La Asociación de Mujeres en Ayuda Mutua por la No Violencia y el Colegio de Psicólogos de la provincia realizaron actividades conjuntas en el marco de la jornada “Tarde de mujeres decididas a cambiar”.
En la oportunidad las integrantes de ambas instituciones realizaron el embellecimiento de la plaza ubicada en calle Almagro e Italia y el arreglo integral del monolito erigido en el espacio.
La presidenta de AMAM, Inés Olima, en diálogo con El Esquiú. com realizó una reflexión sobre la fecha y la realidad local, y al respecto manifestó que “lo que reflexionamos en estos días es ¿qué nos pasa a Catamarca? ¿Qué nos pasa que llegamos a tal punto de desvalorizar la vida humana de la mujer? Es tanta la primacía del poderío del varón que no tiene valor el cuerpo de una mujer, no llega a ser ni siquiera un objeto, lamentablemente eso está en la mentalidad y en la estructura del varón catamarqueño. No puede ser que se mate a tantas mujeres y haya otras tantas que están de-saparecidas y miles de mujeres que son golpeadas y maltratadas en silencio. En el fondo es esto; el hombre se cree que es el que tiene el poder como en los tiempos medievales. Tenemos que unirnos y continuar haciendo acciones para que no suceda más”.
Mientras que por su parte, la presidenta del Colegio de Psicólogos, Carolina Álvarez, expresó que “estamos acompañando a AMAM por el trabajo que hacen, nos parecen muy preocupante los hechos que están sucediendo, pero preocupante en serio. Como sociedad tenemos que empezar a hacer algo; debemos empezar por las medidas de prevención desde los inicios en los modelos de crianza del sistema familiar, así mientras la Justicia, las instituciones y nosotros como instituciones funcionemos todo el conjunto de la sociedad debe funcionar y no tendrían que suceder más estos casos que pasaron”.
Las integrantes de ambas instituciones coincidieron en que los femicidios ocurridos en la provincia “nos tienen que servir para que no queden en el silencio, para que nadie se olvide del horror de estos asesinatos; como mujeres nos toca mucho más porque sentimos que estamos desprotegidas”.