Las familias que días atrás intentaron asentarse en los terrenos ubicados frente al barrio Magisterio, en la zona norte de la ciudad, en la jornada de ayer llevaron a cabo su cometido levantando precarias viviendas de nylon luego de que la policía se retirara del lugar.
Más de treinta familias iniciaron la limpieza y subdivisión de las tierras para definitivamente posicionarse en el lugar, mientras que algunos ya se encuentran allí desde el pasado viernes y según dijeron pasaron la noche en las casillas, ya que no tienen un lugar donde vivir.
Ante la falta de control por parte de la policía y el diálogo que solicitaran con el intendente Raúl Jalil, las personas decidieron apostarse en los terrenos. La medida obedece, según explicaron, a que “realmente no tenemos dónde ir, estamos cansados de las promesas falsas e incumplidas que nos hacen desde la municipalidad; ellos nos entregan un papel y eso a nosotros no nos sirve de nada”.
La firme decisión de las personas quedó plasmada en la celeridad con la que desmalezaron el predio y plantaron los puntales para levantar las casillas, y la manifestación de “necesidad de un lugar donde podamos estar con nuestros hijos, no nos sirven las promesas ni los papeles, necesitamos hechos”.
En diálogo con El Esquiú.com, una de las mujeres en representación de los usurpadores de los terrenos manifestó que “pedimos hablar con Jalil o con algún funcionario para que nos den una solución de una vez; a todos los que estamos acá nos prometieron que nos darían el terreno para que construyamos en el sur, nos llevaron para mostrarnos el lugar y después nada. Solamente a algunos les dieron la adjudicación, a los demás nunca nos visitaron”.
Los dichos de la mujer se refieren a la adjudicación de terrenos en el Loteo Parque Sur que había anunciado el jefe comunal capitalino en el momento en que intervino para que las personas desalojaran las tierras destinadas a Espacios Verdes y de Uso y Utilidad Pública, motivo por el que es improcedente la adjudicación.
La mujer también explicó que las familias que estaban allí en un principio eran alrededor de ciento veinte, de las cuales en la actualidad hay menos, debido a que “algunos ya tienen el papel que les da de alguna manera una seguridad y el resto que falta es por temor a la policía”.

Decisión conjunta

La totalidad de las familias que se encuentran emplazando las casillas de nylon en el lugar coin-ciden en que “de estas tierras no vamos a salir, las promesas no sirven para dar un techo a nuestros hijos”. En el mismo sentido dijeron que “es difícil que nos hagan cambiar de opinión, ellos ya saben lo que nos pasa, conocen la situación y a pesar de eso no vinieron, pero como una vez nos convencieron piensan que lo pueden volver a hacer y están equivocados”.
En la mañana de ayer, la policía se acercó al lugar y tomó los datos de las personas que estaban en el lugar realizando el levantamiento de las casillas. Los ocupantes expresaron que algunos sienten temor por lo que pueda suceder si se deciden acciones legales por haber usurpado los terrenos. También comentaron que “cada vez que cambia el turno, vienen los policías y pasan lista de los que estamos, pero con calma y sin ninguna falta de respeto”.