Recientemente se conoció una investigación realizada en la basílica de la Natividad, de Belén, Tierra Santa, para conocer el origen y la procedencia de los materiales que conforman la bóveda del templo, lo cual permitirá su restauración respetando los aspectos arqueológicos, estructurales, filológicos, históricos y decorativos, informó Radio Vaticana.
La iniciativa fue promovida por las distintas Iglesias en esa zona y el gobierno palestino, y comenzó a fines de 2009 con vistas a sentar las bases de futuras intervenciones en la basílica, que necesita de una reestructuración arquitectónica.

Detalles de la investigación

El estudio se hizo principalmente sobre el techo de madera de la basílica y se publicó en la revista británica Journal of Cultural Heritage, especializada en la conservación de bienes arquitectónicos.
En una entrevista concedida a Radio Vaticana, José Manuel Martínez Gómez, director de la edición española de la revista Tierra Santa, compartió los detalles que se conocieron sobre la investigación.
“El análisis más concreto fue endocronológico, que permitió determinar la edad y la procedencia de la madera. Según los resultados, se clasificó la madera por origen y por edad”, explicó el periodista.
Según la investigación, habría cinco grupos de árboles en las vigas del edificio. Los pedazos más antiguos corresponderían a madera de cedro que se utilizó en época del imperio bizantino, aunque una buena parte fue presa del fuego durante la revolución samaritana de 529.

Apoyo palestino

“La Autoridad Palestina está muy interesada en la preservación y conservación de los templos cristianos, y para ello se requiere un acuerdo previo con las iglesias cristianas. De parte de la Iglesia Católica, la Custodia de Tierra Santa, a cargo de los franciscanos, ha seguido de cerca los resultados”, añadió Martínez Gómez.
Respecto del tipo de madera, se conoció que las hay de tres clases. Cedro y roble, autóctonos de la zona, cubren buena parte de la zona superior del templo, aunque también hay buena cantidad de alerce, donado por la República de Venecia en el siglo XVI. También se utilizó madera de Anatolia (actual Turquía).
Las reformas edilicias de la basílica estarán destinadas a paliar los defectos estructurales y los efectos sobre la edificación que podrían producirse por movimientos sísmicos en la región.