Cientos de personas participaron

Solemne celebración de Corpus Christi

La Diócesis local se unió a la Adoración Eucarística convocada por el Papa.
domingo, 2 de junio de 2013 00:00
domingo, 2 de junio de 2013 00:00

Cientos de feligreses se congregaron en la tarde de ayer para participar de la solemnidad del Corpus Christi. Como en todo el mundo, en la Catedral Basílica se realizó la celebración central de la Santa Misa y posteriormente la procesión alrededor de la plaza.
En el Año Universal de la Fe y Año Diocesano de la Juventud, la Iglesia conmemoró en la jornada de ayer la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía; por tal motivo, instituciones y feligreses se dieron cita en la tarde de ayer, lo que dio el marco de fe y alegría para celebrar la importante fiesta religiosa.
Los actos litúrgicos dieron inicio pasadas las diecisiete horas. Luego de la Santa Misa, se dio inicio a la procesión que fue organizada alrededor de la plaza principal. Para la oportunidad, se emplazaron altares a lo largo del recorrido. La imagen del Santísimo Sacramento fue acompañada por los fieles durante todo el recorrido. Colegios e instituciones formaron parte de la celebración.

Adoración Eucarística

La Diócesis de local se unió en adoración eucarística con todo el mundo, en forma simultánea, a pedido del Papa Francisco en el Año de la Fe, bajo el lema «Un solo Señor, una sola fe».
Esta solemne Adoración Eucarística se llevó a cabo entre las 12 y 13 (17 a 18 en Roma) en la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle y templos de toda la jurisdicción diocesana. De esta manera, durante una hora el mundo permaneció unido en la oración y en la adoración del Santísimo Sacramento, con el Obispo de Roma, quien presidió la ceremonia desde la Basílica de San Pedro, conectando en forma simultánea a los cinco continentes.
La ceremonia en la sede catedralicia catamarqueña fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, acompañado por el rector del Santuario y Catedral Basílica, Pbro. José Antonio Díaz, sacerdotes del clero local, y una gran cantidad de fieles que se dieron cita en el templo catedralicio, para responder al llamado del Santo Padre.
Durante una hora se rezó por la Iglesia difundida en todo el mundo, que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra y que esta Palabra que salva pueda resonar brindado misericordia, consuelo, alegría y serenidad. También se pidió por quienes en diversas partes del mundo sufren las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, trata de personas, narcotráfico y del trabajo esclavo, por los niños y mujeres que padecen todo tipo de violencia, así como por los que viven en la precariedad económica, sin empleo, ancianos, inmigrantes, sin techo, encarcelados y marginados.
Antes de la bendición final, el Obispo recorrió las distintas naves de la Catedral portando la Custodia con el Santísimo Sacramento.

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