El Gobierno de la Provincia a través de Desarrollo Social y la Secretaría de Deporte, organizó actividades recreativas y deportivas en la plaza del barrio Santa Marta, situado en la parte sur de la Capital.
Más de 200 niños y adolescentes se reunieron en la plaza central del barrio Santa Marta, donde realizaron actividades como fútbol, vóley, fútbol-tenis y diversos juegos. Si bien este encuentro tuvo como principales protagonistas a los más chicos, padres y adultos en general se acercaron a acompañar esta jornada, además de los equipos técnicos de ambas carteras, que se hicieron presentes en toda la organización.
Entre las autoridades que compartieron con los vecinos, se contó con la presencia del ministro de Desarrollo Social, Oscar Pfeiffer, el secretario de Deporte, Maximiliano Brumec y Luis Herrera, director provincial de Acción Social Directa, organismo dependiente de Desarrollo Social. Esto también generó el acercamiento y contacto entre el vecino y las autoridades, permitiendo poner al tanto sobre inquietudes y necesidades del lugar.

Juegos y sorteos

“El deporte y el juego generan espacios de contención, de creatividad, de encuentro con uno mismo y con el otro, sobre todo en las primeras etapas del ser humano. Estos beneficios, sumados al uso colectivo del espacio público, ayudan al ejercicio de la pertenencia y el reconocimiento del lugar de todos. Estamos convencidos que apoyar este tipo de actividades con los más chicos y con el vecino es un aporte a la inclusión social. Es sumar una práctica social donde el sujeto va dando sus primeros pasos en lo colectivo, en lo solidario, donde aprende a compartir y construir con el otro. Y esto lo hace a través de lo lúdico, además de desarrollar sus potencialidades motrices con el deporte. Queremos que el chico crezca divirtiéndose y compartiendo con su par y con su familia”, señalaba Luis Herrera, titular de Acción Social Directa.
Como atractivo extra, hubo premios para los chicos. A tal efecto, Desarrollo Social puso a disposición remeras para sortear, y aportando suspenso hasta el final el ansiado premio mayor, una bicicleta, que entregó Pfeiffer a una niña llamada María, oriunda del barrio Santa Marta.