Fe y emoción

Miles de fieles participaron de la procesión, innumerables muestras de fe y agradecimiento a la Madre del Valle.
sábado, 8 de diciembre de 2012 00:00
sábado, 8 de diciembre de 2012 00:00

Bajo el lema “Feliz de ti María porque has creído”, ayer culminaron las fiestas en honor a la Virgen del Valle, con la Solemne Procesión donde una multitud de fieles acompañó a la Imagen de la Morena en su recorrido por las calles de la ciudad, mientras que otros aguardaron en la plaza central su llegada.
Durante el recorrido se observaron diferentes muestras de fe, amor y esperanza; los pañuelos que no dejaban de ser agitados en el aire, las banderas colgadas en los frentes de las viviendas y la emoción en cada de una de las personas, eran la muestra del sentimiento que la Madre provoca al caminar entre su pueblo.
Miles de peregrinos arribaron a nuestra ciudad para formar parte de la Fiestas Marianas, desde diferentes provincias, hermanos unidos que llegaron a rendir su homenaje a la Madre del Valle. Desde la Policía de la Provincia se informó que participaron de la procesión más de 65 mil personas.
Las calles de la ciudad fueron literalmente un mar de gente durante la tradicional Procesión concretada ayer en honor a la Virgen del Valle.
Durante la mañana y hasta momentos antes de que la imagen de la Virgen fuera llevada para el inicio de la tradicional procesión, los peregrinos hicieron largas colas para poder ingresar a la Catedral Basílica y estar aún más cerca de la Morena.
El deseo de ingresar correspondía a la necesidad de poder agradecer a la Virgen los favores recibidos, solicitar ayuda y favores especiales, algo que para quienes habían recorrido tantos kilómetros significa haber logrado la misión iniciada hace varios días.
La manifestación de fe fue emotiva de principio a fin y se reflejó en los rostros agradecidos, esperanzados y exhaustos de los feligreses que realizaron todo tipo de esfuerzos para llegar a los pies de la Virgencita milagrosa.
Estas festividades estuvieron enmarcadas en el Año de la Fe, de allí que el tema de predicación es “Creemos en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo” y marca la apertura del Año Diocesano de los Jóvenes.
Este año el recorrido tuvo algunas variantes; la peregrinación partió como todos los años desde la Plaza del Maestro y se detuvo unos instantes frente al edificio de la Universidad Nacional de Catamarca, donde los integrantes de la Casa de Altos Estudios rindieron su homenaje a la Virgen en el 40° aniversario de su creación.
Posteriormente, cuando la imagen de la Virgen pasaba frente al Paseo Gral. Navarro, un grupo de artistas catamarqueños, compuesto por Alico Espilocín y Marcelo Amador entre otros, ofrecieron un homenaje para mostrar sus sentimientos hacia la Morena del Valle, entonando las estrofas de una canción.
Por su parte, integrantes del Ejército Argentino junto a la Dirección de Aeronáutica expresaron su homenaje a través de aviones de la fuerza que sobrevolaron el sector por un momento.
Seguidamente tres parapentes sobrevolaron el lugar, llevando los colores de la bandera nacional y papal en lo alto del cielo, a la vez que realizaban acrobacias, brindando de esta manera un magnífico y respetuoso espectáculo.
Al llegar la imagen de la Morena Virgen del Valle a la plaza central, un grupo de folcloristas entonó canciones en su honor; al mismo tiempo que los hijos en la fe desbordaban el lugar y las calles aledañas.
Cuando la Virgen regresaba a la Catedral Basílica se vivó uno de los instantes más emotivo; la algarabía y los cánticos, las exclamaciones fervorosas y la emoción de la multitud remarcaron una vez más el sentimiento de amor hacia la Madre Morena del Valle.
Una vez que la Madre Santísima se detuvo en el Paseo de la Fe, por un momento los presentes hicieron silencio y rezaron la oración a la Virgen Peregrina, para agradecer las bendiciones y los favores otorgados.
Seguidamente, el Obispo Diocesano Luis Urbanc emitió el mensaje final, que clausuraba la fiesta.
Por último, todos los presentes entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, como corolario de una fiesta de fe, amor y devoción a nuestra Madre del Valle.
Para finalizar el emotivo acto, la Virgen fue llevada nuevamente al Camarín, donde se encontrará a la espera de la visita de sus hijos y de una nueva fiesta de paz y amor.

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