Cierre de las Fiestas Marianas
La Virgen del Valle acompañada de su pueblo en la Solemne procesión
Miles de fieles realizaron muestras de fe y devoción a lo largo del recorrido de la Santísima imagen de la Madre de Dios.
La Imagen de la Santísima Virgen del Valle recorrió las calles de la ciudad acompañada por una multitud de gente, desde la Plaza de El Maestro el pueblo siguió su andar.
Como cada año, la Madre del Pueblo marchó junto a sus hijos que a cada paso realizaron muestras de amor y fe.
Peregrinos de distintos lugares del país llegaron a agradecer los favores recibidos y a rogar que la Virgen proteja a los suyos.
Para la culminación de las fiestas marianas ingresaron a la provincia miles de fieles devotos de diferentes puntos del país. Hasta ayer más de cinco mil peregrinos permanecían en la provincia para participar de la tradicional procesión.
La manifestación de fe fue emotiva de principio a fin y se reflejó en los rostros agradecidos, esperanzados y emocionados de los feligreses que realizaron todo tipo de pedidos a la Virgencita milagrosa.
La imagen de la Morena del Valle recibió en su recorrido agradecimientos, pedidos y muestras de devoción que se veían en los rostros de los feligreses.
Los organismos sanitarios y de seguridad desplegaron efectivos operativos con el propósito de resguardar a los participantes de uno de los eventos religiosos más importantes de la provincia.
A lo largo del recorrido de la Virgen, se encontraban efectivos policiales y ambulancias del SAME, que en coordinación realizaron el monitoreo general de la procesión.
También fue importante la colaboración de los Servidores Marianos que atendieron las necesidades de los fieles, entregaron agua y realizaron controles de prevención.
Misa Pontifical
En el tercer domingo de Pascua, una gran cantidad de fieles y peregrinos se reunió para honrar a la Madre del Valle, en el marco del Año Universal de la Fe y Año Diocesano de los Jóvenes.
Durante su homilía, el Señor Obispo se refirió a las lecturas del día y se centró en el Evangelio, que “nos presenta a Jesús que continúa apareciendo resucitado a sus discípulos. Éstos estaban en sus tareas que habitualmente realizaban antes de conocerlo. Si no fueran los apóstoles del Señor, se podría decir que santifican su vida con el trabajo diario. Pero, en este caso, ellos habían sido elegidos, no para pescar peces con sus redes, sino para pescar hombres con su predicación”.
En la homilía, monseñor manifestó: “En este tercer domingo de Pascua nos hemos reunido para honrar a nuestra bendita Madre del Valle, con esta solemne Eucaristía, en el marco del Año universal de la Fe y Año diocesano de los Jóvenes. Bienvenidos a esta catedral basílica y Santuario de todos los hijos de la Madre de Dios”.
En otra parte de su mensaje, Urbanc remarcó que “a lo largo del septenario nos propusimos meditar sobre la Fe en estrecha relación con el misterio de la Resurrección de Jesucristo. Hemos vuelto una y otra vez sobre el fundamento de la fe cristiana; de un modo particular hemos procurado que esta fe pascual llegue a nuestros jóvenes, que perciban este inapreciable don para la gente y que encuentren la conexión entre la fe, la esperanza y la caridad, trípode sobre el cual se edifica la vida cristiana. Que se conecten a Cristo y compartan su fe”.