Las empresas de medicina privada negocian con el Gobierno un nuevo aumento de las cuotas mensuales que pagan sus afiliados para “equilibrar” las cuentas entre los gastos que, dicen, se les han incrementado tras las subas de salarios y de otros costos, con los ingresos.
La última modificación se comenzó a aplicar el mes pasado y fue de 9,5%.
Pero en ese momento, las empresas lo consideraron como insuficiente y reclamaban un 15% porque, sostenían, ese es el porcentaje de la suba salarial fijada para la primera cuota de la paritaria de Sanidad, que se firmó en agosto pasado.
Ahora, como la segunda cuota de la paritaria salarial del 11% empieza a regir a partir de diciembre, están negociando el nuevo incremento con la Superitendencia de Servicios de Salud (SSS) y se esperanzan con lograr la readecuación tarifaria, aunque saben que no llegará hasta después de las elecciones del 27 de octubre.
Fuentes empresarias ligadas con importantes compañías de medicina privada, que participan del 49º Coloquio de IDEA en Mar del Plata, ratificaron la información y admitieron estar “en conversaciones” con el organismo que dirige Liliana Korenfeld para comenzar a aplicar una suba adicional de por lo menos un 5% antes de fin de año.
Según las prepagas, además de los costos salariales, deben soportar mayores gastos por el aumento de los insumos y equipos importados y también porque deben brindar mayores coberturas médicas, como la que las obliga a ofrecer la reciente aprobación de la ley de fertilización asistida. Además, en el sector se quejan de que su nivel de rentabilidad no supera el 4 por ciento.
El Gobierno autorizó el último aumento de septiembre para destrabar un escenario de conflicto que existía entre las prepagas y las clínicas y sanatorios que atienden a los afiliados de la medicina privada. En ese momento, los centros de salud habían planteado una ‘huelga’ a través de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados (Adecra) en reclamo de mejoras en el canon que reciben de las prepagas por sus servicios. La protesta incluía el quite de servicios a los afiliados de las empresas de medicina privada.
La protesta de los prestadores se iba a extender por 48 horas. Los afiliados de todas las empresas de medicina prepaga sólo iban a ser atendidos en caso de urgencias clínicas y quirúrgicas, incluso en las clínicas propias de las prepagas. Los empresarios justificaban la protesta en que a las prepagas aún no les habían ajustado sus aranceles porque el Gobierno no les había autorizado una suba de cuotas. Pero este escenario se normalizó tras la llegada del incremento del 9,6%.
El número quedó lejos del 15% que reclamaban las prepagas porque ese fue el porcentaje de la suba salarial fijada para la primera cuota de la paritaria de Sanidad, que se firmó en agosto pasado. La segunda cuota de la paritaria del 11% regirá desde diciembre.
Las prepagas habían pedido aplicar un incremento del 15% a mediados de año y otro de 11% a partir de diciembre próximo.