La intensa lluvia que cayó durante la noche y madrugada de ayer ocasionó diversos daños materiales en las precarias viviendas de los barrios de los extremos de la ciudad, y también en edificios escolares del departamento Valle Viejo.
Los veintiún milímetros de agua afectaron sobre todo las viviendas de los asentamientos del norte y sur de la ciudad, entre ellos Mi Jardín, La Esperanza, General San Martín y Villa Eumelia, debido a la precariedad de las casillas, éstas fueron dañadas, sobre todo aquellas que poseen techos y paredes de nylon.
Uno de los casos más preocupante fue el de una familia del asentamiento norte General San Martín, que debió dejar su vivienda en horas de la noche por la cantidad de agua que había en el interior, además sufrieron la pérdida de varias pertenencias.
Otra de las situaciones más sensibles ocurrió en ese mismo sector, donde las precarias instalaciones eléctricas alertaron a los ocupantes de las viviendas por el contacto con las chapas y los postes de hierro que sostienen las casillas.
Varias viviendas del barrio fueron afectadas por la lluvia, por lo que solicitaron la asistencia de Defensa Civil.
A causa de la tormenta, una vez más las familias que ocupan el sector denominado La Esperanza volvieron a verse afectadas por la abundante lluvia que cayó durante la noche del domingo y la madrugada del lunes, de esta manera es la segunda vez en dos semanas que las quince familias que ocupan los terrenos cercanos a la rotonda de Choya, vieron afectadas las pertenencias de las viviendas por la humedad. Colchones, camas cuchetas, ropa, fueron mojadas por la lluvia, los techos de la mayoría de los compartimientos cuentan con nylon y postes de maderas que ofician de sostén.
En diálogo con El Esquiú.com las mujeres manifestaron su impotencia al expresar que “es una lástima porque se nos dejaron las camas y los colchones que nos habían dado hace unas semanas atrás del ministerio, la ropa de los chicos y las pocas cosas que tenemos se mojaron, esto pasa cada vez que llueve”.

Daños en escuelas

El cielo raso de dos aulas del Anexo Nº 1 de la Escuela Gobernador José Cubas fue afectado por la intensa lluvia que cayó en la madrugada de ayer, la mampostería de los techos cayó al piso y provocó el ingreso de agua a las salas; en la escuela de la localidad de Santa Cruz, departamento Valle Viejo, también se desprendió el cielo raso.
El desplome de los techos se sucedió alrededor de las cuatro de la mañana, en ese momento el personal de guardia de la institución avisó inmediatamente a las autoridades educativas sobre lo sucedido, con el pasar de las horas y a causa de la lluvia que ingresaba por el techo, las aulas fueron colmadas de agua.
La caída de las piezas de mampostería provocó que la instalación eléctrica quede suspendida en el aire, reforzando el peligro que representan los cables de energía en contacto con la humedad. La gravedad de los daños obligó a que una de las aulas sea clausurada por el peligro.
Ante lo sucedido, los directivos de la escuela debieron reorganizar la distribución de los espacios para iniciar con la actividad escolar diaria, ya que los alumnos se encuentran rindiendo exámenes.
En relación a la afectación en el edificio escolar, Alba Martínez, coordinadora de la escuela, manifestó que “a las 4 de la madrugada el personal de guardia nos informa que se había caído la parte de mampostería de dos aulas. En estos momentos están totalmente inundadas, los cables colgando, y con el riesgo que eso implica los alumnos han sido reacomodados en otras aulas”.
La torrencial lluvia produjo diversos daños en el edificio escolar, entre ellos la caída de la mampostería y paneles de yeso, los plafones de la luz, desprendimientos de ventiladores y la humedad en paredes y techos.
Otro hecho similar se registró en la Escuela de la localidad de Santa Cruz Nº 367, tras el deterioro de cielo raso por filtración de agua, que provocó el desprendimiento y el ingreso de agua en el salón comedor, esto se suma a las condiciones de precariedad, ya que semanas atrás hubo un robo donde la escuela se vio despojada de elementos vitales para el inicio de las clases.