínguez, guió a Télam en la recorrida y relató que el Centro se ocupa de "todo tipo de emergencias y también de otro tipo de hechos que por ahí no son emergencias pero ameritan la presencia policial".

El 911 recibe no sólo las llamadas para convocar a la PFA, sino que también centraliza las que corresponden a Bomberos antiguamente se utilizaba el 100- y las que tienen que ver con emergencias médicas, que luego son derivadas al SAME (107), correspondiente al gobierno porteño.

En una de las paredes junto a los 27 boxes de los operadores se pudo observar una pantalla de LCD, en el que se indicaba el ingreso de una llamada y cuánto tiempo se tardaba en atender: el contador nunca llegó a los diez segundos.

"Entran 8.000 o 9.000 llamados diarios, se atiende durante las 24 horas y la cantidad de operadores es siempre la misma", dijo el cabo Domínguez, quien describió que la tarea de cada uno de los jóvenes es recibir la llamada y luego hacer lo que se llama "carta o constancia", que es un "correlato de lo que está pasando".

Cada operador sigue una guía predefinida de preguntas e ingresa en uno de los dos monitores con los que trabaja la dirección y la tipificación del hecho, el sistema detecta automáticamente a qué comisaría corresponde y envía una primera "carta" a los despachantes para que se comuniquen por radio con un patrullero.

"Automáticamente el patrullero se va desplazando y mientras tanto el operador puede seguir tomando la información para ampliar", explicó el jefe de servicio y agregó que se está terminando de implementar un sistema por el cual cada móvil policial contará con una pantalla táctil y GPS.

De acuerdo a Domínguez, se trata de generar "mayor eficiencia": "Ya no va a ser tan necesario que se use la radio. Según el posicionamiento global de cada móvil se va a poder decir cuál está cerca del lugar para ser asignado automáticamente".

Ese sistema tiene, a su vez, integrados los archivos que permitirán saber al efectivo de cada patrullero si una persona tiene pedido de captura o antecedentes penales.

El sector donde se encuentran los despachantes, dos por cada una de las ocho circunscripciones en las que se agrupan las 53 comisarías porteñas, está dominado por pantallas gigantes en alta definición, en las que se puede reproducir cada una de las 1200 cámaras de instaladas en la Ciudad por el ministerio de Seguridad.

"Tenemos acá una central que nos permite acceder a todas (las cámaras), pero a su vez en cada circunscripción hay físicamente un centro de monitoreo", indicó Domínguez, quien contó que cuando el despachante recibe una llamada "monitorea la cámara de ese lugar para ver lo que está pasando".

De esa manera, el grupo de operadores puede seguir lo que ocurre con "una vista panorámica" y colaborar desde el Centro de Comando en la coordinación de los operativos.

Además de comunicarse con las diferentes comisarías, según el jefe de servicio, la función de los despachantes es determinar "prioridades de asignación", de forma que "un patrullero vaya a un lugar, no se superponga con otro y se puedan cubrir más hechos".

Los turnos de los operadores duran 12 horas con la intención de que una misma persona pueda cubrir la totalidad del operativo por un delito, aunque por el nivel de exigencia que demanda la tarea trabajan día por medio o cada tres días los del turno noche.

Según Domínguez, una de las principales ventajas que ofrece el nuevo sistema es que quedan registrados y tipificados todos los llamados, y que así darán la posibilidad en los próximos meses de generar detallados mapas del delito.

Como contrapartida, el jefe de servicio del 911 relató que el Centro recibe muchas llamadas "en broma" o "insólitas" que no constituyen emergencias policiales: "Llaman para decir que hay un águila o una serpiente de tres metros, ven helicópteros y llaman acá preguntando por qué, o por qué vuela un avión tan bajo".

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