Crece el negocio de la venta ilegal

Domicilios funcionan como ferias clandestinas en pleno centro

Las ferias internas se instalaron como proveedores de los ambulantes.
domingo, 20 de enero de 2013 00:00
domingo, 20 de enero de 2013 00:00

En la ciudad Capital, cada vez son más los comercios a puertas cerradas que ofrecen productos de todo tipo por mayor o menor, estas prácticas se realizan en varios puntos del centro y a diario se incrementan los clientes interesados en pagar todo a mitad de precio. Quienes realizan esta práctica lo hacen evadiendo los impuestos, controles y fortaleciéndose de manera ilegal ante las abultadas ventas.
En todos los casos, clientes y vendedores se manejan con total discreción, conocen que son “ferias clandestinas”, pero también saben que todo se consigue a mitad de precio.
Las ferias en principio están distribuidas en un radio de siete cuadras en el centro. Aun así los inspectores municipales no las pueden desbaratar ante la reserva con la que operan, según fuentes consultadas.
El Esquiú.com pudo conocer que en todos los casos se inician como proveedores de vendedores ambulantes y otros comercios, luego comienzan a recibir conocidos y allegados, pero desde hace un tiempo crece su clientela ante la divulgación de lo práctico y económico que es asistir a estos lugares denominados “ferias internas”. Hasta el momento, este medio pudo detectar tres lugares de venta clandestina en un radio de siete cuadras.
Según la información recabada, los propietarios de estos inmuebles alquilan a los “vendedores” pero desconocerían que las residencias son utilizadas para tal fin.
Mientras tanto, en todos los casos los comerciantes son personas que lograr ingresar mercadería a la provincia, evadiendo los controles en los puestos camineros, y así poseen todo tipo de indumentaria, incluso productos electrónicos a bajos costos, tan mínimos que algunos son proveedores de los vendedores ambulantes, quienes a su vez también venden a precios más accesibles que en los comercios bien habilitados.
Los lugares en donde funcionan las ferias internas carecen de aspecto de un comercio, reduciéndose a pequeñas habitaciones en donde exhiben su mercadería. Lo que uno compra allí no se puede mostrar, se debe sacar en bolsas negras y en la mayoría de los casos las prendas adquiridas no tienen cambio.
Los cautos propietarios cuidan su negocio ilegal, son muy reservados y quienes entran allí llegan recomendados por otros compradores, también personas desconocidas, ya que cada vez son más divulgadas entre la gente que busca precios antes que calidad.
La posibilidad de vender a precios tan bajos no sólo es ante la falta de documentación con la que se manejan en las rutas y la falta de impuestos, sino que al ser domicilios particulares y como no todos los días pueden ingresar mercadería, los locales no están todos los días “abiertos”.
De acuerdo con la información, la indumentaria llega desde La Quiaca, en la provincia de Jujuy, también desde Salta. En ocasiones, no entra por los intensos controles. Al momento de tener qué vender, se informa a los potenciales compradores, quienes si no necesitan concurrir, envían a conocidos y así se propaga la noticia de adónde ir a comprar barato.
La actividad de ferias internas no sería desconocida por el municipio de la Capital. Según fuentes consultadas, informaron que por trascendidos en el rubro, se conoce la situación, pero lamentablemente no podrían hacer nada, ya que hasta el momento no conocen a ciencia cierta dónde están ubicados estos comerciantes .
 

Comentarios

Otras Noticias