La Casa Rosada respira aliviada: El Papa Francisco no visitará la Argentina hasta después de las elecciones legislativas de octubre, cruciales para los planes del oficialismo de sacar un buen caudal de votos que le permita soñar con reformar la constitución y habilitar la reelección para que vuelva a presentarse Cristina Kirchner.

La Casa Rosada llegó aquí a un preacuerdo con la Iglesia para que el viaje se realice entre noviembre y diciembre, luego de que se especulara con que el flamante Papa argentino aprovecharía su viaje a Brasil previsto para julio –donde debe presidir la Jornada Mundial de la Juventud– para extenderlo a la Argentina.