Ayer, el Papa Benedicto XVI anunció que renunciará el 28 de febrero, durante un discurso pronunciado en latín durante una misa pública en el Vaticano, en el marco del Consistorio de Cardenales que se celebra estos días.
El Sumo Pontífice, de 84 años, tomó la decisión “por falta de fuerzas” debido a su edad. Dijo: “Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”.
Joseph Ratzinger se convierte así en el primer Papa en abdicar a su pontificado desde el siglo XV; el último en hacerlo fue Gregorio XII en 1415, quien lo hizo “por el bien de la Iglesia” durante el llamado cisma de Roma, cuando tres pontífices se habían proclamado para el papado.
Una vez que se conoció la novedad sobre la decisión del Papa Benedicto, el Pbro. José Díaz, vicario de Pastoral de la Diócesis de Catamarca afirmó: “La verdad es que nos sorprendió muchísimo esta mañana cuando aparecieron las noticias, sin embargo no me sorprende de él en cuanto a que es un hombre muy sensato y muy sincero. Yo creo que él está diciéndonos simplemente ya no puedo, no me dan las fuerzas, la integridad psíquica física ya no me da para ejercer esto, de manera que por el bien de la Iglesia yo renuncio, me parece muy bien y muy digno”.
En el mismo sentido, en declaraciones a radio Valle Viejo el Pbro. José Díaz expresó su parecer en relación a las causas que llevaron a la dimisión de Benedicto XVI. Al respecto señaló que “con el Papa Juan Pablo II todos esperábamos que hiciera eso dada sus limitaciones, por la enfermedad del mal de Parkinson, y este hombre ya vivió lo que le pasó a Juan Pablo II, él vio el deterioro que se puede llegar a generar, o mejor dicho cómo se pueden agravar ciertas situaciones de la Iglesia cuando hay falta de conducción y cuando no hay fuerzas. Por eso pienso que él dijo no quiero que me pase lo mismo, ni quiero que le pase lo mismo a la Iglesia cuando yo esté en el papado, entonces me parece muy honesto, y ojalá que muchos lo imitaran porque hay gente que se quiere perpetuar en el poder”.

La elección del sucesor

Cuando el 28 de febrero Benedicto XVI deje su cargo, la Iglesia Católica ingresará en el período de “Sede Vacante”, hasta tanto se elija un nuevo Pontífice.
En la conferencia de prensa concedida en el Vaticano tras el anuncio, el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, manifestó que “tendríamos que tener un nuevo Papa en Pascua”.
Según establece la tradición, los electores se reunirán en el denominado cónclave, que es la reunión que celebra el Colegio cardenalicio de la Iglesia Católica Romana para elegir a un nuevo Obispo de Roma, cargo que lleva aparejados el de Papa y el de Jefe del Estado Vaticano. El lugar de la elección es la Capilla Sixtina, donde los cardenales electores se reúnen en condiciones de reclusión y máximo aislamiento del mundo exterior, para evitar intromisiones de cualquier tipo.
El proceso establece que los cardenales tienen expresamente prohibido presentar su candidatura o hacer propaganda a su favor, sí se permite buscar el apoyo de terceros.