El centro se colmó de fieles; ayer ingresaron más de mil devotos de la Virgen

Es incesante la llegada de peregrinos para honrar a la Madre del Valle

A pie, en bicicleta o en vehículos, cientos de peregrinos llegan en honor a la Virgen. Ayer, el ingreso causó un caos vehicular.
jueves, 6 de diciembre de 2012 00:00
jueves, 6 de diciembre de 2012 00:00

A pocas horas de la Solemne Procesión, peregrinos de distintos lugares del país comenzaron a llegar en gran número a los pies de la Virgen del Valle. En la tarde de ayer el ingreso se tornó incesante en los accesos a la ciudad. Por las rutas y avenidas, los grupos de fieles arribaron para honrar a la Madre Morena provenientes de provincias vecinas, sobre todo de Santiago del Estero y Tucumán, como así también desde departamentos del interior.
Muchos peregrinos que llegan a pie por estas horas partieron de sus hogares el pasado 30 de noviembre. Así lo relataron a El Esquiú.com grupos de Santiago. Otros que llegaron desde Tucumán debieron partir el 3 para llegar a tiempo a la procesión.
Desde el Obispado se informó que en la mañana de ayer concurrieron a la Catedral Basílica alrededor de cien peregrinos de todas las edades de la localidad tucumana de Aguilares. Con una batucada, banderas, vivas a la Virgen, aplausos y bombas de estruendo, anunciaron la culminación de su marcha llenos de emoción y alegría. El casi centenar de peregrinos partió desde Tucumán el viernes 30 de noviembre, trayendo sus intenciones y las de todos los que no pudieron emprender el viaje.
La emotiva llegada al Santuario fue acompañada por todos los fieles presentes en el templo catedralicio, quienes con palmas alentaban el ingreso de rodillas y posterior misachico, ofrecido a la Madre Morena que los esperaba en su casa.
Unos minutos después arribó a la Catedral una delegación desde la provincia de Santiago del Estero. Cerca de veinticinco personas peregrinaron seis días para venerar, agradecer y pedir alguna gracia a la Santa Imagen. En su entrada, los rostros, lejanos al cansancio, el dolor o el calor que sus cuerpos soportaron, evidenciaban fe y devoción a la Madre Morena.
Durante la mañana fue intenso el trabajo de los servidores marianos, atendiendo a cada peregrino y devoto que alcanzaba los umbrales de la casa de la Señora del Valle. En grupos o individualmente, los visitantes se acercaban humildes y postrados a los pies de la Madre, alentados y acompañados por sus hermanos en la fe.
De esta manera continúa la llegada de familias completas que caminando, en bicicleta, o en otros medios de transporte, responden al llamado de la Virgen, que los invita a participar de sus fiestas.
 

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